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Estudiantes esperan a las afueras de la Universidad Central de Marta Abreu en Santa Cara, Cuba. | Foto: AP

INTERNACIONAL

Cuba tilda de ‘desvergonzado’ el programa de la USAID

La isla le pidió a Washington poner fin a las operaciones hostiles y "encubiertas" en contra de su gobierno.

5 de agosto de 2014

Cuba le pidió a Washington poner fin a las operaciones hostiles y "encubiertas" en contra de la isla. Todo a raíz de la reciente revelación de que un programa de la administración Obama envió en secreto a jóvenes latinoamericanos a la nación caribeña para que adelantaran misiones que tenían implicaciones políticas.

Una alta funcionaria de la diplomacia cubana, Josefina Vidal, dijo que la investigación de Associated Press publicada en la víspera muestra que "el Gobierno de los Estados Unidos no ha desistido de sus planes hostiles e injerencistas contra Cuba, que pretenden crear situaciones de desestabilización para provocar cambios en nuestro ordenamiento político".

Vidal le exigió al gobierno de Estados Unidos que "debe cesar de una vez todas sus acciones subversivas, ilegales y encubiertas contra Cuba, violatorias de nuestra soberanía y de la voluntad expresa del pueblo cubano de perfeccionar nuestro modelo económico y social, y consolidar nuestra democracia", en un comunicado enviado por correo electrónico a The Associated Press.

Señaló que Washington reconoció que ejecuta el programa "desvergonzadamente" y que "pretendía convertir en actores políticos a jóvenes cubanos, previamente identificados por emisarios latinoamericanos reclutados con este fin, y organizarlos para actuar contra el gobierno cubano".

El proyecto, financiado y supervisado por la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), desplegó a casi una docena de jóvenes de América Latina a Cuba para reclutar activistas políticos usando como fachada la realización de programas cívicos y talleres de prevención sanitarios.

La investigación de la AP, publicada la víspera, reveló que esta operación puso en peligro a los extranjeros que fueron enviados no mucho después de que un contratista estadounidense de la propia USAID fuera detenido en la isla por traer de manera encubierta equipos satelitales ilegales para formar una red de internet sin control estatal.

El gobierno del presidente Barack Obama defendió el uso del taller de prevención del VIH en su campaña para promover la democracia en Cuba, pero negó que el proyecto sirviera de fachada para fines políticos, mientras, la portavoz del Departamento de Estado, Jen Psaki, dijo que el programa "permitía apoyar a la sociedad civil cubana, al tiempo que proporciona un beneficio secundario para los cubanos que han expresado que necesitan información y capacitación sobre cómo prevenir el VIH".

Sin embargo, activistas en pro de la salud pública y legisladores de Estados Unidos fueron muy críticos con la administración por usar un taller de prevención del VIH para avanzar su agenda política y dijeron que tales esfuerzos clandestinos ponen en riesgo los programas de salud estadounidenses en todo el mundo.

El senador demócrata Patrick Leahy, titular de una comisión que supervisa el presupuesto de la USAID, declaró el lunes que será "peor que irresponsable" si la agencia hizo una trama para inventar una campaña contra el VIH que tenía fines políticos.

Entretanto, InterAction, una alianza de varios grupos de asistencia internacional, dijo que el uso de un grupo contra el VIH para actividades de espionaje es "inaceptable". Añadió que el gobierno estadounidense, "nunca debería sacrificar el suministro de programas sanitarios o cívicos en favor de objetivos de espionaje".

La investigación de la AP halló que el programa apuntaba deliberadamente a reclutar a una joven generación de opositores al gobierno de la isla, aunque en Cuba es ilegal colaborar con programas extranjeros de promoción de la democracia.

Documentos preparados para el programa patrocinado por USAID dicen que el taller de VIH era la "excusa perfecta" para realizar actividad política.

En respuesta a las conclusiones de AP, Leahy dijo que "tal vez fue un buen negocio para el contratista de USAID, pero mancha la larga trayectoria de USAID como líder en asuntos de salud global".

La Casa Blanca aún debe responder a preguntas sobre un proyecto, antes secreto, de crear un "Twitter cubano" llamado ZunZuneo. Ese programa, lanzado por USAID en 2009 y también revelado al público por la AP en abril, creó una red social primitiva bajo las narices de los funcionarios cubanos. El inspector general de USAID lo está investigando.

