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La periodista colombiana lleva más de 15 años radicada en Estados Unidos. | Foto: Cortesía

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“Mi color de piel y mi origen no son un impedimento para mi trabajo”: Ilia Calderón

En entrevista con Noticias Uno, la periodista chocoana habló en exclusiva sobre su polémica conversación con uno de los líderes del Ku Klux Klan en Estados Unidos y cómo logró anteponerse al racismo del que fue víctima.

22 de agosto de 2017

En 2002 la periodista colombiana Ilia Calderón viajó con sus maletas cargadas de sueños a Estados Unidos. La chocoana era entonces una de las presentadoras del momento en Colombia en donde logró destacar en noticieros como CM&. Hoy, 15 años después, Ilia Calderón es uno de los rostros más reconocidos de la comunidad latina en Estados Unidos. Aunque ha estado alejada de los focos a nivel nacional, a nivel internacional su carrera periodística en Telemundo y Univisión la han hecho acreedora de múltiples premios y reconocimientos.

La semana pasada, la presentadora chocoana fue protagonista de un episodio muy desafortunado. La presentadora de Univisión realizó una entrevista a Chris Barker, uno de los líderes del Ku Klux Klan estadounidense. El racismo y el odio se tomaron la entrevista y Calderón, por su condición de latina y afrocolombiana, tuvo que sufrir los ataques del entrevistado. En la conversación, Barker la agrede y la insulta. La califica de ser una "perra cruzada" y la amenaza de muerte. "Te vamos a quemar, no importa, ya matamos a 6 millones de judíos y podemos con 11 millones de inmigrantes”, dice el hombre. 

La periodista colombiana fue la invitada especial del nuevo formato de Noticias Uno. En diálogo con la periodista Mabel Lara, Calderón habló sobre la entrevista, lo que sintió luego de recibir los insultos, sobre Trump y el ambiente hostil que se vive hoy en Estados Unidos. SEMANA reproduce la entrevista que le hizo el noticiero.

Mabel Lara: ¿Usted por qué se ofrece a meterse a la boca del lobo? ¿Por qué usted hace esta entrevista con un líder del Ku Klux Klan?

Ilia Calderón: Pues la idea surgió durante las conversaciones editoriales con todo nuestro equipo de noticias y yo era una de las personas que como tantas quería averiguar qué es lo que hay detrás de estos grupos. Quería saber por qué en los últimos meses ellos sienten que pueden levantar su voz más alto y por qué sentimos que se están están reorganizando. Por qué durante las marchas se sienten con el derecho a agredir a no solamente a verbalmente sino también físicamente a otras personas. Entonces, pues quise averiguarlo. Me dijeron que sí y así empezó toda esta aventura.

M.L.: ¿Usted se esperaba tanta agresividad?

I.C.: No, la verdad no. Yo me imaginé lo que hacen siempre: utilizar un lenguaje subido de tono e insultar a quienes no somos como ellos. Pero realmente no imaginé que iba a recibir insultos que trataran además de denigrarme como persona. Fue bastante fuerte, fue bastante difícil no solamente para mí sino también para todo mi equipo, conformado por una productora cubana y por dos camarógrafos: uno estadounidense y otro mexicano.

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M.L.: Hablemos del plano personal. En medio de una entrevista hay una guía establecida, pero cuando hay una agresividad así ¿cómo contenerse cuando le dicen que usted es una perra mestiza y que podrían quemarla?

I.C.: Simplemente me puse en el lugar de las personas que tienen que soportar este tipo de discriminación y estos insultos todos los días. No me estaban agrediendo a mi, sino que estaban agrediendo a todo lo que yo represento. Y precisamente por nuestro objetivo de poder llevar ese mensaje ahí afuera, por nuestro objetivo de levantar la cortina que hay en los ojos de mucha gente que piensa que estos grupos son algo del pasado.

Eso fue lo que nos hizo mantenernos ahí. Luego de la entrevista mis compañeros me dijeron que en varios momentos consideraron detener la entrevista porque los insultos habían subido de tono, pero nuestro objetivo antes de encontrarnos con ellos era eso, era traer ese mensaje y poderle contar a la gente qué es lo que pasa y llevar un mensaje de que estas cosas tienen que cambiar.

