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EL AGUILA ALIENTA A LOS HALCONES

El gobierno de Monge se desgarra entre "macartistas" y "neutralistas" mientras a Pastora casi lo matan

2 de julio de 1984

La voluntad de Estados Unidos de que Costa Rica abandone su ya dudosa neutralidad y se involucre plenamente en el conflicto centroameriano, ha hecho estallar las contradicciones que ya se venían advirtiendo en el gobierno de Luis Alberto Monge (ver SEMANA No. 72,"Costa Rica: Trapitos al sol"). La guerra sorda que existía en el gabinete entre hombres como el ministro de Seguridad, Angel Edmundo Solano Calderón y el viceministro de Gobernación y Policía, Enrique Chacón (por citar solamente dos ejemplos de "paloma" y "halcón"), se extiende al seno del partido oficial (Liberación Nacional) y ha llegado a alborotar las calles de la otrora pacífica San José.
Hace unos días la calma provinciana de la capital se vio alterada por una manifestación de 50 mil personas -cifra descomunal para Costa Rica-, que coreaban enardecidas: "¡Fuera Pastora y su banda agresora!". La columna de manifestantes iba encabezada por dos ex presidentes correligionarios de Monge: Daniel Odúber y el legendario José "Pepe" Figueres, fundador de Liberación Nacional y "padre" de la democracia costarricense. Junto a estas figuras miticas marchaban varios ministros en ejercicio, como el ya citado Solano, el de Justicia, Hugo Alfonso Muñoz y el de la Presidencia, Fernando Berrocal. Además, legisladores, sindicalistas y dirigentes de todas las fuerzas políticas del país, con excepción del partido derechista Unidad Social Cristiana.
Un vasto sector de la clase política (y de la sociedad civil en su conjunto) teme que la constante presión económica, política y militar de Estados Unidos, las actividades cada vez más desembozadas de la CIA, las frecuentes incursiones armadas de ARDE a Nicaragua y el ánimo guerrerista de la derecha vernácula, hagan trizas la neutralidad de Costa Rica, la sumerjan de cabeza en el drama centroamericano y acaben con una paz y una democracia que se han mantenido durante 36 años. A las 25 notas de reclamación de la cancillería nicaraguense, a las escandalosas revelaciones del periodista Joel Brinkley en el New York Times (informando que, por lo menos, seis altos funcionarios del gobierno Monge habrían sido sobornados por la Agencia Central de Inteligencia?, se suman ahora las denuncias y las advertencias dramáticas de muchos correligionarios del Presidente. La juventud liberacionista -a través de su principal vocero, Ricardo Castro- ha exigido la renuncia del mejor amigo de Edén Pastora, el viceministro Chacón. Otros van mas lejos y piden la cabeza del propio ministro de Gobernación, Alfonso Carro, a quien también se le atribuyen contactos con ARDE.

GRAVES ACUSACIONES
Diez legisladores oficialistas acudieron ante el primer mandatario para poner de manifiesto su preocupación por la compra de material bélico y el aumento de la ayuda militar norteamericana. Como se sabe, Costa Rica es el único país latinoamericano que disolvió su Ejército en 1948 y sólo cuenta con organismos policiales como la Guardia Civil y la Guardia Rural. Un portavoz de los legisladores, Miguel Angel Guillén, sostuvo que Estados Unidos ejerce una fuerte presión para que Costa Rica se convierta en una especie de Honduras. "Es preferible -dijo- la pobreza en paz que la abundancia en guerra". Y aclaró: "De nada nos sirve la ayuda norteamericana si nos mandan a pelear en una guerra que no es nuestra".
Más duras todavía fueron las imputaciones del ex vicepresidente de la República, José Cordero Croceri, quien, citando lo que había dicho el periódico La Prensa Libre, llegó a preguntarse si era cierto o no que el Canciller, Carlos José Gutiérrez, había sido designado porque contaba con el visto bueno de Washington. También basado en informaciones de La Prensa Libre, Croceri condenó la participación de autoridades ticas en la quema de cadáveres y restos del avión DC-3 que se estrelló en la zona norte hace dos meses y que -ya no quedan dudas- llevaba armas y pertrechos para la gente de Pastora.

