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El reo Pinochet

Como en el caso del gángster Al Capone, los delitos económicos abrieron la puerta al procesamiento del ex dictador chileno por sus crímenes más graves.

12 de febrero de 2006

Ados días de cumplir los 90 años, el ex dictador chileno Augusto Pinochet recibió la peor noticia que hubiera esperado: era procesado y declarado reo, no por violaciones a los derechos humanos, sino por no haber declarado impuestos por una fortuna de origen ilegal que alcanza los 26 millones de dólares. De esa forma, el ex general cayó como en los años 30 el gángster Al Capone, no por sus crímenes, sino por sus impuestos. El miércoles 23 de noviembre a las 12:30 horas, Pinochet quedó bajo arresto domiciliario. Fue procesado por el ministro de la Corte de Apelaciones Carlos Cerda, quien lo acusa de los delitos de falsificación de documento público, uso de pasaporte falsificado para abrir cuentas en el extranjero, evasión tributaria y omisiones en su declaración de bienes. La causa en la que Pinochet ha sido declarado reo es conocida por el nombre del banco que durante años ocultó dineros de dictadores, el Riggs. Irónicamente, fueron los funcionarios de la mejor aliada de Pinochet, la administración norteamericana, quienes buscando huellas de manejos de dineros del terrorismo encontraron la fortuna de Pinochet bajo nombres falsos y con clara evidencia de operaciones ilegales de lavado de dineros. Los informes norteamericanos sirvieron de base para las querellas presentadas en Chile por el Servicio de Impuestos, el Consejo de Defensa del Estado y particulares afectados por las violaciones de los derechos humanos durante la dictadura. Una vez conocido el monto de los haberes ilegales del ex dictador, éste perdió los apoyos políticos públicos de la derecha chilena. De ahí que, en la mayor paradoja, el proceso haya avanzado más rápidamente por delitos fiscales que por la violación de los derechos humanos. La orfandad política de Pinochet hizo posible que también avanzaran rápidamente las otras querellas en los últimos tiempos. Por primera vez Pinochet fue exhaustivamente interrogado por los jueces y sus respuestas evidenciaron que su pretendida demencia senil era fundamentalmente simulación. La opinión pública se conmocionó cuando se supo que al ser interrogado sobre su participación en los crímenes, dijo "no es cierto, y si es cierto, no me acuerdo". En este contexto tuvo especial resonancia la publicación de los textos del careo entre Pinochet y su ex jefe de la Dirección de Inteligencia (Dina), Manuel Contreras. Éste había solicitado el careo para confrontarlo por las declaraciones que había entregado a la justicia en la causa por la desaparición de 119 personas ocurrida en 1975. En ellas Pinochet negaba tener algo que ver con el mando de la cuestionada Dina e involucraba a su ex jefe de inteligencia en el proceso por sus millonarias cuentas en el extranjero. El ex general dijo que había destituido a Contreras porque "me ofreció unos depósitos de fondos en el extranjero. Yo rechacé el ofrecimiento que me hizo". Sin embargo, su estrategia fue un bumerán, porque nunca pensó que Contreras solicitaría el careo y que éste fuera inmediatamente aceptado por el juez. En el careo, el anciano ex dictador se disculpó y rectificó sus dichos: "En cuanto a la dejación del cargo por parte del general Contreras, como director ejecutivo de la Dina, debo rectificarme, ya que me trapiqué (ahogarse en lengua mapuche), me confundí y salí con ese desaguisado que no corresponde a la realidad, en el sentido de que había sido despedido porque me habían ofrecido depósitos en el extranjero, lo cual es falso y constituye una caída de mente porque la memoria me está fallando, sobre todo después de dos semanas que me están interrogando. Valga lo dicho como una explicación al general Contreras". "Estas palabras de disculpas -dijo a SEMANA la abogada del Programa de Derechos Humanos del Ministerio del Interior Magdalena Garcés- constituyen la prueba más clara para el país de que Pinochet está en muy buenas condiciones mentales, porque es capaz de reconocer el bien y el mal, la mentira de la verdad y luego disculparse. Además, es capaz de construir una disculpa coherente y traslucir su molestia por los interrogatorios judiciales. Eso debe haberlo tomado en cuenta el ministro Carlos Cerda y, sumado a las pruebas contundentes de su acuciosa investigación, hizo lo que muchos esperaban, procesó y ordenó el arresto en el caso 'Riggs'. En las 19 páginas de la resolución judicial, el ministro Cerda establece que Pinochet desde 1980 a 2004 presentó declaraciones de impuestos a la renta maliciosamente incompletas para ocultar sus dineros, con el consiguiente daño a las arcas fiscales. En el fallo, el juez se extiende en explicitar el falseamiento de una declaración jurada de bienes ante notario hecha en 1989, con el fin propagandístico de mostrar al país la probidad con que se había desempeñado, ocultando deliberadamente "su cuantiosa fortuna". El fallo revela detalladamente los depósitos en bancos norteamericanos y sus movimientos. También explica acuciosamente la compleja red de movimientos financieros y cómo en cada uno de ellos, abría nuevas cuentas con nombres falsos o a nombre de sus hijos, de su esposa y de sus secretarios privados. Si bien el ministro Cerda ha logrado encontrar la suficiente evidencia para tener presunciones fundadas de su enriquecimiento ilícito, aún no se ha establecido claramente el origen de los dineros. Una pista que está siguiendo es investigar si su entorno de asesores directos, lo que Pinochet llamó "la casa militar", se dedicó a desviar fondos del Estado a bancos en el extranjero; para eso ha ordenado revisar todos los documentos que se encuentran en poder del estado mayor del Ejército. La otra pista más compleja liga a Pinochet con tráfico de armas a países con restricciones de Naciones Unidas. Para ello habría usado en su beneficio la empresa del Ejército que fabrica, importa y exporta armas y municiones. En esa línea, se investiga el uso de pasaportes chilenos robados por el traficante de armas y drogas Edgardo Batich, quien fue socio comercial de Marco Antonio Pinochet, hijo menor del ex dictador, procesado por uso de pasaporte falso. Hay que recordar que la justicia chilena adelanta también investigaciones paralelas, todavía no vinculadas explícitamente con Pinochet, por exportaciones ilegales de armas y asesinatos de oficiales superiores del Ejército. Otra de las fuentes de cuantiosos recursos que se investiga es el negocio de las comisiones por compra de armas. La fábrica inglesa de armas Royal Ordenance reconoce haber pagado comisiones a Pinochet por la compra que hizo Chile a esa casa. Otra de las empresas vinculadas a estos ilícitos es la BAE Systems, que habría cancelado a Pinochet 2.098.841 dólares entre 1997 y 2004, a través de una empresa con sede en las Islas Británicas. Por primera vez Pinochet probó el sabor de la derrota en tribunales. Será fotografiado de frente y de perfil y sus datos personales y huellas digitales ingresarán al Registro nacional de delincuentes. El jueves pagó 20.000 dólares al tribunal para recibir su libertad provisional, pero sólo dos horas después el juez Víctor Montiglio dio a conocer la acusación en su contra por el secuestro de seis personas en la causa por 119 detenidos desaparecidos entre 1974 y 1975, y ordenó su nuevo arresto domiciliario. El proceso por delitos económicos abrió la puerta para el inicio de las causas por violación de derechos humanos. El ex general suspendió las celebraciones por sus 90 años de vida. Los fantasmas de sus víctimas lo persiguen