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En una de sus recientes apariciones públicas, Fidel Castro se reunió con artistas e intelectuales en el Memorial José Martí en La Habana. AP

CUBA

Fidel Castro: ¿incoherencias o aval político para Raúl Castro?

Mientras Cuba anuncia reformas económicas y despidos masivos, Fidel Castro intensifica declaraciones sobre política exterior e interior y acapara titulares internacionales. ¿Necesita Raúl Castro su aval para gobernar?

Deutsche Welle
16 de septiembre de 2010

Fidel Castro no paró de generar titulares “de escándalo” este verano. Primero fueron sus advertencias reiteradas sobre la inminencia de una guerra nuclear contra Irán liderada por EE.UU. e Israel, luego su revelación de una fecha límite para tal agresión de acuerdo con un documento del Consejo de Seguridad de la ONU, así como el reconocimiento de su equivocación al fijar tal fecha obviando “párrafos claves” del documento.
 
Más recientemente, el ex presidente cubano concedió una entrevista de varias jornadas al periodista estadounidense Jeffrey Goldberg, en la que criticó al presidente iraní, Mahmud Ahmadinejad, por su negación del Holocausto e incomprensión de los temores del pueblo judío, mientras llamó nuevamente al desarme global y simultáneo de las potencias nucleares. Las críticas al presidente francés Nicolas Sarkozy por la deportación de gitanos en Francia se sumaron también a la ola de “reflexiones” sobre política internacional del ex mandatario.
 
Pero el escándalo mayor se produjo cuando Fidel dijo a Goldberg la pasada semana que el “modelo cubano” no sería exportable, pues “no funciona ya ni para nosotros mismos”. El actual presidente, Raúl Castro, ha reiterado en los últimos tres años la necesidad de “reformas estructurales y de concepto” para “actualizar el socialismo”.
 
Politólogos y economistas lo discuten en Cuba, “a camisa quitada”, en foros públicos como el blog colectivo havannatimes.org. Pero la frase de Fidel ha sido interpretada como aceptación del fracaso del socialismo tropical y su apostilla, al afirmar luego que quiso decir “exactamente lo contrario”, aparece para muchos como signo de senilidad.
 
Deutsche Welle conversó con Bert Hoffmann, politólogo del Instituto GIGA de Estudios Latinoamericanos de Hamburgo y Volker Skierka, corresponsal del Süddeutsche Zeitung en Cuba a inicio de los años 90 y autor de la primera biografía alemana de Fidel Castro.
 
Incoherencia...

“Fidel ha conducido en ‘piloto automático’ durante los últimos cincuenta años, porque no hay nadie (en el Gobierno de la isla) que lo contradiga”, aseguró a Deutsche Welle el politólogo alemán Bert Hoffman. “Pero ahora ya es un anciano, no es tan coherente, no siempre tiene un ‘plan maestro’ y acceso a informaciones que otros no manejan (como suelen decir sus partidarios)”, indica Hoffmann.
 
Así que “no deberían sobredimensionarse” sus declaraciones sobre Cuba, sus advertencias sobre una guerra nuclear, o sus señalamientos al presidente Mahmud Ahmadinejad –que “hace en un ambiente casi personal y no como un estadista que interviene en asuntos de otro Estado”, dijo Hoffmann. El propio reportaje de Goldberg “infantiliza la imagen del estadista que disfruta un show de delfines en el acuario más que cualquiera en el mundo”, insistió el experto del Instituto GIGA.
 
... o luz verde a reformas de Raúl Castro
 
Ahora bien, “su autoridad moral dentro del país, al menos en un sector importante de la población, parece permanecer prácticamente intacta, así que cuando él dice algo probablemente se toma más en serio”, dijo a Deutsche Welle el biógrafo germano de Fidel Castro, Volker Skierka.
 
“Quizás Raúl necesitaba esa ayuda de cara a la nomenclatura política más ortodoxa, así como a algunos sectores de la población”, agregó Skierka, “pues en países con gobiernos autoritarios, ante coyunturas complicadas, la gente tiende a decir: ‘eso sucede porque el líder no lo sabe’”.
 
