Home

Mundo

Artículo

| Foto: AFP

MUNDO

James Comey: la otra cara de un héroe

La analista María Carmenza Arenas recuerda el misterioso pasado del despedido director del FBI. Asegura que gracias a él, Donald Trump pudo ganar la presidencia.

9 de junio de 2017

La semana pasada Estados Unidos y buena parte del mundo se paralizaron las declaraciones de James Comey ante el Congreso.  Por varias horas, su testimonio fue transmitido en directo por televisión y la totalidad de los medios de comunicación de ese país no han dejado de hablar de otra cosa. El despedido director del FBI entregó varios titulares de prensa. Aseguró que Donald Trump es un mentiroso y difamador, al tiempo que lo acusó de sugerirle dejar de investigar los nexos de su campaña con Rusia. El viernes, Trump le contestó, después de 40 horas de silencio, en un tweet en que lo calificada de dar falsas declaraciones y de ser un “filtrador”. 

La analista María Carmenza Arenas expone siete puntos fundamentales y no tan conocidos para entender la pelea que conmociona al mundo.  

LA SOSPECHA DE COLABORACIÓN CON LOS RUSOS

La abrupta despedida del Director del FBI, James Comey, por parte de Presidente Donald Trump, hizo crecer las sospechas sobre una supuesta colaboración entre miembros de su campaña presidencial y el esfuerzo de los rusos para afectar los resultados electorales, en favor de Trump y en contra de Hillary.

Al comienzo las sospechas habían recaído sobre Paul Manaford, exgerente de la campaña de Trump, quien tiene vínculos financieros y de negocios con los rusos. Más recientemente, las sospechas han recaído sobre el general Michael Flynn, quien ha tenido muchos contactos con el Embajador de Rusia, algunos de ellos no declarados, y quien dictó una conferencia en Moscú, que fue pagada por la agencia oficial de información de ese país. Al general Flynn se le exigió la renuncia después de ocultarle esos contactos al vicepresidente Mike Pence.

Recientemente, hasta el nombre de Jared Kushner, yerno de Trump, ha salido a bailar en ese juego de acusaciones.

Puede leer: Trump carga de nuevo contra Comey, al que acusa de decir "mentiras"

¿OBSTRUCCION DE LA JUSTICIA?

A raíz del despido de Comey, la opinión pública se preguntó si Trump estaba tratando de ocultar las huellas dejadas por los rusos, que estaban siendo investigadas por el FBI. En otras palabras, se lanzaron acusaciones sobre un posible intento del Presidente de obstruir la justicia.

El Comité de Inteligencia del Senado, quien está investigando estas acusaciones, invitó el jueves al exdirector del FBI para que presentara su testimonio sobre el tema.

Desde el día anterior, Comey entregó a los congresistas y a los medios el texto de su recuento detallado de sus conversaciones con Trump, sobre el caso de las interferencias rusas en las últimas elecciones presidenciales y el papel del general Michael Flynn.

Las expectativas eran enormes. Se esperaban varias bombas informativas que permitieran comprobar obstrucción a la justicia. Así es que la gente se reunió en casas, bares y restaurantes para escuchar a Comey. Pero las “bombas” realmente no estallaron.

Le puede interesar: ¿Qué tanto golpea a Trump el testimonio del exdirector del FBI James Comey?

VIDEOS ESCABROSOS

No obstante lo anterior, hubo alguna información de interés, sobre temas que no se habían vuelto a tocar en los medios. Por ejemplo, la confirmación que hizo en enero el director del FBI sobre material escabroso de Trump en manos de los rusos, que habría sido filmado durante su visita a Moscú con ocasión del reinado de belleza. Trump siempre había negado la existencia de tal material. Pero el FBI se consideró en la obligación de hacerle la advertencia al Presidente electo, dejando en claro que no lo estaban investigando personalmente, o que hubieran abierto una operación de contra-inteligencia frente a él.

UN PRESIDENTE MENTIROSO

Desde ese entonces, el director del FBI comenzó a escribir detalladas ayudas memorias sobre sus conversaciones con Trump. ¿Por qué? Porque desconfiaba enormemente de él. “Por la naturaleza de esa persona”, dijo. Pensaba que Trump era un mentiroso que en el futuro podría distorsionar el contenido de sus conversaciones.

