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El médico increíble

Howard Dean, un virtual desconocido, se perfila como rival peligroso para Bush en las elecciones de 2004.

11 de agosto de 2003

Howard Dean es el hombre del momento. Su rostro adorna las portadas de las revistas Newsweek y Time y su nombre los titulares de los principales periódicos estadounidenses. Los medios lo describen como el único precandidato presidencial demócrata que podría derrocar a George W. Bush en 2004. La racha de

popularidad de este médico y ex gobernador del estado de Vermont se disparó cuando se supo que con su página de Internet había logrado el récord de recaudación de fondos de todas las campañas al completar 7,6 millones de dólares .

La forma como lo logró tampoco tenía precedentes en la historia política: Dean se había enterado de que Dick Cheney, que será una vez más la fórmula de Bush en las elecciones, viajaría a Carolina del Sur, donde ofrecería una cena de 2.000 dólares por plato para recaudar 200.000 dólares para la campaña republicana. Entonces Dean puso en Internet una foto suya comiéndose un sánduche de pavo de tres dólares e invitó a los internautas interesados en contribuir a su campaña a que se "enfrentaran a los intereses de los ricos". Su estrategia le generó 500.000 dólares en tres días y le sirvió para dejar en ridículo al equipo Bush-Cheney. Para varios de los expertos en democracia e Internet el fenómeno Dean ya es un hito. Según dijo a SEMANA Grant Reeher, un estudioso del tema de la Universidad de Syracuse, "la campaña de Dean demostró que al usar Internet para crear redes de comunicación política, responsabilidad compartida y participación activa, se destapa una poderosa fuerza que había estado latente en la política norteamericana de los últimos años". Además el uso que Dean le ha dado a Internet para recaudar grandes cantidades de plata y organizar a los votantes le ha generado cobertura de prensa positiva.

La popularidad de Dean se debe también a que se diferenció desde el principio del resto de demócratas que han apoyado la política exterior de Bush en Irak. Sus primeros seguidores, que captó gracias a su página de Internet, pertenecen a la izquierda educada y antiguerrerista, representada en figuras como el elenco de The West Wing y el documentalista ganador del Oscar, Michael Moore. Al igual que como hizo éste en la ceremonia de los premios de la Academia, Dean no pierde oportunidad de acusar a Bush de mentir y engañar al público norteamericano para justificar la guerra. "Nos opusimos a la guerra en Irak desde el principio y resulta que los cuatro candidatos de Washington respaldaron una guerra que luego resultó estar basada en cosas que no eran ciertas", dice en su página de Internet. Según Jeff Gulati, experto en elecciones de la Universidad de Wellsley, el fenómeno de Dean es interesante en la medida en que, aunque la mayoría de activistas demócratas se oponen a la guerra, él es el único candidato viable que también lo hace.

Por otro lado, Dean es admirado por jóvenes y personas que solían distanciarse de la política porque es visto como un candidato de un nuevo tipo. Según cuenta, la mitad de los contribuyentes a su campaña nunca habían donado plata a ningún otro candidato. Esto se debe a que además de su novedoso uso de Internet y su oposición al aparente unanimismo guerrerista del pos 11 de septiembre, Dean llegó a la política casi por casualidad. Era médico en ejercicio y antes había sido corredor de bolsa. Empezó a involucrase en trabajos comunitarios y en acciones para mejorar la infraestructura de su vecindario, como la instalación de una ciclorruta. Luego su interés por la política se volvió más serio y llegó a convertirse en vicegobernador. Fue entonces cuando una jugada del destino quiso que el gobernador Richard Snelling muriera de un infarto. Dean lo reemplazó en 1991 y dos años después se lanzó para el mismo cargo y fue reelegido.

Aunque hoy en día sus críticos lo pintan como un candidato peligrosamente izquierdista, quienes lo conocieron desde su administración de Vermont se sorprenden, pues su estilo fue bastante conservador. Un vocero de la IBM contó a Bussiness Week que Dean era el mejor aliado de los intereses de los grandes empleadores y que peleaba por ellos cuando las fuertes medidas ambientalistas de Vermont truncaban proyectos importantes. Además Dean se vanagloria de ser un defensor a ultranza de la disciplina fiscal, no cree que se deba legalizar ninguna droga porque, como médico, considera que las que ya son legales causan suficientes problemas, y defiende la pena capital para ciertos delitos. Por otro lado, las dos políticas más liberales que aprobó durante su gobierno en Vermont -las uniones civiles de homosexuales y un refinanciamiento de las escuelas públicas- fueron en realidad el resultado de la presión de la Corte Suprema de Vermont, que es la más liberal de Estados Unidos.

En todo caso, el camino de Dean es difícil y por ahora está muy lejos de Bush en las encuestas, aunque aún es muy pronto para saber cómo evolucionará la carrera presidencial. Lo común es que los demócratas que han ganado la presidencia en Estados Unidos sean moderados, y en este sentido la oposición de Dean a la guerra en Irak puede parecer demasiado radical en una nación tan inflamada de patriotismo. En esta medida tal vez si Dean sigue ganando reconocimiento podría empezar a moderar su posición. Pero también podría ocurrir que el buen doctor cambiara la historia electoral estadounidense. En efecto, es muy probable que las cosas empiecen a complicarse para Bush el próximo año, en particular en el frente económico y con relación a la política exterior. Según Reeher, "un buen candidato demócrata que dirija una campaña fuerte e inspirada representaría una verdadera amenaza, y dependiendo del estado de ánimo de la nación dentro de un año ese candidato podría derrotarlo. ¿Podría ser Dean? Ciertamente".