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DES-VENTURA

El gobernador de Minnesota no deja de escandalizar a su país con sus declaraciones <BR>desabrochadas.

8 de noviembre de 1999

Cuando Jesse Ventura ganó la gobernación de Minnesota se reunió en la cocina de la sede de
campaña con sus colaboradores y, en un momento en que todos terminaron de felicitarse, se quedaron
mirando entre ellos y Ventura dijo: "¿Y ahora qué carajos vamos hacer?". La victoria le había caído encima a
un héroe de lucha libre, actor de cine y alma de redneck que hasta ahora lo único que había gobernado
era el público de sus espectáculos intimidado por sus insultos.En condiciones normales el episodio de la
cocina y otros ejemplos de ignorancia no se cuentan. Se dejan para que los periodistas los investiguen.
Pero en el estilo de Ventura esa previsión no funciona pues fue el mismo gobernador el que lo hizo público
bajo un lema que ha mantenido sus altos niveles de popularidad y lo ha convertido en el gobernador del cual
más se habla en Estados Unidos: Ventura está convencido de que los políticos también pueden decir la
verdad o al menos lo que piensan. La semana pasada el ex luchador dio una muestra de su sinceridad
escandalosa al responder un cuestionario directo de un reportero de la revista Playboy. Sus respuestas
fueron titulares en los periódicos más importantes del país. Ventura le tiró golpes a la religión, a los
gordos, a los liberales que quieren prohibir la venta de armas y a los moralistas que creen que la solución del
problema de las drogas está en la represión.Entonces ¿cuál es la solución a la guerra de las drogas?, le
preguntó Playboy. "Parar la demanda", dijo. "La prohibición causa el delito. Usted no tiene porqué legalizarla.
Solo descriminalizarla. Crear lugares donde el adicto pueda ir. Cuando usted prohíbe algo eso no significa
que va a desaparecer". La declaración se produjo en un mal momento en Washington por la situación de
Colombia y la alianza de la guerrilla con el narcotráfico. El gobernador, que se pone cuatro veces a la
semana saco y corbata y el viernes llega con jeans y botas de vaquero, asegura que la razón por la cual
posiciones como la suya frente a las drogas no son muy populares es la religión. "La religión organizada es
una farsa, un bastón para gente de mente débil que necesita fuerza de las multitudes, que le dice a las
personas vaya y meta la nariz en los asuntos de otros".Ventura es el nombre de combate del gobernador. El
verdadero es Jim Janos, hijo de una estricta pareja de norteamericanos que participaron en la Segunda Guerra
Mundial el padre como artillero de un batallón de tanques del general George Patton y la madre como
enfermera. En su juventud Ventura fue tomatrago y buscapleitos a quien le gustaba más el deporte que el
estudio. A los 19 años ingreso en la marina (Navy Seal), donde aprendió a hacer explosivos y a
descolgarse de helicópteros. Fumaba marihuana y usaba drogas mientras escuchaba Led Zeppelin, The
Rolling Stones y Johnny Lang. Su admiración por el rock lo llevó a declarar el 15 de febrero como el día
oficial de los Rolling Stones del estado de Minnesota.Después de ingresar a una academia de lucha se lanzó
al millonario negocio con el nombre de Jesse 'The Body' Ventura, un personaje deliberadamente antipático
que se presentaba en los cuadriláteros de las grandes peleas con boas alrededor de su cuello, gritando
insultos a la gente intocable o haciendo chistes políticamente incorrectos. Todo alemán era un nazi, todo
ruso un comunista y su consejo para pelear era: "Gana si puedes, pierde si debes pero siempre haz
trampas".Ahora sus enemigos políticos han sacado a relucir esta y otras frases gritadas al calor de un
combate para tratar de desacreditarlo como si se tratara de discursos cerebrales en plaza pública. "Así es
la lucha libre. Mi trabajo era irritar a la gente", sostiene Ventura. Su figura lo hizo famoso y cada vez que se
necesitaba un malandro en el cine Hollywood lo llamaba. Salió en Batman y Robin, Demolition Man y
Abraxas. Tuvo que retirarse de la carrera luego de que los médicos descubrieran que tenía coágulos en la
sangre, pero su imagen era tan taquillera que las organizaciones de lucha libre lo mantuvieron como
presentador.El año pasado se lanzó como candidato a la gobernación de su estado por el Partido
Reformista, una mezcla de conservadurismo republicano con algunos préstamos de Partido Demócrata, y
derrotó a dos políticos veteranos, uno de ellos hijo del ex vicepresidente Hubert Humprey.Ventura está
convencido de que este no es el último escalón de su carrera política y está además seguro de lo que
quiere ser en su próxima vida: "Si pudiera reencarnarme en una tela _dijo_ me gustaría regresar en forma
de un sostén 38 D"