M.L: Lo que ha sucedido en esta entrevista ha llamado la atención de todos los latinoamericanos sobre todo en esta coyuntura con el presidente Donald Trump. Esta entrevista es contra Ilia Calderón o es contra los latinos, los judíos, los mestizos y contra los migrantes que están hoy en Estados Unidos.

I.C.: Exactamente. Ellos odian todo lo que no se parece a ellos y lo que sienten les está quitando lo que ellos consideran que es su tierra y la que consideran que es su cultura. Desconocen absolutamente el aporte de la comunidad afroamericana a la economía, a la cultura y a la sociedad en este país. Desconocen el aporte de la comunidad inmigrante, detestan a los judíos porque dicen que supuestamente están planeando una matanza masiva de los blancos e incluso dicen que el presidente Trump es un cobarde porque se ha subrogado a una familia judía que lo subsidia cuando sus empresas entran en la quiebra. Para ellos el presidente Trump debería ser más fuerte y en este momento no es un presidente que represente a cabalidad los intereses de ellos.

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M.L: Hablemos del hombre más poderoso del mundo, el presidente Donald Trump. El mandatario fue un poco gaseoso después de lo que pasó en Virginia y para muchos analistas ha exacerbado los odios y permitido que de nuevo aparezca el Ku Klux Klan. ¿Usted cree lo mismo?

I.C.: Pues sin duda el discurso tibio y la falta de utilizar los términos y llamar a las cosas como son y de ser directo ha influido en que estos grupos se sientan un poco empoderados y que puedan y que intenten llevar su mensaje de odio mucho más lejos. Sin duda el país necesita un lineamiento directo por parte del presidente. El país necesita que los legisladores entren a tratar de proponer leyes en las que se puedan controlar este tipo de discursos de odio allá afuera.

No es solamente un honor a la libertad de expresión, hay que controlar cuando estos discursos de odio están empoderando a personas que se sienten con el derecho de agredir físicamente y de matar a otras personas como ocurrió en Charlottesville. Desde nosotros también como ciudadanos tenemos que tener en cuenta de que cada palabra que sale de nuestra boca la están escuchando los niños y están reproduciendo ese mensaje allá afuera y tenemos que hacer algo por las futuras generaciones definitivamente.

M.L.: Usted es una afrocolombiana que ya tiene documentacion en Estados Unidos, pero además tiene una niña mestiza producto de una mezcla de latina con asiático. ¿Cómo siente como mamá la presión hoy en Estados Unidos?

I.C.: Somos una familia afortunada. Nuestra hija sabe la fortuna de crecer en una familia multicultural, no solo la familia de la que yo vengo sino la familia en la que ella se está desarrollando. A su edad y de acuerdo a sus conocimientos le vamos explicando las cosas, pero siempre queremos explicarle el odio al que se va a exponer pero desde el amor y desde la tolerancia y desde el respeto. A medida de que vaya creciendo va a ir conociendo y va ir teniendo sus dudas. Se las iremos resolviendo como te digo, siempre desde la tolerancia y del amor.

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M.L.: ¿En las calles se siente la tensión? Usted es un personaje público latinoamericano en los Estados Unidos y en la comunidad de Miami. ¿Pero sí se siente la tensión y el rechazo en este momento?

I.C.: No hay duda de que el país está dividido. No te voy a decir que es que salimos a la calle y nos odiamos los unos a los otros y nos estamos rechazando los unos a los otros, pero sí lo vemos en las manifestaciones en donde se presentan estos enfrentamientos entre los supremacistas blancos y los contraprotestantes. Definitivamente estamos en un país dividido.

M.L.: ¿Esto para dónde va?  ¿Qué cree Ilia Calderón?  

I.C.: Pues no sabemos. Necesitamos un presidente que sea más claro para que el país no siga dividido y unos legisladores que también trabajen por la unión de toda esta sociedad.

M.L.: ¿Usted me recomendaría a mí como negra, como mujer colombiana irme a vivir a Estados Unidos?

I.C.: Nada le puede impedir a usted ni a nadie de descendencia afro ni a una persona indígena ni a una persona de una religión distinta de hacer lo que queramos hacer. Yo sabía que en Estados Unidos había racismo pero eso no me impidió venir de Colombia a buscar mi sueño, mudarme aquí y hacer una familia. Ser negra no me impidió ir a hacer este trabajo, a ir a esta misión de entrevistar a un supremacista blanco, porque mi raza ni mi color de piel ni mi origen me pueden impedir mi trabajo como periodista.