UN DOCUMENTO SECRETO
El ex vicepresidente reaccionaba contra las presiones cada vez más fuertes de Estados Unidos y las de la propia derecha costarricense, que ha encontrado sus ideólogos más activos en los ex cancilleres Bern Niehaus, Gonzalo Facio y Fernando Volio, quienes dan por perdida la neutralidad y por agotada la gestión de Contadora, al tiempo que preconizan un alineamiento sin vacilaciones con la política de la administración Reagan. Tanto ese grupo, como los otros "halcones" que siguen detentando posiciones en el poder ejecutivo, están haciendo todo lo posible para que se cumplan las recomendaciones contenidas en un documento secreto del Departamento de Estado que el Washington Post hizo público el 10 de mayo último. En ese informe preliminar (que así se llama), se propone aumentar la asistencia militar a Costa Rica para "inclinar el balance político a nuestro favor en el blanco sur de Nicaragua".
Con lenguaje nítido, exento de eufemismos, se propone pasar a un segundo plano la imagen de Pastora y su grupo, y sustituirla crecientemente por la del enfrentamiento entre dos Estados: "Esa es la historia -propone el documento- Nicaragua contra Costa Rica y no Nicaragua contra opositores armados". Aumentar la ayuda, dicen los expertos que redactaron el informe, "es la única forma de endurecer su posición (la de Costa Rica) y evitar que vuelva a caer en la neutralidad". Curtis Windsor, el embajador norteamericano en San José ha cumplido fielmente esa línea y se lo suele ver sonriente junto a funcionarios de Gobernación, haciendo entrega de "jeeps" y helicópteros destinados a la frontera. También se lo ha visto -en gesto diplomático poco frecuente-, polemizando con su compatriota Brinkley por sus acusaciones de soborno a un gobierno "amigo y honesto".
La tenaza de la presión externa tiene un brazo político-militar y otro económico, no menos eficaz. Agobiada por la deuda y la crisis, Costa Rica debe sucumbir a las exigencias draconianas del FMI, las promesas de ayuda de la AID y el pragmatismo implacable de la banca privada. Como si eso no bastara, el país se ha visto invadido últimamente por unos extraños inversionistas que compran tierras cerca de la frontera con Nicaragua como un pintoresco personaje que se hace llamar Robin Hood y otro, no menos pintoresco, al que se conoce por el sugestivo mote de John Bull.
El bando de los "halcones" ha logrado significativas victorias, como la intensificación de los conflictos fronterizos y la escalada bélica de ARDE, que durante bastante tiempo se había mostrado bastante remisa a entrar en acción. Las "palomas": por su parte, lograron presionar a su gobierno para que se forme una comisión conjunta con Nicaragua -supervisada por los integrantes de Contadora- que tiene por objeto evitar nuevos conflictos y lograr un acuerdo.
Monge, como pretendido fiel de la balanza, recorre actualmente Europa asegurando que seguirá la neutralidad. Cae en contradicciones, se excusa, pero va adecuando su lenguaje a medida que advierte que los gobiernos socialdemócratas le siguen otorgando crédito a los sandinistas. Los países de Contadora, en tanto, asisten esperanzados a este paso adelante de las "palomas", pero no dejan de advertir que la sombra del águila se extiende peligrosamente sobre las verdes colinas de la "Suiza centroamericana".
PASTORA LE VIO LAS OREJAS AL LOBO
"Lo menos que quiere la revolución nicaraguense es convertir en mártir al traidor Pastora". Palabras más, palabras menos, ésa fue la respuesta que el gobierno de Managua dio a las insinuaciones de algunos en el sentido de que los sandinistas estarían detrás del atentado del miércoles de la semana pasada en el que el líder rebelde resultó gravemente herido y que costó la vida a cinco de sus seguidores y a dos periodistas. Heridos, además de Pastora, quedaron en el galpón que hacía de cuartel rebelde más de 20 personas, varios de ellos muy graves. El incidente, producido en la localidad nicaraguense de La Penca, a tres kilómetros de la frontera con Costa Rica, ocurrió en momentos en que Pastora ofrecía una rueda de prensa. Pastora había apenas comenzado a explicar que se separaba de la Alianza Revolucionaria Democrática (ARDE), un