Home

Mundo

Artículo

CURANDOSE EN SALUD

Felipe González se juega la carta de las elecciones, antes de que su popularidad descienda.

9 de octubre de 1989

Como un "regalo indeseable" ha sido calificado por la prensa española el adelanto de las elecciones legislativas que aprobó el gobierno socialista la semana pasada.
Con el argumento de que "La derecha española necesita un poco de oxigeno", el vicepresidente del gobierno, Alfonso Guerra, describió el propósito de adelantar los comicios en ese país. Sin embargo, segun los propios observadores españoles, el adelanto de las elecciones se debe fundamentalmente a las políticas económicas del gobierno de Felipe González.
De acuerdo con esta interpretación ante la inminente pérdida de popularidad a que se vería sometido el régimen socialista español en el momento en que se decidiera iniciar la campaña contra el consumismo, lo mejor era adelantar las elecciones y luego exponerse.
Aunque medidas como la de aumentar las tasas de interés para los créditos ya han comenzado a producirse en España (con el claro objetivo de invitar a los españoles a que dejen de comprar tanto), lo que hay que hacer en este sentido parece no haber comenzado realmente. Y aunque prácticamente nadie descarta el hecho de que lo poco que se ha avanzado ya le ha costado algunos votos al Partido Socialista, son muy pocos los que creen que los españoles quieran un gobierno diferente al de Felipe González. De hecho, en una encuesta realizada por la firma Demoscopia (que es algo así como el Centro Nacional de Consultoría español) y contratada por el diario El Pais, el 77% de los españoles considera que el PSOE volverá a ganar las elecciones aunque un 36% cree que ya no sera por mayoría absoluta.
En la práctica eso parece significar que el adelanto de las elecciones legislativas en España es una jugada política del gobierno, no tanto destinada a cuidar que no se pierdan las elecciones, sino a evitar darle argumentos electorales a la derecha, representada en el Partido Popular. Y este, aunque ya encontró un candidato, José María Aznar, no representa mayor peligro para el Partido Socialista, a pesar de que las frases con las que inicio Aznar su campaña no les suenen tan raro a los españoles.
"Felipe González adelanto las elecciones porque no sabe lo que tiene que hacer o, más exactamente, porque no se atreve a hacer lo que tiene que hacer".
Lo concreto es que el gobierno socialista de Felipe González, por lo menos electoralmente, está hoy más sólido que nunca y los problemas que empieza a afrontar no vienen justamente desde la oposición de derecha, sino de la que se cuece al interior de su propio partido. El hecho de que la central de trabajadores UGT, que tradicionalmente invitaba a votar por el PSOE, anunciara que esta vez no lo va a hacer, sumado a la reciente creación de "Una corriente social-democrata dentro del partido" comienza a verse como el problema real del gobierno de Felipe González.