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"El autogol del año": el error que causó la amarga victoria de May

Como apuesta fallida y fracaso político se interpretan los resultados obtenidos por el Partido Conservador liderado por la primera ministra británica en las elecciones de este jueves en Reino Unido.

Alianza BBC
9 de junio de 2017

Gary Lineker lo expresó en lenguaje futbolístico: "Creo que Theresa May se ha ganado el título de autogol del año", escribió en Twitter el exfutbolista inglés.

El Partido Conservador liderado por la primera ministra británica ganó las elecciones generales celebradas este jueves en Reino Unido, pero los escaños obtenidos (menos de 326) le niegan la mayoría absoluta.

Contexto: Theresa May pierde la mayoría absoluta y Jeremy Corbyn pide su dimisión

"Ahora más que nunca lo que necesita Reino Unido es estabilidad", dijo May en su primera intervención de la noche mientras todavía se contaban los votos.

Una estabilidad que ahora se presenta muy alejada de lo que la primera ministra concibió cuando decidió convocar elecciones anticipadas hace menos de dos meses, a pesar de que intentará formar gobierno gracias al apoyo del Partido Unionista Democrático (DUP) de Irlanda del Norte, que le ofrece 10 vitales escaños.

¿Qué ha pasado?

Por un liderazgo "fuerte y estable"

Theresa May convocó estas elecciones anticipadas el pasado 18 de abril.

Lo hizo para ampliar su mandato y poder aprobar sin escollos las leyes necesarias para facilitar la salida de Reino Unido de la Unión Europea, popularmente conocida como Brexit. Pero la apuesta no le salió bien.

"May se embarcó en un arriesgado juego político del que ha salido derrotada: no tenía por qué convocar estas elecciones y sólo lo hizo para conseguir una posición más cómoda para sobrellevar el agitado viaje del Brexit", opina la editora política de la BBC, Laura Kuenssberg.

Lea: Theresa May, la hija del vicario que se convirtió en la segunda mujer al frente del Reino Unido

El Partido Conservador sigue siendo el más votado pero no podrá gobernar solo.

La promesa de May a lo largo de toda la campaña fue ofrecer "un liderazgo fuerte y estable", pero en lugar de eso, los resultados debilitan su posición.

Ventaja dilapidada

Hace apenas unas semanas, al inicio de este proceso electoral, May parecía inalcanzable.

Contaba con una ventaja de unos 20-21 puntos y no parecía que el Partido Laborista liderado por Jeremy Corbyn pudiera hacerle sombra.

Si bien en los últimos días la diferencia entre ambos se fue estrechando, ninguno de los dos grandes partidos predecía en sus cálculos privados este resultado.

No hay una razón única para explicar este descalabro y en los próximos días se sucederán los análisis.

La campaña de May ha tenido varios reveses, como el anuncio de una "tasa a la demencia" para cobrar a las familias la atención sociosanitaria de las personas mayores.

Consulte: Jeremy Corbyn, el veterano político laborista enfrentado a las élites que aspira a gobernar Reino Unido

Los conservadores se pusieron a la defensiva y la primera ministra, de 60 años, rechazó acudir a un debate televisivo a pesar de que el líder laborista había confirmado su asistencia en el último momento.

Empezaron a surgir dudas sobre la validez de May como candidata al tiempo que la figura de su oponente crecía.

Mejora de imagen de Corbyn

El político de 66 años, que sobrevivió a un agitado proceso interno para mantenerse como cabeza del Partido Laborista en septiembre de 2016, realizó una sorprendente campaña en la que aumentó considerablemente sus índices de aprobación.

Su estilo franco, su oposición a las medidas de austeridad y su capacidad de conectar con las bases le favorecieron y eso se vio reflejado en el resultado.

Dada la diferencia inicial y que el objetivo de May era seguir ampliando su dominio parlamentario, cualquier resultado en el que el Partido Laborista no perdiera representantes iba a ser bueno y por eso hay ya quien habla de "derrota dulce".

La seguridad a debate

Otro factor que no se debe olvidar y que definió la recta final de la campaña fue el de cómo proteger a Reino Unido de futuros ataques extremistas.

Los ataques del 22 de mayo en Manchester y el 3 de junio en Londres, que causaron en total 30 víctimas mortales y decenas de heridos, reabrieron el debate sobre la seguridad en el país.

Sugerimos: Theresa May, la gran afectada de los ataques terroristas en Reino Unido

Tras los primeros momentos de duelo, surgieron las críticas a May por los recortes a las fuerzas policiales aplicados por los sucesivos gobiernos conservadores en los que ella fue ministra del Interior, cargo que ocupó desde 2010 hasta 2016.

May alegó que la policía tiene recursos suficientes y que no sólo se trata de recursos, sino de las capacidades que tienen los agentes que patrullan las calles.

Y después del ataque de Londres, May aseguró estar preparada para modificar las leyes de derechos humanos para, entre otras cosas, facilitar la deportación de sospechosos extranjeros y aumentar los controles sobre los extremistas.

Peticiones de dimisión

Todo este panorama hace que varias voces estén pidiendo la dimisión de la primera ministra.

Corbyn ya lo hizo incluso antes de las elecciones, y este jueves fue el primero en decir que, vistos los resultados, "May se tiene que ir".

Desde el seno de los conservadores también se empieza a decir que, por lo menos, May debe reconsiderar su posición como líder del partido.

A la espera de escuchar el análisis oficial de la propia May, lo que es indudable es que se sucederán muchos titulares y tuits similares al del, exfutbolista Lineker.

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Después de perder la mayoría en el Parlamento, la primera ministra británica Theresa May se presentó en el Palacio de Buckingham para pedir permiso a la reina Isabel II para construir una coalición que le permita formar un nuevo gobierno. "Acabo de ver a su majestad la reina y ahora formaré gobierno, un gobierno que pueda proporcionar certezas y conducir a Reino Unido hacia adelante en este momento crítico para nuestro país", dijo la conservadora May.