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El 1 de octubre del 2014, familiares y estudiantes participaron en el sepelio del joven normalista Julio Cesar Ramírez Nava, asesinado cinco días antes en una refriega con la policía municipal en Tixtla (México). | Foto: José Luis de la Cruz / Efe

MÉXICO

“Nos los tienen que entregar con vida”

Hace más de una semana, las autoridades mexicanas buscan a los estudiantes desaparecidos en los alrededores de la ciudad de Iguala.

6 de octubre de 2014

Los familiares de los 43 jóvenes que permanecen desaparecidos desde el 26 de septiembre exigieron este 6 de octubre al gobierno del presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, que sean entregados con vida, pues no creen que estén entre las 28 víctimas halladas en seis fosas clandestinas en la ciudad de Iguala.

"Nos los tienen que entregar con vida", dijo Manuel, tío de uno de los alumnos de la Escuela Normal de Ayotzinapa que desaparecieron en Iguala tras unos enfrentamientos a tiros con la Policía, en los que murieron seis personas y 25 resultaron heridas.

"Lo único que nos interesa es que nos regresen a nuestros jóvenes", insistió desde las instalaciones de la escuela dedicada a la formación de maestros de primaria, en el municipio de Tixtla (estado de Guerrero), donde se han instalado decenas de familiares de los desaparecidos a la espera de noticias.

"No es que nos haga un favor, es su obligación buscarlos y entregarnos a nuestros hijos con vida", afirmó una mujer quien prefirió no identificarse, después de que el mandatario anunciara una "profunda investigación" de la violencia registrada en Iguala.

"Nuestros hijos no hicieron nada indebido para que nos hicieran esto", añadió la mujer, convencida de que el gobierno ha querido exterminar la escuela porque "no le conviene tener un pueblo preparado".

Peña Nieto calificó esos actos de "indignantes, dolorosos e inaceptables" y dio la razón a los familiares de los jóvenes desaparecidos que demandan el "esclarecimiento de los hechos y que se haga justicia".

La Procuraduría General de la República (PGR, Fiscalía) asumió este fin de semana la investigación del caso, ante los indicios de que el crimen organizado participó en los hechos.

Según la Fiscalía de Guerrero, la noche del 26 al 27 de septiembre pasado unos 22 policías municipales y presuntos miembros del grupo criminal Guerreros Unidos dispararon contra estudiantes de la Escuela Normal y un autobús de un equipo de fútbol juvenil.

Los ataques comenzaron después de que los alumnos se apoderaran ilegalmente de varios autobuses privados para regresar a la Escuela Normal, que funciona como internado, luego de hacer una colecta en Iguala.

Además de los seis muertos y 25 heridos, esa noche desaparecieron decenas de jóvenes quienes, según varios testigos, fueron subidos a varias patrullas de la Policía.

La Fiscalía de Guerrero confirmó el domingo el hallazgo de 28 cuerpos en seis fosas clandestinas, pero los familiares de los desaparecidos se resisten a creer que puedan corresponder a algunos de los alumnos que desaparecieron y piden que sigan las labores de búsqueda.

Tampoco dan credibilidad a tres de los detenidos, de hasta ahora un total de 3, que, según las Fiscalía estatal, confesaron haber asesinado esa noche a unos 17 estudiantes en un cerro de Iguala.

El padre de un joven de 19 años indicó que el único delito de su hijo es estudiar en la Normal de Ayotzinapa y pidió compasión a los sicarios que, dijo, tienen a los 43 jóvenes en su poder.

La escuela de Ayotzinapa es famosa porque sus estudiantes son muy combativos y porque por sus aulas pasaron personajes como Lucio Cabañas Barrientos y Genaro Vázquez Rojas, quienes encabezaron en las décadas de 1960 y 1970 sendos grupos guerrilleros.