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Los demócratas, con Kerry a la cabeza, compiten cabeza a cabeza por enfrentar a un George W. Bush que sigue favorito para la reelección. New Hampshire será definitiva.

26 de enero de 2004

Ninguna encuesta electoral habia previsto que John Kerry llegaría con más impulso que Howard Dean a las elecciones primarias demócratas en New Hampshire. No obstante, eso fue lo que sucedió tras la inesperada victoria de Kerry en las asambleas electorales (caucus) de Iowa.

Esas asambleas son reuniones de vecinos en escuelas e iglesias donde postulan una preferencia inicial por un candidato de su partido. Las de Iowa dan pocos delegados a la Convención del 26 de julio. Pero por ser el primer escenario donde se reúnen los candidatos y los electores, toda la prensa los sigue de cerca. Su importancia es tan grande, que generalmente los candidatos que obtienen malos resultados, como sucedió en esta oportunidad con Dick Gephardt, se retiran de la contienda, pues les es prácticamente imposible seguir recaudando dinero, acaparando la atención de los medios o convenciendo a los electores de que un sufragio por ellos no es un voto perdido. Y al revés, Iowa tiene la función de elevar a candidatos relativamente desconocidos a la nominación de su partido.

Hasta la semana pasada se daba por seguro vencedor al médico Howard Dean. Su crítica descarnada contra la guerra de George W. Bush en Irak y su eficiente manejo de la recaudación de contribuciones a su campaña por Internet lo habían convertido en el fenómeno político del momento. Pero Dean se desinfló en Iowa. Kerry obtuvo el 37 por ciento de los votos, seguido por John Edwards con un 30 por ciento, Howard Dean con sólo 21 por ciento y Dick Gephardt con un 11 por ciento tan pobre que precipitó su dimisión.

El inesperado resultado se debió en primera medida a la inegilibilidad con que es percibido Dean por cuenta de su radicalismo y su tono furibundo, para muchos indigno en un futuro presidente. En efecto, un cuarto de los votantes de Iowa citaron la "elegibilidad" del candidato como clave en su decisión. "Los resultados de los caucus demuestran que a los demócratas de Iowa les importaba más nominar un candidato que le pudiera ganar al presidente Bush en otoño que lo que les importaban las diferentes posiciones de los candidatos", dijo a SEMANA Perevil Squire, autor del libro Los Caucus de Iowa y el proceso de nominación presidencial.

Y como sucedió en Iowa, en la primaria de New Hampshire, que se celebrará el 27 de enero, puede volver a haber un remezón. Según varios analistas locales, al final de estas primarias otros dos candidatos podrían retirar su candidatura y el vencedor podría fácilmente convertirse en el candidato demócrata. En New Hampshire existe el dicho "always first, always right", algo así como "siempre primero, siempre acertado", pues desde 1952 quien gana esta primaria siempre termina nominado. Las únicas dos excepciones fueron Bill Clinton y George W. Bush, pero en ambos casos se trató de candidatos que obtuvieron un honroso segundo lugar en New Hampshire.

Según contó a esta revista Andrew Smith, director del Centro de Encuestas de la Universidad de New Hampshire, los candidatos ya se encuentran en New Hampshire y han empezado a organizar reuniones, la televisión está infestada de propaganda y circulan intensamente mensajes electrónicos negativos contra uno u otro candidato. Richard Pavoda, de la Universidad de Southern New Hampshire, también dijo a SEMANA que en los próximos días una locura electoral se va a tomar la ciudad de Manchester. "Todos los candidatos restantes (a excepción del reverendo Sharpton) están aquí ahora tratando de reunirse con el mayor número de gente que pueden. Habrá muchas reuniones entusiastas y comidas".

En New Hampshire es de esperarse que Dean modere sus discursos y su tono beligerante. Todavía está fresca la impresión negativa que generó al saber el resultado de Iowa, con un discurso tan agresivo, que The New York Times comentó que "parecía a punto de explotar". Asimismo será la primera medida de aceite del ex general sureño Wesley Clark, que no participó en Iowa pero está muy bien parado en las encuestas de New Hampshire. "Si Dean hubiera ganado holgadamente en Iowa, hubiera sido una pelea entre él y Clark en New Hampshire. Pero ahora hay tres candidatos (Dean, Clark y Kerry) peleando por el primer puesto", aseguró a esta revista J. B. Budell, el ex director de la campaña de Bill Bradley en el sureste de New Hampshire. New Hampshire también podría acabar con un par de candidaturas. Según los expertos, el siguiente en irse sería el senador Joseph Lieberman.

No obstante, al final no será fácil que el nominado demócrata triunfe contra Bush. De todos los candidatos, el Presidente es quien más dinero ha recaudado y tras la captura de Hussein y la recuperación de la economía, las encuestas lo muestran favorito. Sin embargo el país está muy dividido y Bush tiene la característica de ser amado pero también odiado. Además el problema del desempleo y las bajas en la guerra en Irak podrían voltearse en su contra. Eso sí, de todos los candidatos Kerry y Clark, ambos ex militares, serían más poderosos oponentes que Dean debido a la importancia que tiene ahora el asunto de la seguridad nacional.

Vea en 'opinión online' dos puntos de vista sobre el tema