Home

Mundo

Artículo

El segundo minero contagia de alegría

El minero Mario Sepúlveda, quien demostró durante el encierro su habilidad para describir la situación de los mineros atrapados a través de videos, fue el segundo rescatado.

12 de octubre de 2010

Mario Sepúlveda, un electricista de 39 años, que es el segundo rescatado del grupo de 33 mineros que el 5 de agosto quedaron atrapados a 700 metros de profundidad en una mina chilena, regresó a la superficie haciendo gala de buen humor.

La cápsula "Fénix 2", con Sepúlveda haciendo bromas a diestra y siniestra, emergió desde las profundidades de la mina, 59 minutos después que saliera a la superficie Florencio Ávalos, el primer rescatado.

Sepúlveda, que ofició de "animador" en los vídeos en que los atrapados describían las condiciones de su encierro, durante su ascenso lanzaba desde la cápsula gritos como "Ya pueees", que se escuchaban nítidamente en la superficie.

Ya arriba, antes de abandonar la cápsula, gritó "¡Viva Chile Mierda¡", regaló a todos los presentes piedras minerales que sacó de una bolsa que llevaba especialmente preparada.

El rescatado, con una trayectoria de dirigente sindical, tomó la iniciativa en los abrazos, que repartió entre todos los presentes, dejando casi para el final, inadvertidamente, al presidente Sebastián Piñera, a quien finalmente aprisionó tres veces entre sus brazos.

En la superficie, Sepúlveda fue recibido por su esposa, Elvira Valdivia, y sus dos hijos.

A su mujer le dio sólo un abrazo, por lo que alguien le dijo, "oiga, abrace también a su esposa", a lo que el minero respondió: "Con la vieja tenemos para toda la vida".

En su papel de animador de vídeos desde el fondo de la mina, Sepúlveda había pedido en más de una ocasión que lo recibieran con un asado cuando saliera.

Ahora, mientras era instalado en la camilla en que fue trasladado al lugar donde se le someterá a un primer chequeo médico, dijo a los encargados: "Oigan, el asado no se me ha olvidado".

En su viaje de ida al fondo de la mina para recogerlo, la cápsula transportó al cabo de la Marina Roberto Ríos Seguel, de 34 años, el segundo rescatista que descendió para apoyar a los mineros en los preparativos de su ascenso.

El primero fue el funcionario de la empresa minera estatal Codelco Manuel González, a quien se unió a Ríos en el refugio de los mineros.

Al igual que Ávalos, Mario Sepúlveda utilizó un traje especial, con un cinturón que vigila sus signos vitales y anteojos especiales en su viaje a la superficie y tras saludar a su familia fue sometido a un primer chequeo médico, antes de ser trasladado al hospital de la ciudad de Copiapó.

Las autoridades han dispuesto que los 33 permanezcan ingresados 48 horas.
 
Primeros momentos

Cuando el primer rescatista, Manuel González Paves, llamado por el grupo de socorristas como ‘Manolo’, ingresó en la cápsula Fénix 2, los familiares de los mineros se agolparon a las pantallas de televisión y la emoción se sintió en el mundo entero.
 
El presidente chileno, Sebastián Piñera, le dice a ‘Manolo’ “lo esperamos de vuelta” y el equipo de socorristas aplaude y entonan un canto de alegría y optimismo.
 
El trayecto al interior de la mina demoró menos de diez minutos. El grupo de los mineros se dividió en tres agrupaciones: los cuatro primeros rescatados son los más ágiles, seguirán otros once, que padecen problemas de salud, y finalmente, se rescatará el equipo más grande, integrado por 17 mineros, de los que se dice, son los más fuertes.
 
El primer rescatado
 
Florencio Ávalos es el primer minero rescatado de la cárcel de tierra. Tiene 31 años y es
hermano de Renán, otro de los mineros atrapados por el derrumbre ocurrido el 5 de agosto.
 
La razón por la que los familiares no deseaban irse la resumió para BBC Mundo Wilson Ávalos, tío de los hermanos Florencio y Renán: "La presencia de nosotros es porque ellos saben que estamos acá y sienten nuestro apoyo".
 
Ávalos emergió de la cápsula "Fénix 2" a las 10:15 p.m. (hora colombiana) al término de una maniobra seguida en directo por televisión por mil millones de espectadores alrededor del mundo.

En la superficie le esperaban ansiosos su esposa, Mónica Araya, su padre, Alfonso Ávalos; sus hijos Alex, de 16 años, y Byron, de 8, y su tío Wilsson.

Los familiares rompieron a llorar y se fundieron en abrazos con él, mientras una sirena alertó al campamento "Esperanza" de que el salvamento más milagroso de la historia de la minería había comenzado con éxito.

El minero, cuyo viaje por el pozo excavado durante 33 días se demoró apenas 15 minutos y 32 segundos, llevaba unas gafas oscuras especiales para evitar que la luz dañara sus ojos y mostraba una gran serenidad,a diferencia de su pequeño hijo Byron, que prorrumpió en un largo sollozo.

Tal y como había anunciado que era su deseo, el presidente de Chile, Sebastián Piñera, abrazó al minero con emoción, mientras la primera dama, Cecilia Morel, hacía otro tanto con la esposa del rescatado, Mónica Araya.

El ministro de Salud, Jaime Mañalic, lo acompañó hasta una camilla y fue conducido hasta un pequeño contenedor cercano al punto donde la cápsula alcanzó la superficie para ser sometido a un primer análisis médico.

El estallido de alegría en el campamento "Esperanza" fue acompañado con sirenas de bomberos y el repique de las campanas de iglesias en todo Chile.
 
EFE