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Fantasmas en Dresde

El mayor desfile de los nazis desde la Segunda Guerra Mundial tuvo como marco la conmemoración del bombardeo más cuestionado de los aliados

20 de febrero de 2005

La que fue conocida COMO la Florencia del Norte, la ciudad alemana de Dresde, fue testigo el 13 de febrero de la manifestación neonazi más grande en la historia del país desde la Segunda Guerra Mundial. El motivo fue la conmemoración de los 60 años del bombardeo de los aliados a esta ciudad. La hermosa urbe fue reducida a escombros en una cuestionada acción de los ingleses y los norteamericanos, ya que en 1945 la victoria aliada era un hecho y la ciudad no tenía una posición estratégica clave.

El trágico incidente dejó a su paso 35.000 civiles muertos, pero las acciones de protesta lideradas 60 años más tarde por el Partido Nacionaldemócrata Alemán (NPD, por sus siglas en alemán) dejaron un mal sabor de boca para sus compatriotas y los sobrevivientes del ataque. Acompañados por música de Richard Wagner, favorito del führer Adolf Hitler, cargando antorchas y banderas negras y del partido, unas 5.000 personas marcharon por la ciudad. Gritaron consignas como: "No hay diferencia entre un vigilante de un campo de concentración y un piloto de guerra británico", llamaron el ataque "holocausto de las bombas" y afirmaron que los muertos habían sido más de 200.000 pero que no se les daba la misma relevancia a las víctimas alemanas.

En 2003 se intentó prohibir este partido, pero el resultado fue un penoso fracaso. Aunque los ánimos se habían calmado un poco, el 21 de enero se reavivó el escándalo alrededor del NPD. Al ser pedido un minuto de silencio por las víctimas del Holocausto judío en el Parlamento del estado federal de Sajonia, cuya capital es Dresde y que es el único en donde el partido ganó escaños en 2004, los 12 representantes del NPD salieron ruidosamente del recinto. Y su líder, Holger Apfel, en un discurso a gritos, llamó a los aliados "asesinos", al referirse al bombardeo de 1945, ante lo cual el presidente del Parlamento estatal, Erich Iltgen, le apagó el micrófono.

Creado en 1965, hasta las siglas del NPD recuerdan las del Partido Nacionalsocialista, Nsdap. "El NPD disculpa y relativiza los crímenes cometidos por el nacionalsocialismo", dijo a SEMANA la analista política del Instituto Konrad Adenauer, Viola Neu. Sus tendencias nacionalistas, la defensa de la superioridad alemana y su autoritarismo los convierten en una amenaza ideológica.

Los demás partidos alemanes, como la oficialista socialdemocracia (SPD) y los Verdes, entre otros, con el canciller Gerhard Schröder a la cabeza, quieren volver a pedir a la Corte Constitucional que el NPD sea ilegalizado. Creen que esta es la forma de combatir a un partido que para el canciller,"no tiene nada que ver con nuestra Constitución". Pero el riesgo es darle mayor popularidad si la petición no es aprobada. Como dijo a SEMANA el politólogo Christoph Butterwegge, "prohibir un partido de extrema derecha como el NPD no significa destruir su base político-ideológica".

Para muchos las heridas históricas del pueblo alemán que no han cicatrizado son la fuente de la polémica. Los seguidores del NPD son en su mayoría hombres jóvenes entre los 18 y los 30 años, que se niegan a pagar los errores de sus abuelos. Como dice Apfel: "No sufren de masoquismo nacional". Pero uno de los factores de fondo para el fenómeno es el desempleo agudizado en Alemania desde la unificación y en el que influyen los inmigrantes, especialmente turcos, checos y polacos. "Descontento con problemas políticos y económicos, y el deseo de protesta política son lo motivos para la escogencia de este partido a la hora de la votación", aclaró Neu a SEMANA. Y lo peor es que la difícil situación económica y el desempleo a finales de los años 20 y principios de los 30 fueron causantes de que la gran mayoría de los alemanes a votaran por Hitler en 1932.