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Europa al frente

El Viejo Continente busca ser alternativa real de poder ante Estados Unidos.

17 de noviembre de 2003

No queremos un mundo unipolar". Esta frase, repetida insistentemente por los jefes de Estado de Alemania y Francia y por funcionarios de la Unión Europea (UE), ha sido el principal motor de los últimos movimientos estratégicos de Europa por lograr poder y autonomía militar para combatir la hegemonía mundial de Estados Unidos.

La reciente alianza estratégica con China y los compromisos suscritos con Rusia para definir "un futuro espacio económico y de defensa común" han servido para responder a la advertencia del politólogo norteamericano Robert Kagan (ex halcón de Washington), quien en reciente visita a Madrid dijo que "la Unión Europea nunca podrá hacer sombra a Estados Unidos hasta que no se convierta en una potencia militar".

Los afanes de Europa por dotarse de un sistema propio de defensa y reforzar sus relaciones con miembros del 'Club Atómico (que tienen la bomba atómica), como Rusia y China, se dispararon ante el enorme poderío militar desplegado por Estados Unidos en la guerra en Irak, y ahora avanzan en varias direcciones.

Socios atomicos

"Esta alianza no le va a gustar para nada a Estados Unidos", dijo sonriente en Beijing Javier Solana, alto representante de la Política Exterior y de Seguridad Común (Pesc) de la UE, al firmar el acuerdo de asociación de China al Proyecto Galileo. Este sistema europeo de posicionamiento global vía satélite es estratégico para Europa y sus aliados, pues competirá con el GPS norteamericano, y su importancia es tal que India, otro país atómico, quiere unirse con el aporte de 300 millones de dólares, según confirmó a SEMANA desde Bruselas la comisaria europea Loyola de Palacio.

Los acuerdos de la UE con China refuerzan también el intenso comercio desarrollado durante los últimos años entre ambas potencias. China es hoy el tercer socio comercial de Europa, que a su vez es la principal inversionista en China. Tanto el primer ministro chino, Wen Jiabao, como el presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, señalaron en Beijin que "Europa, con su potencial, y China, con sus nuevas reformas, son las dos regiones que más pueden contribuir a cambiar el mundo". Solana destacó que los chinos son los que mejor comprenden lo que está pasando hoy en Europa, "ya que entienden que dentro de 30 años habrá tres polos en el mundo (Europa, China y Estados Unidos) y están muy interesados en el nacimiento del nuevo ejército europeo y todo lo que ello supone".

El acuerdo de compromiso firmado con Rusia la semana pasada marcha en la misma dirección porque en Bruselas se da por hecho que la Federación Rusa debe hacer parte de la UE. Tomando en cuenta el poderío militar de Rusia la Otan ha tratado de vincularla, e incluso ha convertido el ruso en una de sus lenguas oficiales, "pero lo más probable es que primero sea socia de la Unión Europea antes que de la Alianza Atlántica", explicó a SEMANA el coronel Ramón Ruiz, consejero de defensa español ante la Otan en Bruselas, quien resaltó que la causa principal de la renuencia rusa es el superpoder que ejerce Estados Unidos en la organización.

El proceso de integración de Rusia a la UE avanza muy lentamente pero con paso firme. Esta fue la duodécimo cumbre anual entre las dos potencias, cada año realizan dos reuniones de cooperación en seguridad entre sus ministros de Defensa y este primer compromiso firmado para "integrar las estructuras socioeconómicas de Rusia y la nueva Comunidad Europea ampliada a 25 miembros" es el mayor paso dado hacia la unificación futura de ambos bloques.

La Eurozona de Defensa

La Unión Europea progresa también a marchas forzadas en la creación de su propio sistema de defensa, independiente de la Otan, pero sin enfrentarse con ésta. La 'Eurozona de Defensa' surgió en mitad del conflicto por la guerra de Irak, cuando Francia, Alemania, Bélgica y Luxemburgo firmaron un pacto de "solidaridad mutua y defensa común", pero siempre abierto a los demás miembros de la UE, que recibió duras críticas de la Otan y los aliados europeos de Estados Unidos. Sin embargo, y después de limar muchas fricciones, especialmente con Inglaterra y España, esta iniciativa finalmente fue respaldada hace algunas semanas en Bruselas por todos los miembros de la Unión.

La decisión fue unánime porque, según explicó el premier italiano, Silvio Berlusconi: "La historia nos enseña que no hay ninguna política, ninguna diplomacia que pueda existir sino dispone del apoyo de una fuerza militar correspondiente (...) y no existe ninguna posibilidad de que la UE pueda desarrollar un papel protagonista en la escena mundial confrontándose con las demás potencias mundiales con la misma igualdad sino tiene un apoyo de defensa adecuado".

Para contrarrestar la desconfianza de Washington la UE insiste en que este proyecto, que prevé la creación de un comando central europeo (distinto al de la Alianza Atlántica) y da vía libre a la conformación de un verdadero ejército, no atenta contra la Otan, "que es la base y la piedra angular de nuestra defensa", según Berlusconi.

Entre tanto un grupo de expertos, contratados por la Comisión Europea, avanza en la definición de un programa de investigación de seguridad europea para enlazar la ciencia civil con la militar. Se trata de conformar una Agencia Europea de Armamento, con capital mixto, que brinde impulso a la industria del Viejo Continente, que se ha visto relegada en las últimas décadas por las cinco grandes compañías norteamericanas que monopolizan a nivel global el mercado de armas.

Para impulsar esta agencia ha vuelto a resurgir la idea de construir un Escudo Antimisiles Europeo, semejante al que está desarrollando Estados Unidos, aunque de dimensiones menores, elaborado con tecnología europea, pero teniendo en cuenta compatibilidades tecnológicas para asociarlo al escudo norteamericano en circunstancias especiales. Ruiz comentó a SEMANA que en este empeño está trabajando desde agosto pasado un grupo de expertos de la Otan, ya que este escudo se erigiría con recursos de la Alianza y de la UE.

Para completar, el plan de defensa llamado 'Una Europa segura en un mundo mejor', preparado por el alto comisionado Javier Solana, terminó hace poco su fase de consultas con los gobiernos de la UE y se encamina hacia su redacción definitiva. Uno de sus principios es que "la Unión Europea es una potencia de envergadura mundial, por lo que debe estar dispuesta a compartir la responsabilidad de la seguridad del mundo" y por eso contempla incluso los ataques preventivos contra países que amenacen la seguridad europea o de sus aliados.

El documento describe como principales amenazas el terrorismo internacional, "los Estados (países) en descomposición", la delincuencia organizada y la proliferación de armas de destrucción masiva, y enfatiza la necesidad de crear un orden internacional basado en el "multilateralismo efectivo".

Ante esta escalada de alianzas y estrategias militaristas de Europa, catapultadas por la guerra de Irak, el prestigioso politólogo francés Emmanuel Todd (famoso por predecir desde 1976 el derrumbamiento de la Urss), advirtió que el antinorteamericanismo generalizado puede servir en el corto plazo para cohesionar mejor a Europa, "pero a largo plazo esta desconfianza puede resultar ruinosa e incluso fatal para las dos partes si se ven como enemigos".