Home

Mundo

Artículo

El sumo pontífice concedió a los sacerdotes la posibilidad de absolver a quienes estén "arrepentidos de corazón" durante el Jubileo de la Misericordia. | Foto: AP

MUNDO

Cuando el papa no perdonaba el aborto

Jorge Bergoglio no siempre ha tenido la misma postura frente a temas como el aborto y la homosexualidad. Antes de ser papa era más radical.

3 de septiembre de 2015

Es bien sabido que, dentro de su gremio, el papa ha resultado vanguardista. En temas como la homosexualidad y el aborto, sus posiciones no son propiamente las más conservadoras ni las que pregona el conservadurismo puro y duro.

Esta semana el papa Francisco concedió a los sacerdotes que absuelvan "el pecado de aborto a quienes lo han practicado y que estén arrepentidos de corazón", durante el Jubileo de la Misericordia, que comienza el próximo 8 de diciembre y se celebrara hasta el 20 de noviembre de 2016.

Según la doctrina católica, el aborto es un pecado grave que comporta excomunión y un sacerdote sólo lo puede absolver por orden de un obispo o del pontífice.

"El perdón de Dios no se puede negar a todo el que se haya arrepentido", con esta premisa Francisco explicó la decisión de conceder a los sacerdotes que absuelvan pecados considerados graves por la Iglesia católica.

El sumo pontífice afirmó que "uno de los graves problemas de nuestro tiempo es, ciertamente, la modificación de la relación con la vida" y que "algunos viven el drama del aborto con una consciencia superficial, casi sin darse cuenta del gravísimo mal que comporta un acto de ese tipo".

Pero esta no ha sido siempre la posición del papa. Cuando solo se conocía como Jorge Bergoglio y era el líder de los obispos argentinos, quienes lucharon a favor de la despenalización del aborto o la legalización del matrimonio homosexual se enfrentaron a otra persona.

Algunos dicen, incluso, que su influencia en ese entonces llevó a que Argentina tenga aún una ley del aborto muy restrictiva (solo en caso de violación o peligro para la vida de la madre está permitido).

La última muestra del activismo antiabortista del papa es relativamente reciente. El 12 de septiembre de 2012, seis meses antes de ser elegido Papa, el entonces arzobispo de Buenos Aires se opuso con firmeza a una sentencia de la Corte Suprema argentina que, basándose en el caso de una niña de 15 años violada por su padrastro, determinó que los abortos por violación no son punibles, según reseña el diario El País de Madrid en una nota de este miércoles.

“Las leyes configuran la cultura de los pueblos y una legislación que no protege la vida favorece una 'cultura de la muerte”. Esas fueron las palabras de Bergoglio al criticar al Tribunal que supuestamente se había "excedido sus competencias exhortando a aprobar protocolos”.

El conflicto escaló y la presión de la Iglesia fue tan fuerte que el alcalde de Buenos Aires de ese momento, Mauricio Macri, quien hoy es candidato presidencial, vetó una ley que desarrollaba el espíritu de aquella sentencia de la Corte Suprema.

El respaldo de Cristina Fernández de Kirchner, que también es antiabortista, contribuyó también a tumbar esa iniciativa.

Los inicios como pastor y arzobispo reflejan que sus posturas han cambiado. Ya, como hombre universal tiene una mirada más abierta hacia estos temas. Ojalá que el discurso actual no se aun mero avance retórico. Aunque eso ya es algo.