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Hugo Chávez e Iván Marquéz en el 2008. | Foto: Archivo SEMANA

DIÁLOGOS

El fantasma que mira en el proceso de paz

Hugo Chávez tenía una fuerte influencia en 'Iván Márquez', el hoy jefe negociador de las FARC.

5 de marzo de 2013

Hace pocos días, Semana.com reveló una serie de fotografías de Iván Márquez, comandante guerrillero y jefe del equipo negociador por las FARC en los diálogos en La Habana, Cuba, que le dieron la vuelta al mundo.

El guerrillero estaba en una moto Harley-Davidson en un sitio que él dijo no recordar. Esta revista comprobó con otras imágenes que todo indicaría que ocurrió dentro de las instalaciones del Fuerte Tiuna, que es nada más y nada menos que el complejo militar más grande y emblemático de Venezuela. ¿Cómo hizo uno de los más buscados insurgentes de América Latina para tomar semejante descanso en una instalación militar que es comparable a Tolemaida? La respuesta es sencilla.

La afinidad ideológica que sentían mutuamente el presidente de Venezuela, Hugo Chávez Frías, y la guerrilla de las FARC. Tanta, incluso, que algunos expertos en este grupo armado creen que fue precisamente él quien les dio el empujón para que sentarán a conversar en La Habana, Cuba.

Ya SEMANA lo había escrito: “De culminar felizmente el proceso de paz con las FARC, los colombianos tendrían no poco que agradecerle”. En efecto, en el análisis se dijo que “la explicación es tan simple como paradójica: por las mismas razones por las que el entonces presidente Uribe le declaró la guerra, el mandatario venezolano es, hoy por hoy, la pieza clave de la negociación entre esa guerrilla y el gobierno de Colombia”.

SEMANA sentenció: “A Chávez las FARC no sólo lo oyen. Le reconocen una ‘autoridad moral muy grande’, como dijo hace poco Rodrigo Granda, uno de sus voceros. Su revolución bolivariana, su cruzada antiestadounidense, su vindicta contra los medios que no controla son modelos para ellas. Y, aunque no se ha probado que él o su gobierno tengan responsabilidad directa, es un hecho que la guerrilla usa buena parte de los 2.219 kilómetros de frontera para escampar de la ofensiva militar del lado colombiano, reponerse y mantener rutas de logística y de tráfico de cocaína cada vez más prósperas y consolidadas.

A través de informes de inteligencia y de reportajes periodísticos que recogen testimonios en ambos lados de la frontera se ha probado que elementos de la Guardia Nacional y de los militares venezolanos tienen relaciones con las FARC y varios de sus más notables comandantes cuentan con refugios en Venezuela.

Por todas estas razones -y otras más, de corte ideológico-, Álvaro Uribe decidió que la mejor manera de pelear con las FARC era pelearse con Chávez. Paradójicamente, por las mismas razones, Juan Manuel Santos decidió que uno de sus primeros actos de gobierno sería hacer las paces con el mandatario vecino. Una apuesta que, hasta ahora, y pese a las protestas del uribismo, ha funcionado. Gracias en buena parte al papel tras bambalinas de Hugo Chávez, las FARC están sentadas a una mesa con delegados del gobierno colombiano en La Habana”.

Por eso, su fantasma ahora gravita alrededor del proceso de paz. De ahí que el presidente Juan Manuel Santos haya dicho que el mejor homenaje que se le puede hacer a su memoria es firmar un acuerdo de salida negociada al conflicto armado que desangra a Colombia.