Realeza en aprietos

El reinado de Felipe VI no empezó precisamente con el pie derecho. Esta vez, el juicio que se adelanta en contra de su hermana, la infanta Cristina de Borbón, tiene a la familia real en aprietos. El juez José Castro sostiene que la infanta lavó dinero obtenido de manera ilegal por su marido, Iñaki Urdangarin y se lucró gracias a estos negocios. Castro señaló que “existen sobrados testimonios de que doña Cristina ha intervenido, de una parte, lucrándose en su propio beneficio y, de otra, facilitando los medios para que lo hiciera su marido, mediante la colaboración del 50 por ciento del capital social, de los fondos ilícitamente ingresados a Aizoon”, una empresa fachada que según el juez “no era una sencilla y entrañable sociedad familiar.” La telaraña de delitos que hoy enfrenta la hermana del rey podrían enviarla a prisión hasta por 16 años. Sin embargo, Cristina aseguró que se siente “ajena a la actividad y gestiones de Aizoon”. Lo extraño es que ella y su esposo se alternaban la presidencia de la empresa y tenían conocimiento de todos sus movimientos. Entre tanto, la Casa del Rey mostró su “pleno respeto a la independencia del poder judicial” pero queda claro que el escándalo es un duro golpe a la criticada monarquía española.