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Daniel Galván Viña, el pederasta español condenado a 30 años de cárcel en Marruecos y cuyo indulto ha sido revocado por el Rey Mohamed VI (EFE / AL MASSAE) | Foto: EFE / AL MASSAE

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El pederasta español que fue indultado y recapturado

Daniel Galván abusó de al menos once niños y tras el indulto estuvo casi una semana en libertad.

5 de agosto de 2013

El martes pasado, cuando fue informado del indulto recibido, el español Daniel Galván Viña se mostró sorprendido ante su abogado por la repentina medida. Apenas cumplía dos de los 30 años de prisión a los que fue condenado por el abuso de once niños de entre tres y 15 años en la ciudad de Kenitra, Marruecos.   

Allí llegó en 2005, tiempo después de servir como oficial del Ejército iraquí. Ante sus vecinos se mostraba como un profesor jubilado que dictaba clases en Murcia, España. Según fuentes de una universidad de esta ciudad, efectivamente de 1996 a 2002 Galván Viña fungió como profesor de árabe. No obstante, en 1976 Galván ya había pasado por territorio español.

Las familias a las que conoció en Kenitra le dieron la confianza para cuidar a sus hijos y organizar fiestas infantiles en las cuales aprovechó para grabarlos en posturas sexuales y abusar de ellos. 

Según el diario El País de España, la instigación de antiguos jefes de alguna agencia de espionaje pudieron motivarlo a comprar dos casas en Kenitra, al norte de Rabat, capital del Reino de Marruecos. 

Posteriormente logró edificar en el campo, cerca de la residencia de una madre soltera con dos niñas de 12 y 14 años respectivamente a su cargo. El contacto con estas menores llevó a la primera denuncia por tentativa de violación que logró eludir en este país. 

“¿Por qué viniste aquí a abusar de niños marroquíes?”, le preguntó el juez en el juicio del 2010 y el cual al año siguiente derivó en una pena de 30 años de cárcel, la más alta en este país por el delito de pederastia. 

“Porque no cuestan caro y todo se consigue con dinero”, contestó Galván Viña, quien durante la audiencia preliminar ante el fiscal afirmó que debía ser ejecutado por todos los delitos cometidos a su paso por esta nación árabe.   

El pasado miércoles, el diario digital marroquí Lakome incluyó el nombre de Daniel Galván en una lista en que aparecían los 48 españoles presos indultados por el rey Mohamed VI de Marruecos tras la visita oficial del rey Juan Carlos I de España a mediados de julio pasado. 

Esto como parte de un acto anual para preservar las relaciones entre ambos países, en el marco de la celebración del Día del Trono, fiesta nacional que conmemora la llegada al poder del monarca marroquí. 

Al momento de la publicación, las redes sociales se convirtieron en un hervidero de reclamos al rey que pronto revirtieron en protestas en las calles. Uno de los que más se sorprendió y que pronto se encargó de regar la noticia fue Hamid Krairi, abogado de seis víctimas de tres familias distintas, quien el 30 de noviembre del 2010 se encargó de que Galván fuera arrestado. 

“Un amigo que trabaja en el Tribunal de Apelación de Kenitra me llamó y me dijo: 'Hamid, la persona que metiste en prisión ha sido liberada”, comentó Krairi. 

Por su parte, el abogado defensor de Galván, Mohamed Benyedu, tuvo una reacción igual de desconcierto. Acerca de su apoderado afirmó que tiene una doble personalidad, “es un hombre que representa un peligro no solo para la sociedad marroquí (...) y ni mi cliente ni yo solicitamos el indulto, pero lo que él sí pidió es un peritaje médico para ser trasladado a España”.  

Ese mismo miércoles entre tanto, Daniel Galván se dirigía al procurador para anular una multa de más de 4.000 euros a pagar a cada víctima, la cual fue rechazada al advertir que el indulto no anulaba la indemnización. 

No obstante, y aún cuando 14 de los 48 presos indultados no pudieron abandonar la cárcel al no pagar la respectiva multa, Galván se dirigió al Tribunal a reclamar su pasaporte español incautado. 

Al darse cuenta que este había caducado, pidió un salvoconducto en el consulado de España en Rabat, el cual le permitió el libre tránsito hacia la ciudad fronteriza de Ceuta, en España.

Y mientras el rey Mohamed VI declaraba "no haber sido nunca informado de la gravedad de los crímenes abyectos", la embajada española en Marruecos solicitó dos listas de indulto que unió en una sola. La primera tuvo solo 18 nombres y la otra 30. Esto para ser traslados a España. Esta última en la cual figuraba Daniel Galván, este hombre de ciudadanía española pero ascendencia iraquí, permaneció oculto en la ciudad de Murcia donde hoy finalmente fue capturado.