En abril, Leahy calificó el programa ZunZuneo de "necio, necio, necio". Pero no todos los legisladores criticaron este último proyecto.

La representante republicana Ileana Ros-Lehtinen dijo que los programas de USAID eran importantes para los derechos humanos en Cuba. "Debemos seguir presionando al régimen de Castro y apoyando al pueblo cubano que es oprimido diariamente", dijo Ros-Lehtinen, nacida en Cuba y activa partidaria de la promoción de la democracia en la isla.

Meses atrás la CIA prometió dejar de usar los programas de vacunación de personas, como el que usó en Pakistán para dar con Osama Bin Laden, para reunir información.

En el taller de VIH desarrollado en Cuba en 2010, la investigación de la AP halló que el trabajo de los latinoamericanos estuvo signado por la incompetencia y lo riesgoso de la actividad. Los jóvenes estuvieron a punto de arruinar la misión de "identificar actores potenciales por el cambio social". Uno dijo que le dieron apenas un seminario de 30 minutos sobre cómo evadir a la inteligencia cubana, y aparentemente no había una red de seguridad para los inexpertos jóvenes si los atrapaban.

Casi una decena de latinoamericanos trabajaron para el programa en Cuba, con sueldos tan bajo como 5,41 dólares la hora.

"Estos programas necesitan desesperadamente la supervisión de adultos", dijo el senador republicano Jeff Flake, crítico desde tiempo atrás de los proyectos cubanos de USAID. "Si se usa un taller sobre sida como fachada para algo distinto, eso es... no sé cómo decirlo... eso está mal".

La AP descubrió que USAID y su contratista, Creative Associates International, siguieron adelante con el programa a pesar de que los funcionarios estadounidenses dijeron a otros contratistas que pensaran en suspender los viajes a Cuba después del arresto de Alan Gross, un contratista que fue capturado y que sigue preso en Cuba por introducir clandestinamente tecnología de avanzada.

Un abogado de Gross dijo el lunes que su cliente no puede soportar la vida en la cárcel por mucho tiempo más y se ha despedido de su esposa y una de sus hijas.

"Valoramos vuestra seguridad", dijo un alto funcionario de USAID en un correo electrónico acerca de los viajeros latinoamericanos. "La norma se aplica a todos los viajeros a la isla, no solo a los ciudadanos estadounidenses", dijo otro.

Creative Associates refirió las preguntas realizadas por la AP sobre este programa a USAID, en tanto un subcontratista con sede en Costa Rica, que participó en el proyecto, dijo que su organización no intentaba desestabilizar políticamente a Cuba. "Queremos desmentir que hubiesen intenciones encubiertas de generar incidencia política", dijo Fernando Murillo, director de la Fundación Operación Gaya Internacional.

Con base en documentos y entrevistas en todo el mundo, la AP halló que el programa tomó amplias medidas para ocultar las actividades de los viajeros. Debían comunicarse con códigos: "Tengo dolor de cabeza" significaba que temían ser vigilados por las autoridades cubanas; "tu hermana está enferma" era la orden de interrumpir inmediatamente el viaje.

Para evadir al gobierno cubano, los viajeros instalaron documentos de apariencia inofensiva para ocultar información confidencial que llevaban. Escondieron archivos en memorias portátiles y enviaban correos electrónicos encriptados mediante un sistema que hubiera podido despertar sospechas.

"Todos los gobiernos necesitan buscar compensaciones, por ejemplo, entre las libertades civiles y la seguridad pública", dijo Les Roberts, profesor en la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Columbia. En el caso de Cuba, dijo, hay una compensación entre las campañas de desarrollo neutras y "el objetivo político de lograr un cambio de régimen".

"Sin la apariencia de neutralidad, USAID podría lograr pocos objetivos internacionalmente", añadió.

Tanto el programa de jóvenes viajeros como ZunZuneo formaban parte de una campaña multimillonaria más amplia de USAID para lograr cambios en países políticamente volátiles, según indican datos del gobierno. Pero los proyectos investigados por la AP aparentemente no lograron sus objetivos y funcionaban bajo una agencia más conocida por la ayuda internacional, que por las operaciones clandestinas.

El dinero para la iniciativa de los viajeros salió del mismo fondo federal que pagó el ZunZuneo.

Pero USAID aún debe proporcionar a la AP una copia completa de los contratos cubanos solicitada bajo la Ley de Libertad de Información hace más de tres meses.