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Un trabajador de la construcción empuja un carretilla ciemtras de fondo aparece un enome poster con la imagen de la presidenta Cristina Fernández, quien este domingo espera obtener un segundo periodo. | Foto: AP/Victor R. Caivano

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Cristina Fernández puede dormir tranquila a la víspera de elecciones

Las encuestas la a la candidata como la que mayores simpatías despierta entre los electores argentinos. Su triunfo la erigiría, a sus 58 años, en la primera presidenta reelegida en Latinoamérica, lo que la deja al frente de grandes retos.

22 de octubre de 2011

Cristina Fernández de Kirchner puede descansar sin preocupaciones la víspera de las elecciones del domingo. Las encuestas la sitúan como amplia favorita con un 50% o más de la intención de voto, gracias al crecimiento económico, la mejora de las condiciones de vida de los sectores marginados y una oposición débil y desunida que no ha ofrecido alternativas creíbles a los argentinos.

Lo que no podrá hacer es dormirse en los laureles de la victoria porque encara varios desafíos, como el de contener el progresivo aumento de los precios, blindar al país de la crisis financiera internacional y reducir la pobreza estructural.

Fuera de los logros de su política de subsidios, la presidenta del peronista Frente para la Victoria, populista y de centroizquierda, es valorada por mostrarse partidaria del enjuiciamiento de los militares de la última dictadura (1976-1983), haber incluido a los jóvenes en su plataforma de gobierno y haber otorgado derechos civiles a la comunidad homosexual.

Quienes van a votar por Fernández creen que ella puede continuar el crecimiento económico y la gobernabilidad en un país históricamente sacudido por ciclos de inestabilidad económica y política.

Fernández y su fallecido marido y antecesor Néstor Kirchner (2003-2007) iniciaron una etapa de crecimiento que hizo olvidar el aciago año 2001, cuando se desató una aguda crisis económica.

Hoy, el Fondo Monetario Internacional dice que el país está a la cabeza de los pronósticos de crecimiento en la región para este año con 8,0% y 4,6% en 2012.

Pero no todo es un jardín de rosas para la presidenta y un para su gobierno que se autodenomina "de inclusión social" pues tiene que hacerle frente a una pobreza avasallante, como es visible en ciertos sectores de la ciudad y de la populosa provincia de Buenos Aires.

Lorena Centurión, de 25 años, desempleada y con cuatro hijos, dice que votará por la mandataria pero se queja de que la inflación consume sus ingresos.

"Cristina es buena presidenta y las asignaciones me ayudan, pero a medida que ella nos aumenta (los ingresos) a nosotros, aumentan las cosas en el mercado", dijo a The Associated Press la joven que recibe un subsidio de 63 dólares por cada hijo que tiene. "Cada vez alcanza menos la plata para terminar el mes".

Ella vive en la Villa 21, un asentamiento de pequeñas casas de ladrillo, con techos de lámina de metal delgada y cloacas que se desbordan cuando la lluvia es excesiva.

Decenas de miles de personas se aglutinan en esta "villa miseria", donde hay niños que sufren de enfermedades que son producidas por parásitos pues el agua que toman, o con la que se lavan, es extraída de pozos que se mezcla con el vital líquido proveniente de un riachuelo cercano que contiene rastros de metales pesados.

Las aguas generan un olor rancio, metálico en algunas zonas. Las viviendas se amontonan desordenadamente en calles asfaltadas o de tierra, que se inundan o embarran cuando llueve prolíficamente.

La inflación es la segunda preocupación de la sociedad después de la inseguridad, dicen los sondeos. En septiembre fue de 0,8%, según el instituto oficial encargado de las cifras y que fue intervenido durante el gobierno de Néstor Kirchner.

Esa intervención implicó la remoción de autoridades de la entidad y un cambio en los métodos de medición del costo de vida, que hoy son cuestionados por la oposición y por economistas independientes.

Ellos aseguran que, en realidad, el alza de precios de septiembre fue más del doble: 1,89% y varios estiman que la inflación de este año sería del 24% y en 2012 rozaría el 30%.

El Fondo Monetario Internacional dijo que Argentina es el segundo país con la inflación más alta del continente (11,5% en 2011 y 11,8% en 2012) después de Venezuela.