También Hoffmann coincide con que las declaraciones de Fidel pueden ser “un aval para Raúl Castro”, luego de que una de las medidas más sensibles de las reformas anunciadas por el actual presidente haya sido confirmada este 13 de septiembre de 2010 por un comunicado de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), la única legalmente reconocida en el país.
 
Se trata de la eliminación de medio millón de empleos en los próximos seis meses (a partir de octubre de 2010), que deberá reducir las plantillas del mayoritario sector estatal en más de un millón de empleos al cabo de cinco años. Para asegurar el consenso político y social en torno al proceso, el gobernante Partido Comunista de Cuba (PCC) ha convocado también a reuniones en los centros laborales.
 
La CTC alude al “proceso de actualización del modelo económico y las proyecciones de la economía para el período 2011-2015?, una especie de plan quinquenal que no ha sido divulgado. “Cientos de miles” de trabajadores excedentes deberán reorientarse en los próximos años hacia el autoempleo, las cooperativas y ocupaciones estatales con déficit de fuerza de trabajo (como agricultores, constructores, maestros, policias u obreros industriales). Los subsidios se limitarían a un mes por cada 10 años laborados – según reporta Fernando Ravsberg, corresponsal de BBCMundo en La Habana.
 
¿Perspectivas reales para la economía privada?
 
“Muchos se concentran en los despidos, pero si se abren perspectivas interesantes la gente pedirá su baja voluntariamente”, opina el politólogo Bert Hoffmann. “La pregunta es si existe el compromiso del Gobierno cubano de estimular el dinamismo del sector privado, al estilo vietnamita, por ejemplo, o si seguirá siendo una concesión necesaria pero indeseada”, dijo Hoffmann a Deutsche Welle.
 
La apertura al autoempleo debe superar insuficiencias que han dificultado su desarrollo hasta hoy, coinciden los expertos cubanos y extranjeros. Entre ellos destacan: la ausencia de fuentes de suministro estable de insumos, la casi inexistencia de mecanismos de ayuda financiera y controles estatales, así como las restricciones para la subcontratación de fuerza de trabajo y la creación de pequeñas y medianas empresas (pymes) para incrementar la oferta de bienes y servicios.
 
Amenazas y oportunidades de cooperación exterior
 
“Cuando Fidel se refiere a la necesidad de reforma del modelo cubano, no creo que se refiera al socialismo, sino al papel del Estado en Cuba” insistió Skierka. Pero además “se trata también de que el modelo no funciona para la cooperación exterior”, agregó el periodista y biógrafo del líder cubano. “Las relaciones con Obama están en punto muerto y la situación doméstica del presidente norteamericano es demasiado complicada como para que cumpla sus promesas electorales de cambiar la política hacia Cuba”, recordó Skierka.
 
“China y Rusia tienen sus propios intereses comerciales y no darán a la isla el trato preferencial que, por el momento, recibe de Venezuela”, estimó Skierka. Así que las reformas del Gobierno cubano, que incluyen una reapertura a la inversión extranjera, buscarían también posibilidades de cooperación económica con la Unión Europea (UE). Los 27 “tienen quizás la sensibilidad necesaria para cooperar económicamente y apoyar los logros del sistema cubano en materia de educación, salud y seguridad social de cara a grandes cambios como los propuestos”, afirmó el antiguo corresponsal germano en La Habana.
 
Pero por el momento, el Gobierno cubano no ha dejado claros aún los detalles de las reformas internas, la extensión de la apertura a la economía privada o las garantías a largo plazo para la inversión extranjera. Y el análisis de la “Posición Común” de la Unión Europea (UE) que condiciona sus relaciones con Cuba a una reforma política del sistema cubano que el Gobierno de la isla no se propone, fue pospuesto desde junio para fines de octubre próximo a petición del Gobierno de España, pero podría posponerse una vez más –según admitió esta semana Catherine Ashton, Alta Representante para las Relaciones Exteriores de la UE.
 
Autora: Rosa Muñoz Lima
Editor: José Ospina-Valencia
Cortesía: Deutsche Welle