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Fin de la tregua

La condena a muerte del vicepresidente iraquí Tareq Al Hashemi promete encender aún más la violencia en su país.

15 de septiembre de 2012

La condena a muerte del vicepresidente iraquí Tareq Al Hashemi promete encender aún más la violencia en su país. El sunita Al Hashemi fue condenado por los asesinatos de una abogada, un policía y su esposa, además se ha refugiado en Turquía donde el gobierno ha dicho: “Estamos dispuestos a acogerlo todo el tiempo que quiera y no vamos a entregarlo”. El problema es que al condenar a Al Hashemi se rompió el supuesto equilibrio entre sunitas y chiítas, las dos grandes ramas del Islam cuya alianza Estados Unidos dejó en el gobierno iraquí como condición para retirarse del país. En efecto, el poder queda exclusivamente en manos de dos chiitas, el presidente Jalal Talabani y del primer ministro Nuri al Maliki. El ya exvicepresidente dijo no reconocer la condena ni el juicio y calificó la acusación de pronunciamiento político. El mismo día que fue condenado Al Hashemi murieron 100 personas y resultaron heridas 350 en más de 20 ataques perpetrados en todo Irak.