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EN UN DOS POR CUATRO

Después de 45 años, las grandes potencias reconocen la plena soberanía de Alemania.

15 de octubre de 1990


Por increíble que parezca, la Segunda Guerra Mundial apenas está terminando. El tratado firmado la semana pasada en Moscú por las cuatro grandes potencias para reconocer la plena soberanía de Alemania, es un paso fundamental para erradicar definitivamente las funestas consecuencias del conflicto mundial.
Pero aún quedan algunas heridas por restañar. Es el caso de los países bálticos -Letonia, Estonia y Lituania que todavía están luchando por lograr la independencia perdida como consecuencia de la guerra.
El acuerdo firmado en Moscú por los cancilleres de la Unión Soviética, Estados Unidos, Inglaterra y Francia, bajo la mirada tutelar de Mijail Gorbachov -el hombre que con su perestroika hizo posible la unificación de Alemania ha sido considerado por los propios alemanes como uno de los hechos más trascendentales del presente siglo. Bajo el nombre de "Tratado de Acuerdo Final con respecto a Alemania", el documento, de sólo seis páginas, consagra en ocho artículos el pleno derecho de Alemania a su autodeterminación.
El acuerdo, producto de un ciclo de conversaciones conocido con el nombre de "Dos más Cuatro" -las cuatro potencias y las dos alemanias subraya que Alemania es un Estado pacífico, que renuncia definitivamente al nazismo, y que es soberano para integrar cualquier alianza regional (incluída la Otan, si ellos quieren). Simultáneamente establece la renuncia de Alemania -cuya unificación se realizará definitivamente el próximo 3 de octubre a las armas atómicas, biológicas y químicas. Así mismo, fija en 370.000 hombres el máximo contingente de las tropas de Alemania unificada.
La Unión Soviética, por su parte, se compromete a retirar todas sus tropas de territorio alemán antes del 31 de diciembre de 1994. Y los Estados Unidos, Inglaterra y Francia a no establecer fuerzas en el sector abandonado por los soviéticos, que en adelante tendrá el estatus de zona "desnuclearizada". Al margen del documento, Alemania Federal se comprometió a ayudar económicamente a la Unión Soviética, con el fin de trasladar e instalar a los militares que retornen a su país, cuyo número supera, de acuerdo con los cálculos, los 360.000 hombres. La ayuda podría ascender a unos 7.500 millones de dólares.
El documento de Moscú cierra definitivamente uno de los capítulos más amargos en la historia de la humanidad. Y despeja el camino para la unificación pacífica de Alemania y para la constitución de un nuevo orden internacional, fundado en el derecho y en la libertad, dos de los grandes anhelos de la humanidad a las puertas del siglo XXI.