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Hagan sus apuestas

8 de mayo de 2000

Mientras muchos, tanto en Pakistán como en el extranjero, se preocupaban por la suerte de Nawaz Sharif, el ex primer ministro procesado por traición, en su ciudad natal el asunto adquirió un tinte menos preocupado. El pueblo de Lahore se convirtió en un hervidero de apuestas sobre el destino del político. Aunque la ley islámica lo prohíbe unos 200 corredores hicieron su agosto con los lugareños, que apostaron dos a uno a que sería sentenciado a muerte y uno a cuatro que lo sería a cadena perpetua. Los que apostaron a esto ganaron pues la Corte fue menos estricta y condenó al político a prisión perpetua.