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| Foto: Víctor Amaya / SEMANA

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De los “tontons macutes” a las “milicias bolivarianas”

Las manifestaciones de este miércoles mostraron las cartas con las que el Gobierno venezolano y la oposición afrontarán la crisis que rodea al vecino país.

Julio Londoño Paredes*
20 de abril de 2017

Fue ayer un día memorable en Venezuela. La oposición organizó una gigantesca movilización, no solamente en Caracas sino en otras ciudades de país. Exigía algo muy simple: elecciones libres y limpias, liberación de los presos políticos e independencia auténtica de los poderes, comenzando por el de la asamblea nacional.

El gobierno echó mano de sus esbirros, buena parte de ellos empleados públicos y funcionarios, para organizar “contramanifestaciones”, cada vez más lánguidas y desganadas, a pesar de las alborotadas arengas de Maduro y sus más cercanos seguidores.

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El lema de la oposición es continuar con las marchas indefinidamente hasta conseguir la democracia. Pocas horas antes de la última, el hombre fuerte de Venezuela, con más títulos que los tenía Carlos V, el general ministro de defensa Vladimir Padrino López, en forma vigorosa apoyó a Maduro incondicionalmente. Seguramente seguirán otras marchas, con las correspondientes contra manifestaciones maduristas.

En las movilizaciones de ayer hubo varios muertos. Algunos, ni siquiera participaban en las concentraciones y fueron víctimas de “balas perdidas”. Mal presagio: el principio del fin del gobierno del general Gustavo Rojas Pinilla fueron los hechos del 8 y 9 de junio de 1954. El 9 de junio un destacamento de soldados, pesimamente entrenados y peor comandados, disparó en la esquina de la carrera séptima con la avenida Jiménez, contra un grupo de estudiantes: murieron nueve de ellos.

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El caso en Venezuela es muy complicado. La víspera de las concentraciones de la oposición, Maduro en tono desafiante, anunció que iba a incrementar las “milicias bolivarianas” hasta 500.000 hombres y que les iba a repartir a todos fusiles para defender la revolución bolivariana.

Muchas dictaduras han utilizado a matones pagados, para que, invocando la constitución y la soberanía del país se lancen a atropellar a la población civil o las minorías para defender el gobierno de turno. No se trata de hacer un símil con las camisas negras de Mussolini o con las SS y las camisas pardas Hitler.   

Tenemos ejemplos cercanos: durante el régimen de Francois Duvalier y posteriormente en el de su hijo Jean Claude, prevalecieron los Tontons Macoutes, unos grupos paramilitares que, aunque fueron los principales baluartes de la era “duvalierista”, también fueron la causa de la irreversible caída del régimen.

En audio: "Nos están matando por pensar diferente"

El anuncio de los 500.000 milicianos, bajo las órdenes directas de Maduro, puede haber sido el “harakiri” del madurismo. Es bien sabido, que durante muchos años ha habido permanentes confrontaciones, recelos y diferencias entre el ejército, la marina y la aviación militar de Venezuela, con la guardia nacional. Con mayor razón, necesariamente tarde o temprano surgirán diferencias entre los tontons macoutes venezolanos y la fuerza armada de ese país, por más madurista que ésta sea y a pesar de que las milicias estén nominalmente dentro del organigrama militar.  

De otra parte, la comunidad internacional que, aunque tenía prevenciones y críticas sobre la situación venezolana, ahora con los 500.000 de las milicias bolivarianas, va a disipar las dudas que tenía sobre el gobierno venezolano.

La canciller colombiana ha expresado, por instrucciones de Santos, su preocupación por este hecho ante el Secretario General de la ONU. Un paso más de carácter político doméstico, que con efectos prácticos, sin embargo el paso se dio…

(*) Profesor de la facultad de gobierno, ciencia política y relaciones internacionales de la universidad del Rosario. Ex canciller y ex embajador de Colombia ante la OEA y Naciones Unidas.