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Maduro ha reiterado que la oposición quiere crear caos al cortar la luz, aunque la electricidad está en manos del Estado. | Foto: A.F.P.

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Un voto crucial para Venezuela

Los venezolanos esperan las elecciones locales del domingo 8 de diciembre, planteadas como un plebiscito sobre el gobierno, en medio de una altísima tensión.

30 de noviembre de 2013

Nicolás Maduro seguirá siendo presidente de Venezuela y tampoco será el fin de la oposición, pero no son pocos los que ven los comicios del 8 de diciembre como apocalípticos. La elección de alcaldes y concejales en 335 municipios es el match final entre dos fanaticadas que se enfrentan por cuarta vez en menos de un año. El temor es que ese día, decretado por el gobierno como de la Lealtad y Amor a Hugo Chávez, termine en un choque violento de barras bravas.

Las acciones de los últimos días, sobre todo las del oficialismo contra la oposición, son una señal de alerta. El martes, un grupo de chavistas destruyó la tarima donde debía pronunciar un discurso el líder opositor Henrique Capriles, quien recorre el país acompañando a candidatos locales. También intentaron incendiar la camioneta en la que viajaba aunque Capriles ya no estaba en el vehículo.


“Nos preocupa que la inseguridad de Maduro potencia más la violencia”, le dijo a SEMANA Ramón José Medina, jefe de campañas de la Mesa de la Unidad. El oficialismo también ha perseguido a otros opositores, como Alejandro Silva, jefe de Primero Justicia en el estado Zulia detenido en la madrugada del sábado por la inteligencia militar y liberado horas después, y ha buscado sacar de concurso, mediante procesos judiciales, a candidatos opositores a las alcaldías de Baruta, Valencia o Maracay.

El chavismo también se queja de que está en peligro. El alcalde de Caracas, Jorge Rodríguez, denunció al diario Tal Cual por publicar una caricatura en la que aparece atravesado por flechas en el corazón y la calificó como “apología a un gravísimo delito”. Y Maduro ha reiterado en varias ocasiones que la oposición quiere crear caos y planea un sabotaje, cortando la luz, aunque la electricidad está en manos del Estado. Advirtió que pondrá preso a cualquiera que salga a desconocer los resultados, cosa que es probable que suceda porque el ventajismo electoral y la intimidación a testigos o votantes puede repetirse como en anteriores elecciones.

Si esta hubiera sido asumida como una elección local, no habría tanta tensión, pero sectores opositores han insistido en plantearla como un plebiscito contra Maduro. Para ellos es indispensable sacar la mayoría y enviar una señal a Maduro de que no cuenta con el respaldo para avanzar el socialismo y que tampoco aprueban su gestión hasta el momento. Los oficialistas aspiran a quitarle aún más espacios de poder local a la oposición, y derrotar por tercera vez el liderazgo de Capriles.

La estrategia del gobierno, de adelantar los aguinaldos y ordenar bajar los precios de los electrodomésticos y otros artículos, parece haber detenido la caída en popularidad de Maduro pero es incierto que se traduzca en votos para el oficialismo, que de todos modos es señalado como responsable de problemas como la escasez de los alimentos, la devaluación de la moneda o la inseguridad. Probablemente, ninguno de los bandos arrasará. 

La gran pregunta es cuál de los dos ganará la mayoría del voto nacional y las principales ciudades, especialmente Caracas y Maracaibo. Se da por sentado que el chavismo obtendrá el mayor número de alcaldías, porque ya tiene la mayoría. En un escenario optimista, la oposición lograría 120, duplicando las que tiene actualmente.

Los sectores más alarmistas creen que si la oposición aumenta espacios de poder local, el chavismo buscará gobernar de la mano de las comunas, a las que desembolsa recursos desde el nivel central. Pero a pesar de que el gobierno sí está impulsando su creación y acaba de terminar un censo comunal, la experiencia con ellas ha sido variable, como lo señala el investigador de la Universidad Central de Venezuela Fernando Giuliani, quien ve muy difícil que estas puedan reemplazar las funciones de los alcaldes. Además, no todas las comunas son integradas por chavistas, pues en localidades como Chacao, casi todas están en manos de opositores , afirma Ramón Muchacho, candidato opositor a esta Alcaldía.

Gane quien gane, el año entrante será un reto para las dos fuerzas políticas. La situación económica pinta negra y hay tensión y agotamiento entre las facciones al interior de los dos bandos. Reinventarse para tratar de conquistar a los fanáticos que militan en cada uno y mantener entusiasmados a los que ya se han matriculado con una estrategia distinta a la polarización será un inmenso desafío de cara a las únicas elecciones proyectadas hasta el momento, las legislativas de 2015, la próxima oportunidad factible y democrática para cambiar la balanza de poder.