También dijo que para hacer sus mediciones no se limitará a trabajar con las estadísticas del gobierno por considerar que el indicador de crecimiento está sobreestimado y la inflación subestimada.

Varios economistas aconsejan modificar las políticas que han incentivado el crédito al consumo y los subsidios, y el excesivo gasto público.

"No saben cómo detener el gasto público y la inflación", dijo Fausto Spotorno, de la consultora Orlando Ferreres y Asociados.

El experto agregó que hay que reducir los subsidios para distintos sectores de la economía y actualizar las tarifas de los servicios públicos, que en algunos casos están por debajo del precio real.

Otro índice que según analistas subestima el oficialismo es el de la pobreza

La entidad que hace las estadísticas oficiales dijo que en un país de más de 40 millones de habitantes el 8,3% son pobres al término del primer semestre de 2011 y que el porcentaje de indigentes --comprendidos entre los pobres pero cuyos ingresos no alcanzan para comprar lo indispensable para subsistir-- se redujo a un 2,4%.

En su blog, el analista político y sociólogo Artemio López dijo que hay más pobres e indigentes de los reconocidos oficialmente. Señaló que los niveles de pobreza e indigencia, "se mantienen estructuralmente estables y descienden en el margen para instalarse en torno del 4,8% la carencia extrema de ingresos y del 20,9% la pobreza".

López dice que "se trata de 8,4 millones de ciudadanos pobres, de los cuales 2 millones son indigentes... Con estos datos aún preocupantes correspondientes al mes de agosto de 2011 debe decirse, sin embargo, que la magnitud del ciclo antipobreza, iniciado en mayo de 2003 ... es la más importante desde la recuperación democrática (en 1983)".

Sus mediciones se basan en la Canasta Básica de alimentos y bienes elaborada por la Consultora Equis que dirige.

Marta Yané, del Movimiento Evita, afín al "kirchnerismo" y muy conectada con los barrios de excluidos reconoció que "falta todavía mucho por hacer" para reducir la pobreza, que consideró un "fenómeno estructural" que atribuye a políticas erróneas aplicadas durante la última dictadura militar y a la política económica neoliberal de los años 90.

"Hay que profundizar este proyecto político para que haya una mejor distribución de la riqueza", dijo.

Muchos dudan de la capacidad de los políticos para mejorar la situación. "Todos son lo mismo", dijo el chileno Luis Alfonso Flores, de 73 años y dueño de un pequeño almacén de alimentos y limpieza en La Cava, un barrio marginado en la provincia de Buenos Aires, al norte de la capital argentina y colindante con un sector de casas lujosas.

"Cuando aquí llueve, te llega el agua a la rodilla", agregó.

A los desafíos del frente interno se suman los que vienen del exterior: una crisis financiera que no da tregua a Europa y Estados Unidos y que ha salpicado a Brasil con la devaluación de su moneda lo que, a su vez, afecta a Argentina, el principal socio comercial del gigante sudamericano.

En octubre, Alpargatas, una de las principales empresas textiles del país, suspendió por una semana las actividades de sus fábricas de calzado en cinco provincias; hecho atribuido a la desaceleración económica de Brasil.

Pero Fernández es optimista. "Hoy podemos decirle a los argentinos que en un mundo que se derrumba estrepitosamente, mientras insisten en aplicar las mismas recetas que a nosotros nos llevaron a la implosión en el 2001, estamos mejor preparados que nunca para enfrentar las crisis", dijo recientemente en un acto público.

Los analistas advierten que hay que estar alerta porque en 2012 no estaría asegurada la rentabilidad de productos primarios de donde provienen las divisas argentinas como la soja, cuyo valor en las últimas semanas estuvo sometido a vaivenes.

Varias personas de extracción humilde narraron a la o duro que es llegar a fin de mes con los ingresos que perciben. Aún así, siguen prefiriendo a Fernández al frente del gobierno.

No culpan directamente a la presidenta de la pobreza que sufren en villas que han estado edificadas durante décadas. Pero no por ello dejan de exigir una mejora de sus condiciones de vida.

Tampoco ven, entre los opositores, a alguien que pueda garantizarles que lo hará mejor que Fernández.

"Voy a votar a Cristina porque es la que da más confianza", dijo Carina Cisterna, de 30 años y habitante de La Cava. La joven está comprando en cuotas a un vecino una precaria vivienda por valor de 2.350 dólares.
 
AP