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Difícil futuro

Aunque Alejandro Toledo triunfó en las elecciones del 3 de junio su verdadera batalla apenas comienza.

9 de julio de 2001

En medio del desgano de un electorado que sentía que debía escoger entre dos males Alejandro Toledo se salvó del ascenso efervescente de su contrincante, el ex presidente Alan García. Sin embargo su estrecho triunfo no garantiza que el nuevo presidente logrará combatir con éxito la crisis política y económica que vive el país.

Para empezar, el gobierno anterior de Alberto Fujimori dejó una estela de desconfianza hacia los gobernantes entre la sociedad. Por eso Toledo deberá restaurar la fe en el sistema político. Para ello es importante que las demandas de justicia en relación con el escándalo de corrupción sean atendidas. Toledo se ha comprometido a asegurar que Fujimori responda a las acusaciones. Sin embargo por ahora esta promesa se revela imposible de cumplir, pues el primer ministro de Japón, Junichiro Koisumi, si bien felicitó a Toledo por su triunfo dijo que su gobierno no cedería ante la presión para extraditar a un ciudadano japonés.

Toledo se ha comprometido además a crear una comisión para hacer seguimiento a abusos contra los derechos humanos y a continuar con las investigaciones por corrupción, problemas de cuya solución depende el refortalecimiento de las golpeadas instituciones democráticas. En este campo uno de los retos más complicados será la reforma de las filas militares, desacreditadas por su comportamiento represivo, su politización y las revelaciones de Vladimiro Montesinos, el fugitivo ex asesor presidencial.

Pero quizás el problema más grave es la crisis económica que Toledo prometió resolver. Los peruanos esperan que el nuevo presidente cumpla con sus promesas de crear trabajo, mejorar la educación y reactivar una estancada economía. Sobre esto, ‘El Cholo’ reiteró que su primer compromiso sería poner en marcha un programa de reactivación económica de emergencia que necesitaría de “un profundo respeto por la disciplina fiscal y monetaria”.

En el largo plazo Toledo piensa luchar por renegociar la deuda externa. Además, en medio de un programa económico neoliberal prometió impulsar las exportaciones y la inversión extranjera, descentralizar la administración y continuar con las privatizaciones. Aunque estas metas están lejos de lograrse la elección de Toledo ha sido bien recibida en el mercado, que volvió a la normalidad luego de que se había visto afectado por la subida de Alan García.

En todo caso el éxito de las iniciativas de Toledo depende de su capacidad de generar consensos ya que su victoria raspada la obtuvo sin llegar a una mayoría en el Congreso.

En esta faena prometió ayudarle Alan García, quien sorpresivamente logró 48 por ciento de los votos en la segunda vuelta. García, al reconocer la victoria de su contrincante, afirmó que su derrota la recibía “con sabor a triunfo”. Además dijo que apoyaría al nuevo presidente incondicionalmente e hizo un llamado a la concertación nacional.