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Algunos cafés se han negado a ceder así puedan ser multados por las autoridades holandesas.

CONSUMO DE DROGAS

Holanda: "Coffeeshops" se niegan a rechazar a los extranjeros que van por marihuana

Estos establecimientos, que en la última década se han reducido de unos 1500 a 660 en el país, se arriesgan al cierre si no cumplen con la nueva normativa.

2 de mayo de 2012

Una gran parte de los "coffeeshops" se han negado a aplicar la normativa que entró en vigor en el sur de Holanda, que les obliga a impedir el paso de los extranjeros y holandeses no residentes con el objetivo de evitar el turismo centrado en el consumo de cannabis.

Según los medios de comunicación locales, la policía ha realizado controles en los "coffeeshops" en lugares como Maastricht, para verificar que los locales cumplen con la nueva legislación, que se extenderá al resto del país en 2013.

Los "coffeeshops" se convierten así en clubs privados que deben registrar a un máximo de dos mil socios, quienes deberán probar que residen de manera permanente en Holanda para hacerse con un carné de miembros que les permita entrar a consumir marihuana.

Las autoridades holandesas esperan que con esta medida que se disminuya la delincuencia en torno a los "coffeeshops", mientras que los propietarios mantienen que la nueva norma aumentará precisamente los circuitos ilegales de venta de cannabis.

El pasado viernes un juzgado de La Haya rechazó un recurso en el que los propietarios mantenían que la transformación de sus establecimientos en clubs cerrados al turismo es una medida discriminatoria para los extranjeros.

La normativa holandesa de los "coffeeshops" cuenta con una gran contradicción: regula el funcionamiento de estos locales pero mantiene como ilegal la producción del cannabis.

Además, el Gobierno holandés quiere que el cannabis que contenga más del 15% de su principio activo, tetrahidrocannabiol (THC), sea incluido en la lista de drogas duras.

De acuerdo a estudios oficiales realizados por el Instituto Trimbos (especializado en adicciones), por encima de ese porcentaje, que se supera en la mayor parte de los "coffeeshops", la droga puede causar daños cerebrales que podrían derivar en esquizofrenia.

Vigente desde 1976, la normativa de funcionamiento de los "coffeeshops" se ha presentado hasta ahora como una regulación modélica que mantenía bajo control el uso de la droga y reducía al mínimo su tráfico ilegal.

EFE.