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Fin de campaña en Venezuela

Alianza BBC
20 de noviembre de 2008

Este jueves se realizarán en varias partes de Venezuela actos de cierre de campaña para las regionales del domingo, en las que se elegirán gobernadores y alcaldes, pero que el presidente Hugo Chávez ha querido transformar en un plebiscito sobre su proyecto político.

Entre concentraciones políticas, intensas participaciones de candidatos en radio y televisión, y un último esfuerzo por tapizar postes y paredes con propaganda electoral, se consumen las últimas horas de la campaña para las elecciones locales del domingo 23 de noviembre.

Están previstas concentraciones en Caracas y las principales ciudades del país, aunque en algunas ya el miércoles se realizaron los actos finales.

Hasta a las 6:00 am del viernes (10:30 GMT) se podrá difundir propaganda electoral, de acuerdo con las normas del Consejo Nacional Electoral.

Unos 17 millones de venezolanos están convocados para votar en un proceso que será totalmente automatizado, desde el acto del sufragio hasta el escrutinio de actas.

Desde el miércoles las clases están suspendidas y, como en cada proceso electoral, la Fuerza Armada ha puesto en marcha el Plan República asumiendo el control de los centros educativos para distribuir el material y las máquinas de votación.

En las últimas horas el esfuerzo de los partidos se centra en alentar al electorado para que vaya a votar. Los sondeos de opinión hacen preveer que la participación pueda superar el 60%, lo que sería un nivel alto para unos comicios regionales.

¿Regionales o presidenciales?

En estas elecciones están en disputa 22 gobernaciones, 328 alcaldías y 233 cargos de legisladores regionales, sin embargo la fuerte intervención del presidente Hugo Chávez en las semanas finales de la campaña abogando por los candidatos del Partido Socialista Unido de Venezuela, PSUV, le ha dado cierto sabor "presidencial" a la contienda.

De hecho, Chávez ha dicho que lo que está en juego es el futuro político de su proyecto político y el de su permanencia en el poder, y pide el voto por los suyos para profundizar la llamada revolución bolivariana y el socialismo del siglo XXI.

La oposición ha tratado de mantener el debate en los temas locales, como la inseguridad -principal preocupación de los venezolanos, según encuestas de opinión-, calidad de los servicios públicos o empleo.

Sin embargo, algunos de sus voceros han alertado a sus seguidores sobre la necesidad de aprovechar estas elecciones para construir un "muro de defensa de la democracia" a los supuestos "planes hegemónicos" que aseguran tiene el gobierno.

Verbo encendido

La participación presidencial en la campaña ha sido muy criticada por la oposición que se quejó del supuesto "ventajismo" y el uso de recursos públicos y los medios de comunicación oficiales en el esfuerzo proselitista.

Sin embargo, el CNE no ha encontrado méritos suficientes en las denuncias y no ha abierto investigaciones o establecido sanciones. Los detractores del mandatario han cuestionado el tono usado en sus discursos amenazando con "sacar los tanques a la calle" o dejar de entregar recursos en las regiones en los que la oposición gane.

Chávez ha dicho a sus partidarios que la oposición podría usar las gobernaciones y alcaldías para empezar acciones desestabilizadoras contra su gobierno.

"¿Para qué enviarles recursos? ¿Para que se los roben, para que conspiren contra mí?", dijo en días pasados durante un acto de campaña. El presidente también ha insultado a varios gobernadores acusándolos de corruptos. Incluso los ha amenazado con "meterlos presos" como en el caso del ex candidato presidencial y actual gobernador del Zulia, Manuel Rosales, a quien varias veces ha calificado de "ladrón" y "desgraciado".

Igual suerte le ha tocado a gobernadores y alcaldes que alguna vez estuvieron identificados con el proyecto bolivariano, pero que han terminado distanciándose de él, como sucedió en Guárico, Yaracuy, Sucre y Aragua. Chávez se refiere a estos ex aliados como "traidores", "infiltrados" y "apátridas".

Tribunales y elecciones

Una característica de la campaña -que aunque oficialmente empezó en septiembre ha estado activa desde principios del 2008- ha sido los múltiples recursos legales que han terminado afectando la participación de algunos candidatos.

El gobernador Rosales -por ejemplo- está siendo investigado por varias instancias por supuestos actos de enriquecimiento ilícito y desde el gobierno se considera inminente que termine preso, independientemente que gane la Alcaldía de Maracaibo, capital del Zulia, a la que aspira regresar.

El candidato de la llamada plataforma unitaria de oposición en el estado Miranda, Enrique Capriles Radonsky, tiene pendiente la reapertura de un juicio por los sucesos violentos en la embajada de Cuba en abril de 2002, un caso por el que ha sido hallado inocente en dos ocasiones.

En Valencia, Abdalá Makled, candidato a alcalde, fue apresado esta semana por supuestos vínculos con el narcotráfico. Desde el Ministerio del Interior se le vincula al actual gobernador de Carabobo, Luís Acosta Carlés, uno de los "disidentes" del chavismo y quien aspira a la reelección fuera del partido de gobierno.
Meses atrás la Contraloría sancionó administrativamente a 260 personas por supuestos malos manejos de recursos públicos y las "inhabilitó" políticamente, pese a que los afectados aseguraban que la ley exige un fallo de un tribunal para conculcar derechos a un ciudadano.
 
Entre los "inhabilitados" figuran cuatro potenciales candidatos de la oposición que estaban bien ubicados en sus regiones según las encuestas, incluyendo a Leopoldo López quien aspiraba llegar a la Alcaldía Mayor de Caracas.