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George Stinney se convirtió en la persona más joven en ser ejecutada en EE. UU. en el siglo XX. | Foto: Departamento de Archivos e Historia de Carolina del Sur

ESTADOS UNIDOS

El niño exonerado de asesinato 70 años después

George Stinney fue ejecutado a los 14 años, en 1944, tras ser hallado culpable de asesinar a dos niñas blancas.

18 de diciembre de 2014

Después de siete décadas de la ejecución de George Stinney, un joven de 14 años de edad, una juez lo absolvió del crimen por el que fue condenado. En 1944, las autoridades estadounidenses lo declararon culpable a de asesinar a dos niñas blancas en Alcolu, Carolina del Sur. El menor de raza negra murió en la silla eléctrica, luego de que su abogado blanco no llamara a interrogatorio a ningún testigo.

El pasado mes de enero, un juez accedió a escuchar nuevos testimonios y argumentos sobre el caso y este 17 de diciembre, la juez Carmen Mullen retiró la condena contra Stinney, informó la cadena WISTV.

El juicio del joven duró cerca de tres horas. Según los informes, la defensa no presentó testigos ni apeló. Un jurado de 12 hombres blancos determinó el destino de Stinney en diez minutos.

Familiares y abogados defensores del menor llevaban 11 años intentando que el caso se reabriera, ya que creen que Stinney fue obligado por la policía a confesar.

En una audiencia en enero de este año, el fiscal Ernest 'Chip' Finney III sostuvo que la condena debía permanecer de pie.

"Ellos no trataban injustamente a cada persona negra asociada con (el caso de) Alcolu y estas niñas. Hicieron una determinación, basada en hechos que no tenemos hoy, de que George Stinney debía ser detenido", dijo Finney.

Los cadáveres de Betty June Binnicker, de 11 años, y Mary Emma Thames, de 7 años, fueron hallados en una fosa luego de ser asesinadas a golpes. Ambas desaparecieron tras un paseo en bicicleta en la pequeña ciudad de Alcolu, dominada por la segregación.

Relatos de los periódicos de la época sugieren que Stinney confesó y las barras de hierro utilizadas para matar a las chicas fueron halladas con las ropas ensangrentadas del joven. Pero toda la evidencia desapareció.

Miller Shealy, uno de los abogados defensores del equipo que buscaba reabrir el expediente, argumentó que el caso fue manejado tan mal que merecía otra mirada: "El estado, como entidad, tiene las manos muy sucias".

"Parece que hizo muy poco, o nada, para defender a Stinney", dictaminó la juez quien, además, aseveró que el policía obtuvo la confesión de una "manera indebida, no conforme a los códigos y procedimientos penales".

El también abogado defensor Steve McKenzie señaló que al "no poner el caso del estado a prueba, no confrontar los testimonios de los testigos, no presentar una defensa, no dar un argumento de cierre, a George nunca se le dio una asesoría eficaz y, como consecuencia, se le violaron sus derechos de la Sexta Enmienda" de la constitución de EE. UU., la cual garantiza el derecho de los acusados a recibir un juicio justo.

Los familiares de las dos jóvenes asesinadas rechazaron la decisión. Sus abogados dicen que, en este punto, no creen que el verdadero asesino sea capturado.