bloque de 6 grupos armados que combaten al gobierno sandinista, al no haber podido destruir, en las semanas anteriores, la propuesta de Alfonso Robelo, otro dirigente de ARDE, y de los altos mandos del somocista Frente Democrático Nicaraguense (FDN), de fusionar a ARDE con el FDN. Según el ex comandante Cero, tal iniciativa era "una traición a los principios políticos y al proyecto histórico de ARDE". También, él había denunciado que trataban de obligarlo mediante "presiones, manipulaciones y falsas expectativas" a una "unidad apresurada, irresponsable, torpemente impulsada por fuerzas oscuras". Consecuente con esa caracterización, Pastora había declarado finalmente que su grupo, el Frente Revolucionario Sandino (FRS) continuaría solo en el sur de Nicaragua combatiendo al gobierno de Managua. Al momento de escribir esta nota, las autoridades costarricenses carecían de indicios claros sobre la identidad de los autores de la explosión. Según el ministerio de Seguridad Pública de Costa Rica, la policía tica no podrá, además, realizar investigación alguna sobre el hecho pues el lugar del incidente se encuentra en suelo nica. Empero, las especulaciones fueron encontradas. Ante las acusaciones de voceros de ARDE, y de Pastora mismo, quienes culparon a Managua del atentado, Alberto Fait, presidente en ejercicio de Costa Rica (Monge se encontraba en España) conversó telefónicamente con Sergio Ramírez, miembro de la junta de gobierno de Nicaragua. Este rechazó toda participación sandinista en el incidente en los términos que encabezan esta nota y agregó que Nicaragua no deseaba la muerte de Pastora por ser él un "factor de división" dentro de las bandas antisandinistas, además de lamentar la muerte de la periodista norteamericana Linda Frazier y del camarógrafo tico Jorge Quiroz Piedra. Los círculos políticos de Costa Rica, por su parte, también se dividieron al tratar de atribuir responsabilidades en el hecho. Conservadores, como el diputado Guillermo Malavassi, culparon a Managua, mientras que legisladores de izquierda como el diputado comunista Arnulfo Ferreto, dijeron que la explosión fue producto de las divergencias existentes en ARDE. Estos últimos sectores han señalado que el atentado se produjo en un cuartel de Pastora, donde se supone que las fuerzas del líder rebelde tenían un control absoluto. Radio Monumental de San José dijo que en distintos círculos se asegura que el atentado fue la "labor de traidores" a Pastora. En ese orden de ideas se inscribió uno de los más importantes amigos que le quedan a Pastora, el ex presidente venezolano Carlos Andrés Pérez, quien acusó a la CIA de ser la autora del estallido en La Penca, cosa que fue desmentida un día después por el secretario de Estado George Shultz, quien afirmó que era "estúpido" pensar así. No obstante, diversos analistas recuerdan que el mismo Pastora había declarado semanas antes a amigos suyos que él temía "un atentado de la CIA" pues ésta, según él, quería quitarse de encima "el obstáculo mayor para la unificación de los movimientos antisandinistas", los cuales no han hecho progresos notables en su accionar.
De hecho, tres días antes de la trágica conferencia de prensa la mayoría de la asamblea de ARDE decidió pactar la unificación ARDE-FDN, operación que fue "bajo presión de la CIA", según palabras del New York Times del 31 de mayo. Según el diario, existió un plazo de la CIA a Pastora para tal unificación, el cual se vencía el 31 de mayo, un día después de la explosión.
A estos elementos, que muestran la situación de aislamiento en que se encontraba Pastora al momento de ser herido, se suman otros hechos del marco político. El líder rebelde había anunciado poco antes que suspendería por unos semanas su actividad ante el anuncio de Costa Rica de iniciar operativos para hallar campamentos de ARDE en su territorio. Por la misma fecha, el Presidente Monge firmó un tratado con Nicaragua tendiente a evitar nuevos incidentes fronterizos con Managua y llegó hasta aceptar ser mediador entre la oposición armada salvadoreña y el gobierno de Duarte, prometiendo hasta el patrocinio de una reunión entre esas partes en territorio tico, a principios de julio próximo.