El Eje desarmado

Las vueltas que da la vida. Hace 45 años, el mundo celebraba la terminación de la Segunda Guerra Mundial. Lo mejor era la eliminación de la amenaza de Alemania y Japón, países que habían demostrado un ansia imperialista sin límites. Para mayor seguridad, la maquinaria bélica de Hitler e Hiroito había sido destruida. Del espíritu guerrerista de sus habitantes no había que preocuparse, pues la magnitud de su tragedia hacía pensar que nunca más se embarcarían en una aventura semejante.
Pero ahora que la guerra del golfo ha terminado, no son pocos los políticos y gobernantes que, a ambos lados del Atlántico, cuestionan la actitud de esos dos países frente al conflicto. En el caso de Alemania la paradoja es doble, porque cuando surgió la unión del país, a mediados de 1990, muchos europeos se tomaron la cabeza a dos manos proclamando que se acercaba el