Home

Mundo

Artículo

Proceso de paz

"Gústenos o no, estamos en esto juntos"

El anuncio del gobierno británico de no suspender las elecciones en Irlanda del Norte podría ser un paso hacia la reconciliación en la isla.

3 de noviembre de 2003

La decision del primer ministro británico, Tony Blair, de seguir adelante con las elecciones para elegir la asamblea de Irlanda del Norte, previstas para el 26 de noviembre, prueba una vez más que el gobierno británico no está dispuesto a enredarse en pataletas que dilaten el fin del conflicto familiar en la isla.

El gobierno británico admitió el martes pasado en un comunicado que había fracasado en su esfuerzo por convencer al grupo terrorista IRA de que revelara mayores detalles sobre la cantidad de armas y explosivos que destruyó la semana pasada en secreto y bajo la supervisión del general John de Chastelain, jefe del organismo que vigila el desarme.

Sin embargo Downing Street dijo que este hecho no debía oscurecer el gran paso que habían dado los republicanos la semana pasada al cumplir con su compromiso de avanzar hacia el desarme y manifestar públicamente su intención de buscar una República irlandesa sólo a través de medios pacíficos. Y que por lo tanto, las elecciones no se suspenderían nuevamente.

David Trimble, el líder del partido Ulster Unionist, que representa a la mayoría protestante, rechazó el comunicado de Blair. Dijo que era una "desgracia". Anunció además que, dada la falta de transparencia de la destrucción de armas por parte del IRA, su partido reconsideraría la decisión de formar parte de la asamblea creada con el Acuerdo de Viernes Santo para que Irlanda del Norte tuviera más autonomía frente al gobierno británico.

Pese a esta declaración el ambiente electoral se calentó. El partido protestante Democractic Unionist, del reverendo Ian Paisley, lanzó su campaña con la propuesta de renegociar el acuerdo que puso fin a un conflicto nacionalista, que se remonta al siglo XVI, pero que entre 1970 y 1990 dejó más de 3.500 muertos. Su intención es desplazar al partido más moderado de Trimble e impedir la participación de Sinn Fein, el brazo político del IRA, hasta que destruyan todas las armas. Como dijo su hijo Ian Paisley Jr. a SEMANA, "usted puede estar en el gobierno si tiene un pasado terrorista, pero no si tiene un futuro terrorista".

El restablecimiento de esta asamblea, disuelta en 2002 cuando los políticos republicanos y los loyalistas más radicales no lograron ponerse de acuerdo sobre la destrucción de armas del IRA, la desmilitarización del territorio y la reforma de la policía, es un paso clave en la consolidación de la paz en Irlanda del Norte.

Como dijo Gerry Adams, líder del Sinn Fein, en su reciente discurso del 21 de octubre, "cualquier persona que observara la situación durante los 60, los 70, los 80 y gran parte de los 90 podría pensar con razón que existen algunos conflictos que simplemente nunca se acaban, donde la desconfianza y el odio son tan parte del tejido de la sociedad que las cosas nunca cambian. Pero las cosas han cambiado... Nos guste o no estamos en esto juntos".

Y la verdad es que aunque Irlanda del Norte está lejos de la reconciliación y aún se respira en las calles la desconfianza, y también el odio entre católicos y protestantes, lo cierto es que desde que el IRA declaró el cese del fuego hace más de 10 años el país ha cambiado. Pasaron de registrar 470 muertos en 1972, el año más cruento, a 17 el año pasado. La economía registra los niveles de crecimiento más altos de todo el Reino Unido y la guerra es ahora puramente verbal. Si las elecciones efectivamente se realizan, y los irlandeses del norte recuperan su voz y su voto en los asuntos de la isla, posiblemente estos conflictivos hermanos mellizos dejen de aferrarse a sus heridas del pasado y logren finalmente mirar hacia un futuro conjunto.