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EGIPTO

Victoria previsible

El martes las autoridades decidieron alargar los comicios a una tercera jornada para “permitir que más personas participaran” hasta el miércoles.

31 de mayo de 2014

Egipto vivió las elecciones más largas de su historia. El martes las autoridades decidieron alargar los comicios a una tercera jornada para “permitir que más personas participaran” hasta el miércoles. Pero la causa de la abstención no era propiamente la pereza de los votantes. El escaso interés se debió, en parte, a que el victorioso mariscal Abdelfatah Al–Sisi ya tenía más que ganado el terreno. No solo contaba con el apoyo de las fuerzas armadas, los medios y los grandes negociantes. También tenía a por lo menos 16.000 de sus oponentes tras las rejas y a las ciudades empapeladas con su nombre. Aunque su único rival, Hamdin Sabbahi, sabía que no iba a ganar, se mantuvo en pie hasta el final. Entre tanto, los Hermanos Musulmanes, encarcelados a centenares desde el golpe militar que depuso a Hosni Mubarak, llamaron a la abstención. Al Sisi tendrá que vérselas con un país que no le tiene miedo a salir a las calles, como pasó con sus antecesores, el dictador Hosni Mubarak y el islamista Mohamed Mursi. Así que por más que sea una elección cantada, lo decisivo comienza ahora.