Home

Mundo

Artículo

El candidato Rafael Correa, cercano amigo del presidente venezolano Hugo Chávez, ha conseguido consechar un importante apoyo popular con un discurso contra el establecimiento político tradicional. Parte de su estrategia es atacar a Colombia

Ecuador

¿Giro a la izquierda?

Rafael Correa, quien piensa que las Farc no son terroristas, se perfila como ganador de los comicios del domingo próximo.

7 de octubre de 2006

Rafael Correa se proclama "izquierdista cristiano, pero no marxista". El economista obsesionado por el nacionalismo podría ser el próximo Presidente de Ecuador, con su promesa de "revolucionar la política, acabar con la corrupción y llevar la justicia social a todos".

Tiene 43 años de edad, es profesor universitario y su dominio de las preferencias es tal, que lo podría llevar a un triunfo sin precedentes en primera vuelta, en el país más inestable del continente, con siete presidentes en menos de una década, la mayoría de ellos derrocados.

Con sus lemas de campaña de 'Volver a tener patria' y 'vamos a darles correa a quienes siempre nos han explotado', una victoria de este hombre fortalecería el eje de gobiernos izquierdistas en Latinoamérica.

Con un 29 por ciento, Correa -representante del movimiento Alianza País- está 12 puntos por encima de los que le siguen, el socialista León Roldós, con el 17 por ciento, y el magnate populista Álvaro Noboa, que tiene el 15 por ciento. En último lugar está la socialcristiana Cynthia Viteri, con 9.

Noboa, abogado de 55 años, fundador de su Partido Renovador Institucional Acción Nacional (Prian) y el hombre más rico del Ecuador, se proclama como "enviado de Dios" y es la tercera vez que se presenta como candidato, apoyándose en un discurso de ayuda social y dar trabajo y vivienda a los más pobres. También ofrece abrir las puertas a la inversión extranjera y suscribir acuerdos con todos los países. Roldós, también abogado, de 64 años, quien ya fue vicepresidente, promete ayudar a los microempresarios y ha ofrecido una línea de crédito de 100 millones de dólares para los emigrantes que regresen y pongan en marcha empresas. "Hay que darle a Ecuador estabilidad institucional con calidad de vida, trabajo sobre todo, educación y salud, combatiendo al mismo tiempo la corrupción", dijo a SEMANA.

Viteri se ha desempeñado como presentadora de televisión y diputada. En su campaña asegura que "es la hora de la mujer" y que "será la primera vez que llevemos el bienestar total a los ecuatorianos".

Detrás de ellos figuran Fernando Rosero, del Partido Roldosista Ecuatoriano que desde el exilio maneja el ex presidente Abdalá Bucaram (con 4 por ciento) y el indígena Luis Macas, ex ministro de Agricultura, que representa a la poderosa Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie) que, por primera vez postula a uno de los suyos a la Presidencia y quien tiene hasta ahora sólo el 1,5 por ciento de las preferencias. También aparece Gilmar Gutiérrez, capitán retirado del Ejército, hermano del ex presidente Lucio Gutiérrez, derrocado en abril de 2005

Las elecciones para suceder a Alfredo Palacio -que asumió tras la huida de Gutiérrez, de quien era vicepresidente- se realizarán el 15 de octubre. Pero el desprestigio de los partidos políticos es tan grande, que ningún candidato ni legislador se salva. Tanto que el conocido comunicador y parlamentario andino Freddy Ehlers propuso no presentar candidatos a diputados o anular el voto.

Y esto ha sido aprovechado por Correa, cuyo movimiento es el único que no tiene candidatos a diputados y quien promete instalar una Asamblea Constituyente al día siguiente de llegar al poder. Pero en el proceso se ha ganado la antipatía de Wall Street, cuyos inversionistas se desprendieron de bonos ecuatorianos en los últimos días, ante las advertencias de Correa de imitar a Argentina y declarar una moratoria en el pago de su deuda externa.

No obstante, la popularidad de este amigo de Hugo Chávez se debe a la acogida que tiene su discurso antisistema en un electorado que ha recibido pocos resultados de la democracia y, por ende, no la apoya.

Mientras llega la fecha clave, los aspirantes ya han comenzado una campaña de insultos. Los favoritos participaron hace tres semanas en Guayaquil en un foro moderado por el periodista argentino Andrés Oppenheimer, comentarista del Miami Herald, y se atacaron unos a otros, en un espectáculo deprimente.

El jueves, en un foro internacional convocado por la CNN y el canal Ecuavisa, los cuatro principales candidatos fueron más cautos y presentaron un resumen de sus planes de trabajo. No obstante, aún quedan los indecisos. "La última semana de campaña será determinante", aseguró a SEMANA el director de la encuestadora Cedatos-Gallup, Polibio Córdova.

Por eso, posiblemente, a dos meses de las elecciones, en un país donde el voto es obligatorio -y que es considerado por Transparencia Internacional como uno de los más corruptos del mundo-, todavía un 35 por ciento de los ciudadanos se muestra indeciso, de acuerdo con varias encuestadoras. Si el voto no fuera obligatorio, nadie votaría, sostienen muchos ciudadanos al ser entrevistados. 

Colombia, tema de campaña

Las relaciones con Colombia, por otra parte, son uno de los temas que más polémica y división han despertado entre los candidatos presidenciales. A ocho días de las elecciones, los tres aspirantes más opcionados -entre un total de 13- tienen distintas opiniones sobre la seguridad fronteriza, el desplazamiento de refugiados, el narcotráfico, el contrabando de armas, la guerrilla y el conflicto en sí.

Si en algo están de acuerdo es en el rechazo al Plan Colombia y en que Ecuador no debe dejarse llevar a una posible intervención en la guerra colombiana.

Roldós, por ejemplo, sugiere una retribución por los daños que han causado las fumigaciones y la violencia en la frontera. "La realidad es que nuestro país debió incrementar su presupuesto militar a causa del Plan Colombia y eso, lógicamente, no deja de generar problemas", dijo a SEMANA. Añadió que, ante lo anterior, "nos vamos a sentar con Colombia y Estados Unidos a arreglar cuentas muy seriamente".

"No le vamos a reconocer papel político a las Farc, pero el gobierno colombiano tiene que hacer respetar su frontera para que nuestro país no limite al norte con esa organización guerrillera", manifestó al tiempo de explicar que un eventual gobierno suyo podría ayudar en los "esfuerzos colectivos" para una consecución de la paz.

Correa sostiene que "el problema colombiano no tiene por qué costarles ni un centavo y menos una sola gota de sangre a los ecuatorianos. No podemos continuar manteniendo 8.000 soldados en la región fronteriza, por lo que tal vez lo mejor sería buscar una fuerza internacional que ayude a impedir el paso de irregulares a territorio ecuatoriano". Correa dijo a SEMANA que "si bien es cierto que no comparto las políticas militaristas de (Álvaro) Uribe, yo no tendría inconveniente en mediar para un canje humanitario con la guerrilla. Por la paz lo hacemos todo", recalcó. Pero el candidato izquierdista no tuvo problema en declarar públicamente que las Farc no son "terroristas (sino) guerrilleros; el guerrillero pelea una guerra, los terroristas son los que matan a mansalva y crean terror", indicó el candidato. La frase, que fue duramente contestada por el vicepresidente Francisco Santos, podría indicar el tono de las relaciones en un eventual gobierno del candidato más popular en el vecino país.