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El movimiento de los indignados surgió hace un año. | Foto: AP

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Indignados se preparan para volver a las calles de España

Las distintas plataformas que integran a esta organización han convocado cuarto días de protestas, desde el sábado hasta el martes.

11 de mayo de 2012

El movimiento que sacudió España con sus acampadas de protesta, los indignados, se preparaba el viernes para volver a tomar las calles en el primer aniversario de su nacimiento.

Las distintas plataformas que integran esta organización heterogénea y de jóvenes en su mayoría, también conocida como 15-M, han convocado cuatro días de protestas, desde el sábado hasta el martes, para volver a alzar la voz contra la clase política en general, la austeridad y la salida que se le está dando a la crisis económica.

El seguimiento que puedan tener las protestas es una incógnita. La irrupción de los indignados hace ahora un año fue prácticamente espontánea y se produjo en un caldo de cultivo diferente al actual, cuando por ejemplo había unas elecciones a la vuelta de la esquina.

Un hipotético éxito supondría un serio contratiempo para la dura agenda de recortes puesta en marcha por el presidente conservador Mariano Rajoy.

"La red existe y es posible que se vuelva a activar", dijo Alessandro Gentile, profesor de Sociología de la Universidad Complutense de Madrid. "Constituir el movimiento ha sido relativamente fácil, lo difícil es mantenerlo".

El objetivo es volver a acampar en las principales plazas del país, entre ellas la emblemática Puerta del Sol en Madrid. El gobierno autorizó hasta 35 horas alternas de concentraciones y marchas en la capital española. Pero dejó claro que no permitirá acampadas permanentes.

"Creo que sí habrá una voluntad de permanecer en la plaza más allá del tiempo que se ha concedido", explicó Eduardo Fernández, un estudiante de filosofía de 20 años adscrito a la plataforma Juventud sin Futuro, que tomará parte en las protestas.

"Creo que habrá un cierto pulso con el gobierno", añadió.

En este último año, el movimiento de los indignados ha ido poco a poco desapareciendo de las plazas. Incluso alguna de las organizaciones que dieron origen a la protesta se ha fracturado en luchas internas de carácter ideológico.

Sin embargo, el espíritu ha seguido vivo, sobre todo en las redes sociales, en las universidades, en protestas puntuales y en algunas asambleas de barrio, pero su influencia ha sido escasa.

Su rechazo a los partidos políticos tradicionales no tuvo reflejo en las elecciones generales del pasado 20 de noviembre, que dieron una amplia victoria al centro derechista Partido Popular sobre el Partido Socialista.

"A lo mejor los efectos concretos en las políticas de este país los veremos más allá de este aniversario", consideró Gentile. "Han ganado visibilidad, pero es difícil mantener el compromiso y la credibilidad, sobre todo ahora que ha cambiado el gobierno y los efectos de la crisis se han hecho más fuertes".

"Desde su fundación, el movimiento se ha ido rellenando de contenidos y ha ido aprendiendo a estructurarse dejando su semilla", añadió Fernández.

Los indignados consideran que existen motivos suficientes para mantener viva la llama de la protesta. El desempleo afecta al 24,4% de la población, cifra que llega hasta un 50% entre los menores de 25 años, y los jóvenes no comparten la mayoría de medidas impulsadas por el gobierno de Rajoy, fundamentalmente el abaratamiento del despido en la reforma laboral ni los recortes que han afectado a políticas públicas como educación y sanidad.

"Es una salida de la crisis injusta que solo beneficia a unos pocos, mientras que condena a la mayoría a la miseria", subrayó Fernández. "Tenemos que estar dispuestos a plantear una confrontación clara con un sistema de saqueo permanente de toda la ciudadanía".

AP