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. | Foto: The Times UK

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Herederos de Mandela riñen a muerte por su legado

La historia parece de novela. La familia, al parecer, no ha dejado descansar al líder en medio de un juego de poder y dinero.

Fanny Kertzman
11 de julio de 2013

A Nelson Mandela, el legendario líder sudafricano que le ganó la batalla al 'Apartheid', su familia no lo deja morir. El próximo 18 de julio cumplirá 95 años y seis semanas de hospitalización, víctima de una infección respiratoria. No solo lo mantiene con vida con un respirador artificial, sino que también está recibiendo diálisis.

Su familia está postergando su muerte porque no se ponen de acuerdo. El gran problema es de plata. Quién se va a quedar con qué. Quién va a tomar las decisiones. Dónde lo van a enterrar, porque ese sitio se convertirá en un sitio de peregrinación, un excelente negocio. Su numerosa familia está luchando también por los derechos de explotación del nombre Mandela en el negocio de vinos, moda, arte y ‘realities’ de televisión.

Mandela tiene una familia numerosa. Su primera esposa, Evelyn Ntoko Mase, de quien se divorció en 1958 después de 14 años de matrimonio, le dio 4 hijos, 3 de ellos fallecidos: su hijo mayor Madiba le dio dos nietas. Falleció en 1969. Una segunda hija, Makaziwe, murió a los 9 meses; Makgatho murió en 2005 y dejó 4 hijos, entre ellos Mandla, nacido en 1974, que al ser el nieto mayor varón, heredó la jefatura de la tribu Thembu, pasando por encima de sus primas Nandi y Ndileka, que a pesar de ser mayores que Mandla, no heredaron los honores por ser mujeres.

De su segundo matrimonio con Winnifred Nomzano tuvo dos hijas: Zenani Dlamini, que tiene 4 hijos y cuatro nietos, y Zindzi Mandela, que también tiene cuatro hijos y cinco nietos. Se divorciaron en 1996.

Su tercer matrimonio fue con Graca Machel, viuda de un héroe de guerra y expresidente de Mozambique, con quien no tuvo hijos. Se casaron cuando el líder tenía 80 años y Graca 53. Mandela deja seis hijos legítimos, cuatro hijastros, 17 nietos, 14 bisnietos, y hay por lo menos dos mujeres que lo reclaman como padre, nacidas en la década de los 40. 

Árbol genealógico de Mandela (Véalo aquí)

Las dos facciones están enfrentadas a muerte: los descendientes de Evelyn contra los de Winnie. Graca no interviene. Ella tiene su propia fortuna y no tiene herederos. Las hijas de Winnie no reconocen el liderazgo de Mandela, nieto de Evelyn. Este hizo que en 2011 se exhumaran los restos de los tres hijos de Mandela fallecidos que estaban enterrados en Qunu, el pueblo que el líder ha escogido como su destino final, y los trasladaran a Mvezo

Allí está la aldea donde Mandela es el rey. Pretende que el patriarca sea enterrado junto a sus hijos y la actividad turística se desarrolle en su localidad. Invirtió seis millones de dólares en un centro de visitantes.

Pero no contaba con la oposición del resto de la familia, que fue a los tribunales y logró que un juez obligara a exhumar los cadaveres y volverlos a enterrar en Qunu. De paso se les chequeó el ADN.

No es la primera vez que la familia se enfrenta. Cuando Pumla Makaziwe, única hija sobreviviente del primer matrimonio, lanzó, junto con su hija Tukwini un vino llamado House of Mandela (www.houseofmandela.com) en 2009, los hijos de Winnie, la segunda esposa, boicotearon el cumpleaños número 90 de Mandela. “Sintieron que el abuelo no debería asociarse con alcohol”, dijo la nieta mayor Ndileka, del lado de Evelyn. “Para mí el vino es la bebida de los dioses, es bíblico. En últimas el nombre del abuelo pertenece a la familia, es nuestro legado”. 

Pero a Winnie si no le molestó cuando sus propias nietas, Zamaswazi y Zaziwe Dlamini, lanzaron su propia marca de ropa "Long Walk to Freedom Apparel" (Larga marcha a la libertad), usando el nombre de la autobiografía de su abuelo. Ni tampoco le molestó que sus emprendedoras nietas hicieran un ‘reality’ en la televisión estadounidense llamado ‘Being Mandela’ (Ser Mandela), que las muestra como unas niñas ricas viviendo en Estados Unidos, a donde se trasladaron siendo muy pequeñas, cuando su abuelo estaba encarcelado. Nunca regresaron a Sudáfrica. 

Ya en 1996, cuando Mandela llegó al Congreso, había hecho un ‘fashion statement’: impuso la moda de la camisa Madiba -así llaman al líder-, una camisa llena de colores que lo caracterizó. Hay varias firmas que hacen la camisa, aunque la original fue diseñada por Yusuf Sartee, que es todavía el diseñador personal del expresidente. 

Camisa Madiba


El héroe anti-apartheid nunca fue, juzgando por los extravagantes estándares de los líderes africanos, un hombre particularmente rico. Sólo tiene una casa en Johannesburgo y una granja en Eastern Cape, pero quien sea que lo suceda va a poder explotar su memoria y los endosos publicitarios que vengan de ahora en adelante. No se sabe quién heredará la propiedad en Qunu, que es donde será enterrado y se convertirá en un lugar de peregrinación.

La gran pelea es quién es el jefe de la tribu Thembu, a la que pertenece el clan Mandela. Aunque Mandela consagró a su nieto mayor Mandla como jefe del clan en 2007, el rey de la tribu, Buleyekhaya Dalindyebo, declaró que después de que Mandla había desenterrado los cadáveres de sus antepasados, no tenía derecho a heredar la propiedad de Qunu.

Y no solo eso. Ahora los descendientes están peleando por los derechos para televisión del funeral. Mandla le vendió los derechos exclusivos de transmisión a South African Broadcasting Corp (SABC) en 2008, sin decirle nada a los demás. Pero perdió ante los tribunales una demanda presentada por Pumka Makaziwe Mandela, su tía, que lleva años negociando con CNN y que ya les dio la exclusividad de una cámara adentro de la casa y otra durante el entierro, al lado de la tumba. 

El funeral será el de un jefe de Estado. Ya hay un borrador de anuncio, un programa planeado, lista de dignatarios globales invitados, y el comité organizador está agonizando sobre la lista de miembros de la familia Mandela que deben ser avisados cuando ocurra la muerte, y en qué orden. La familia de Winnie se ha alejado de las preparaciones del funeral. No se sabe si están llevando a cabo un programa aparte

A pesar de que el expresidente está más del otro lado que acá, el pueblo se apresta a celebrar su cumpleaños el próximo 18 de julio, comprando camisas Madiba. Cada camisa vale 85 dólares. Lástima que nadie en la familia se quedó con el registro de marca.

Dado que Mandela pasó 27 años encarcelado, nunca fue cercano a sus hijos, y menos a sus nietos. Lo que está sucediendo ahora es simplemente una familia disfuncional, tratando de lidiar con la muerte inminente de un padre ausente.

Esta historia parece sacada de una morbosa telenovela. Los restos de los tres hijos muertos de un patriarca son sacados de sus tumbas en el cementerio familiar. Dos años más tarde otros miembros de la familia van a los tribunales para que los cadáveres sean devueltos. La terrible pelea, sobre el legado, dinero y tradiciones, se desenvuelve mientras el patriarca se debate entre la vida y la muerte, incapaz de intervenir. Pero no es una telenovela, es la vida real, y el patriarca es nada menos que Nelson Mandela.