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Electores argentinos buscan su puewsto de votación en los sufragios del domingo. | Foto: AP/Eduardo Di Baia

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Iniciaron elecciones argentinas con Cristina Fernández como gran favorita

En los comicios también están en juego el control del Congreso, con 130 escaños en la cámara baja y 24 en el Senado.

23 de octubre de 2011

Los argentinos comenzaron a votar el domingo por la mañana en unas elecciones generales donde se espera que la presidenta Cristina Fernández consiga una victoria aplastante sobre seis rivales y sea la primera mujer presidente en ser reelegida en América Latina.

En todo caso, se trataría de una victoria agridulce para Fernández, la primera de su vida política sin su esposo y antecesor Néstor Kirchner, quien murió de un ataque al corazón el 27 de octubre de 2010.

Fernández, de 58 años y postulante del peronista Frente para la Victoria, puede ganar con tan solo 40% de los votos si ninguno de sus seis rivales logra acercarse a 10 puntos porcentuales de ella, pero las más recientes encuestas sugieren que podría obtener entre 52% y 57% de los sufragios. Los sondeos tienen márgenes de error de más o menos tres puntos porcentuales.

Si esa tendencia se mantiene, Fernández podría recibir una mayor porción de votos que ningún otro presidente desde que la democracia fue restablecida en Argentina en 1983, cuando Raúl Alfonsín fue electo con 52%.

En los comicios también están en juego el control del Congreso, con 130 escaños en la cámara baja y 24 en el Senado. También se elegirá gobernador en nueve distritos, entre ellos la provincia de Buenos Aires, el de mayor peso electoral.

Fernández, que en 2007 se convirtió en la primera presidenta de la historia argentina elegida en las urnas, pudo haber estado tranquila antes de estas elecciones, pues las encuestas la mostraban con una ventaja cómoda sobre sus rivales, pero no lo hizo: hizo una campaña tan intensa que los problemas de presión sanguínea varias veces la obligaron a cancelar eventos.

Desde el fallecimiento del ex presidente, Fernández ha revertido sus números negativos y demostrado su habilidad para gobernar por ella misma, asegurando lealtad o respeto de una elite política difícil de controlar.

En las encuestas, muchos argentinos dijeron que votarían por ella porque su situación financiera ha mejorado mientras la economía nacional continúa con su más largo periodo de crecimiento en la historia. Los electores también dicen apoyar a Fernández porque es capaz de gobernar, lo cual en Argentina muchas veces requiere de mantener a raya a los líderes sindicales, corporativos y sociales.

Ella podría incluso rondar el 60% de los votos que su héroe populista Juan Domingo Perón, ganó en sus últimas dos elecciones. Su coalición Frente para la Victoria también espera conseguir escaños suficientes en el Congreso para formar nuevas alianzas y recuperar el control perdido en 2009.

Fernández eligió como su compañero de fórmula a Amado Boudou, un joven ministro de Economía de melena larga que toca la guitarra. Juntos han defendido el método de Argentina frente a la crisis financiera mundial: aumentar el gasto del gobierno en lugar de imponer medidas de austeridad y obligar a los inversionistas en deuda extranjera a sufrir antes que los ciudadanos ordinarios.

"Hay una forma distinta de hacer las cosas. No aceptar que hay recetas únicas, que lo que viene de afuera no por ello es necesariamente lo mejor", dijo Boudou a periodistas tras emitir su voto. Agregó que siente un gran orgullo de acompañar a la presidenta y "seguir manteniendo el crecimiento, la generación de trabajo".

Argentina ha estado alejado de la mayoría de las instituciones internacionales de crédito desde que declaró su cese de pagos récord en 2001, pero desde entonces ha podido mantener el crecimiento económico.

Los candidatos opositores se han concentrado en resaltar lo que para ellos son puntos débiles del kirchnerismo: la inflación y la manipulación de las estadísticas oficiales desde que Kirchner intervino el organismo responsable de elaborarlas antes de dejar el poder; la inseguridad y el intento por controlar a medios de comunicación críticos.

También han sugerido que el gobierno no está preparado para enfrentar el impacto de la crisis global.

"No se logra dilucidar hacia donde va el mundo. Mientras estemos mejor preparados, mejor. Ello no se va a lograr con la crispación sino con el diálogo", indicó el socialista Hermes Binner, el rival mejor situado en las encuestas respecto a Fernández.

El resto de los candidatos son el centrista Ricardo Alfonsín, de Unión para el Desarrollo Social; los peronistas disidentes Alberto Rodríguez Saa, de Compromiso Federal, y Eduardo Duhalde, del Frente Popular; la centroizquierdista Elisa Carrio, de la Coalición Cívica-Afirmación para una República Igualitaria, y el izquierdista Jorge Altamira, del Frente de Izquierda y de los Trabajadores.

Rodríguez Saa es gobernador de la provincia de San Luis y Duhalde fue gobernador de la populosa provincia de Buenos Aires y presidente entre 2002 y 2003.

Estos comicios representan la segunda ocasión después del regreso de la democracia en 1983 en que un mandatario busca la reelección por un nuevo periodo de gobierno. El primero que la obtuvo desde ese año fue el también peronista Carlos Menem, en mayo de 1995.

El voto es obligatorio en Argentina, donde cerca de 29 millones de ciudadanos entre la población de 40 millones están registrados para sufragar.
 
AP