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La canciller alemana Angela Merkel , que es la presidenta semestral de la Unión Europea, es una de las principales animadoras de la idea

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El ejército de Europa

Ante un clima mundial enrarecido por Estados Unidos y su poder sobre la Otan, la iniciativa para que la Unión Europea se dote de sus propias armas ha resurgido con vigor.

7 de abril de 2007

Europa ha sido escenario de múltiples guerras entre sus habitantes. La idea de un ejército común suena descabellada a la luz de la historia. Pero eso no desanima a los defensores de la idea, como la canciller alemana Angela Merkel, actual presidenta del Consejo de Europa, quien la ha revivido. "Debemos acercarnos cuanto antes a la idea de un ejército europeo común", dijo la canciller, y desató las alarmas en Londres y Washington. Porque como aliado carnal de Estados Unidos, el Reino Unido rechaza tanto como éste la creación de cualquier organismo militar que rivalice con la Otan.

Pero el ejército europeo viene ganando más voces a su favor. El primer ministro belga, Guy Verhofstadt, pidió conformarlo con 100.000 hombres, para mejorar la posición defensiva de la Unión Europea y también, según aclaró, para "reforzar la Otan". En el Parlamento Europeo los conservadores y los socialistas, que son mayoría, también están de acuerdo.

"Ciertamente la Otan (Organización del Tratado del Atlántico Norte) le ha ahorrado mucho dinero a Europa en materia de seguridad y ese dinero ahorrado ha sido invertido en bienestar social, pero el mundo ha cambiado y la mayor parte de los socios de la Unión Europea no se sienten seguros con una Otan bajo el control total de Estados Unidos y por eso demandan la urgente creación de un ejército común que sí les brinde la protección que necesitan en los tiempos actuales", explicó a SEMANA Olaf Baur, experto en seguridad del Foro para el Debate sobre Inteligencia (Gknd). Ya lo había advertido el politólogo norteamericano Robert Kagan (ex halcón de Washington), quien hace tres años dijo en Madrid que "la Unión Europea nunca podrá hacer sombra a Estados Unidos mientras no se convierta en una potencia militar".

Este apoyo generalizado a la creación del ejército europeo se disparó tras conocerse que Estados Unidos planea construir un "escudo antimisiles" en Polonia y República Checa "para protegerse de un posible lanzamiento de misiles desde Irán y Corea del Norte". El ministro alemán de Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, aseguró que estos planes de Washington en Europa del Este pueden generar una división en la Unión Europea y, lo más grave, podrían provocar una nueva carrera armamentística. De hecho, la reacción más airada vino de Moscú, que amenazó con rearmarse si el "escudo antimisiles" se hace realidad.

Según The New York Times, el Pentágono ya solicitó al Congreso 56 millones de dólares para construir esos 11 sistemas de antimisiles hasta 2011, aunque se estima que el costo superará los 1.600 millones de dólares. En mitad del debate, Merkel viajó a Polonia, se entrevistó con el presidente Lech Kaczynski y obtuvo la promesa de que, si se construye, el "escudo antimisiles" se hará únicamente "en el marco de la Otan".

Merkel se ha lanzado a buscar el compromiso para crear un ejército durante los próximos 10 años, que incluya una fuerza naval de intervención rápida para operaciones contra la piratería y el contrabando y para misiones humanitarias. El primer paso será la creación en 2008 de una base de datos común para seguir las operaciones y la disponibilidad de los barcos de los países socios, con el fin de asignarles tareas. Y en esta misma dirección, la Unión Europea invertirá 1.400 millones de euros para fortalecer la cooperación y promover la investigación civil sobre seguridad, cuyo primer objetivo será la lucha contra el terrorismo.

Por su parte, el premier belga, Guy Verhofstadt, ha propuesto crear un impuesto europeo para que la Unión Europea cuente con sólidos medios financieros, gracias al aporte del 1 por ciento del PIB por parte de cada país miembro. Con ello, las arcas de la Unión Europea conseguirán más poder y podrían financiar la creación del ejército, que a la larga significaría un gran ahorro, ya que le economizaría a los países su ineficaz inversión en seguridad nacional.

Por ahora, el gran escollo a la creación del ejército europeo es Londres, pero Verhofstadt ha advertido que si no se une a este tren, "la Unión Europea deberá entonces avanzar sin Gran Bretaña".