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Un hombre observa los restos de un carro bomba que explotó en el distrito de Sadr, en Baghdad (Irak), el pasado 16 de mayo. | Foto: AFP.

CONFLICTO

Yihadistas, a punto de tomarse Bagdad

La milicia suní amenaza con avanzar hacia la capital del país asiático, luego de haberse tomado otras ciudades.

17 de junio de 2014

Los yihadistas seguían avanzado este martes en Irak, donde atacaron la ciudad de Baquba, a 60 kilómetros de la capital del país, Bagdad, y tomaron gran parte de otra ciudad del norte, en una ofensiva que la ONU calificó de "amenaza vital" para el país. (Vea: La violencia en Oriente Medio es “sin precedente”).

Por su parte, el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, anunció que el presidente Barack Obama estudia "minuciosamente todas las opciones a su disposición" para frenar la ofensiva, entre ellas ataques aéreos con drones o incluso con aviones de combate.

Obama también anunció el despliegue de 275 militares "equipados para combatir", destinados a proteger la embajada de EE. UU. en Bagdad. El enviado especial de la ONU en Bagdad, Nickolay Mladenov, calificó la ofensiva de "amenaza de muerte" para el país asiático y la región.

En una semana, los yihadistas del Estado Islámico de Iraq y el Levante (EIIL), un grupo extremista muy activo en la vecina Siria, ha tomado el control de Mosul, la segunda ciudad de Irak, de gran parte de su provincia de Nínive (norte), de Tikrit y de otros sectores de la provincias de Saladino, Diyala (este) y Kirkuk (norte).

Los insurgentes, que tienen el objetivo de llegar a Bagdad, están ahora a un centenar de kilómetros de la capital. Desde enero controlan la ciudad de Faluya, en la provincia de Al Anbar, fronteriza con Siria.

El Ejército iraquí, que en los primeros días fue incapaz de detener la ofensiva, afirmó el domingo haber "retomado la iniciativa" y anunció haber recobrado dos ciudades al norte de Bagdad, así como la muerte de 279 insurgentes.

A pesar de ello, en la madrugada del martes, los insurgentes lanzaron un "ataque con armas automáticas" en Baquba, una ciudad situada 60 kilómetros al noreste de Bagdad, que luego fue frenado por las fuerzas iraquíes, indicó el general Abdelamir Mohamed Reda.

Un coronel del Ejército dijo que los insurgentes ocuparon brevemente algunos barrios de la ciudad, pero luego fueron expulsados. Según fuentes médicas y de las fuerzas de seguridad, al menos 44 prisioneros murieron en un ataque de los insurgentes contra una comisaría.

Crear un Estado islámico


Más al norte, a un centenar de kilómetros de la frontera con Siria, los yihadistas tomaron la mayor parte de la ciudad de Tal Afar (situada 380 kilómetros al noroeste de Bagdad), indicó Nuredin Qabalan, número dos del consejo de la provincia de Nínive.

Al menos 50 civiles y varias decenas de insurgentes y de miembros de las fuerzas de seguridad murieron en estos combates, añadió. Esta ciudad, en el camino hacia la frontera siria, es clave para los yihadistas del EIIL, que ya ocupan varias zonas en el lado sirio y tienen el objetivo de crear un Estado islámico en esta región a caballo entre Irak y Siria.

Según otro responsable provincial, Mohamed al Bayati, entre 500 y 700 insurgentes participaron en el asalto a la ciudad. Cerca de 200.000 personas —la mitad de la población de Tal Afar y sus alrededores— han abandonado la zona, indicó un responsable municipal.

La ofensiva yihadista preocupa a la comunidad internacional, empezando por el vecino Irán chií, aliado del Gobierno de Bagdad, pero también a EE. UU., que en 2011 retiró sus últimas tropas de Iraq tras ocho años de presencia.

El lunes representantes de ambos países, sin relaciones diplomáticas desde hace 34 años, tuvieron una "breve discusión" sobre Irak en Viena, donde se llevan a cabo negociaciones sobre el programa nuclear iraní, indicó una portavoz estadounidense. EE. UU. descarta, por el momento, cualquier tipo de cooperación militar con Irán.

Por su parte, el primer ministro del Kurdistán iraquí, Nechirvan Barzani, pidió un "proceso político" para salir de la crisis y recordó en una entrevista a la BBC que "la comunidad sunita se siente abandonada".

El primer ministro de Irak, el chií Nuri al Maliki, en el poder desde el 2006 y que aspira a un tercer mandato tras ganar las legislativas de abril, ha sido acusado por sus detractores de aplicar una política discriminatoria con la minoría suní, con un Gobierno centralista y autocrático.