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En la masacre de San Fernando, en el norte de México, 193 inmigrantes fueron asesinados por Los Zetas. La respuesta del gobierno ha sido la militarización de las calles.

NARCOTRÁFICO

De mal en peor

México cierra un año doloroso, intenso, difícil y sin perspectivas de resolución de la crisis social, institucional y de orden público que cada día hunde a los ciudadanos en el desconcierto y el miedo.

17 de diciembre de 2011

Este 2011 aporta más de 10.000 muertes violentas a las cifras atroces de asesinados y desaparecidos que en México suman cerca de 50.000 desde 2006, cuando inició la presidencia de Felipe Calderón y su "estrategia de combate frontal contra el narcotráfico".

Aunque en 2010 se reportaron cerca de 6.000 homicidios más que en 2011, este año se recrudecieron las formas de violencia, basadas en sembrar el terror colectivo: los asesinatos masivos, la exhibición de cadáveres en espacios públicos y las decapitaciones como mensajes para la comunidad. En México, los narcotraficantes cortan y exponen las cabezas de sus rivales o traidores para ajustar cuentas o sentar precedentes.

Entre los hechos de violencia masiva más impactantes del año está el ocurrido el 27 de febrero en diferentes bares de Alianza en Torreón, Coahuila, donde diez personas fueron asesinadas y nueve, heridas. Luego, tras la masacre de 72 inmigrantes ilegales por parte de Los Zetas en San Fernando, Tamaulipas, en agosto de 2010, el 6 de abril de 2011 fueron halladas 193 personas en fosas comunes en el mismo municipio.

El 8 de julio, 15 hombres armados dispararon contra los clientes del bar Sabino Gordo, en el centro de Monterrey, Nuevo León, asesinaron a 21 personas e hirieron a cinco. También en Monterrey, el 25 de agosto, un grupo de hombres incendió el Casino Royal, donde murieron 52 personas. Y el 20 de septiembre, en una zona turística de Veracruz, fueron encontradas dos camionetas con 35 cuerpos con huellas de tortura.

Cerca de 25 personas fueron asesinadas en tres municipios del estado de Sinaloa el 23 de noviembre, 16 de las cuales fueron calcinadas y el resto, víctimas de disparos. Al otro día, el 24 de noviembre, hallaron en Guadalajara tres camionetas con cerca de 23 cuerpos en su interior.

En cuatro de los 32 estados -Chihuahua, Nuevo León, Guerrero y Sinaloa- se concentra la mitad de los muertos de este año 2011. Además, en los estados de Durango, Veracruz, Zacatecas, Coahuila, Jalisco, Michoacán, Colima, Oaxaca, Tabasco, Hidalgo, Aguascalientes, Baja California Sur, Campeche, Yucatán y San Luis Potosí se superó en unos meses de 2011 la cifra de asesinatos de 2010.

¿Una ventana de esperanza?

Además de estas masacres, hubo cientos de hechos violentos aislados que no tuvieron mayor repercusión y cobertura mediática. Sin embargo, uno de ellos, el asesinato de Juan Francisco Sicilia, hijo del escritor Javier Sicilia, el 28 de marzo en Cuernavaca, ha sido un detonante para la visibilidad y el clamor de las víctimas. Sicilia, quien lidera el Movimiento por la Paz, con Justicia y Dignidad, ha convocado varias "marchas nacionales e internacionales contra la violencia" y en dos ocasiones se sentó con el gobierno nacional en el Alcázar del Castillo de Chapultepec a buscar soluciones.

Estas manifestaciones han significado mayor sensibilización de los mexicanos y voz para muchos familiares de las víctimas que no encuentran respuestas estatales. Como lo afirma Sicilia, 98 por ciento de los crímenes cometidos quedan impunes. Para esta Navidad, el escritor hizo un llamado a tregua para los criminales y el Estado los 24 y 25 de diciembre.

Por su parte, la Secretaría de Defensa Nacional reporta este año el arresto de 11.500 personas vinculadas al narcotráfico y la delincuencia, y la destrucción de 12.000 hectáreas de marihuana y 14.000 de amapola. También fueron capturados capos de alto nivel como Carlos Olia Castillo, la Rana, presuntamente autor intelectual del ataque al Casino Royale; José García Cansino, el Furcio; Martín Beltrán Coronel, el Águila; Alfredo Alemán, el Comandante Alemán, y Noel Salgueiro, el Flaco, entre otros líderes.

Solo el 14 por ciento de los mexicanos creen que el gobierno federal "ganará la guerra contra el crimen organizado", según una encuesta de la organización México Unido contra la Delincuencia, mientras que el resto de la población considera que la inseguridad empeorará durante 2012, último año de la administración de Calderón.

Así las cosas, los mexicanos se muestran asustados, confundidos, y evaden las señales diarias de una situación que cada día se torna más compleja: la diversidad de grupos, células e intereses del narco y la delincuencia, los hechos violentos cada vez más frecuentes y atemorizantes, la corrupción dentro de muchas entidades y el agotamiento de las instituciones para garantizar la seguridad a los ciudadanos, en especial en ciertos estados.