Hacia finales de enero Comey dijo que Trump lo había invitado a cenar a la Casa Blanca. Trump lo ha contradicho y ha afirmado que fue Comey el que solicitó la cena, aparentemente para buscar que lo confirmara como director del FBI. Cualquiera haya sido el caso, el exdirector del FBI dijo que se había sentido incómodo por una cena de sólo los dos, cara a cara. Comey pensó que se trataba de una especie de trampa para que le pidiera al Presidente mantenerlo en su puesto, y crear así una relación de “padrinaje”.

Le recomendamos: "Administración Trump decidió difamarme": exdirector del FBI

De todas maneras, el entonces director del FBI le expresó al Presidente que amaba su trabajo y que aspiraba a completar el período de diez años para el cual había sido nombrado. Sin embargo, parece que le advirtió que no era “confiable” en el sentido en que los políticos usan el término. Se proclamó independiente de los partidos. Trump, según este recuento, le habría respondido: “necesito lealtad. Espero lealtad”.  

El abogado particular de Trump, quien estuvo encargado de responder a la presentación de Comey, negó absolutamente esa exigencia de lealtad por parte del Presidente. Aquí de nuevo estamos en el terreno de “el dijo-yo dije”, imposible de verificar, a menos que Trump dé a conocer posibles grabaciones de esta conversación.

LA LEALTAD DE TRUMP FRENTE A FLYNN

A mediados de febrero hubo otra reunión en el despacho de Trump entre el Presidente, el Fiscal General y varios directores de organismos de seguridad, entre ellos el FBI. Al final, Trump hizo que Comey se quedara y que los demás los dejaran solos. Ese momento fue aprovechado por el Presidente para solicitar que el FBI abandonara su investigación sobre los contactos del general Michael Flynn y los rusos. “Es un buen hombre y ha pasado por muchas cosas”, fue la tesis  empleada por Trump.

“No ha hecho nada malo con esos contactos”, añadió. “Espero que usted deje pasar lo anterior”. En una actitud típica, Comey no contradijo al Presidente, sino que afirmó que, efectivamente, Flynn era un buen hombre. Cuando en su presentación ante el Senado le preguntaron por qué no había reaccionado ante esta solicitud, Comey afirmó que no era “el Capitán Valiente”. No es difícil imaginar que quería conservar su puesto y no se atrevió a enfrentarse con el Presidente. No sólo no fue el “Capitán Valiente” sino que actuó como el “Sargento Cobarde”. Tan sólo habló sobre esta solicitud con algunos de sus altos colaboradores en el FBI, con quienes acordó que no seguirían la sugerencia de Trump. Se abstuvo de informar al Fiscal General, que es su superior inmediato, y a quien debía lealtad.

Le puede interesar: Las demoledoras revelaciones del exdirector del FBI sobre su relación con Trump

De estas declaraciones y de otras de Trump frente a los medios, llaman la atención las muestras de gran lealtad de Trump frente a Flynn. Esta lealtad resulta más llamativa, si consideramos que Trump suele ser absolutamente desleal con la mayor parte de sus colaboradores, a quienes contradice y critica públicamente. No sería muy arriesgado deducir que, en sus contactos con el Embajador ruso, Flynn podría estar siguiendo instrucciones del Presidente.

LA RAZON ÚLTIMA DEL DESPIDO DEL DIRECTOR DEL FBI

Inicialmente se dijo que Trump lo habría despedido por el manejo equivocado de los correos de Hillary. Poco después, en entrevista con el periodista de NBC, Lester Holt, declaró que ya había planeado despedir a Comey, desde antes de recibir la recomendación de la Fiscalía. “Él es un fanfarrón”, dijo. Confesó que su despido tenía que ver con el tema de la investigación de la intervención rusa en las elecciones.

De las declaraciones de Comey ante el Senado se podría deducir que la razón última para el despido pudo estar en que el Presidente le pidió a Comey que diera a conocer el hecho de que el Presidente no estaba siendo investigado personalmente, por la posible cooperación entre miembros de su campaña y los rusos. Esto era verdad y en privado Comey se lo había reiterado. A Trump le preocupaba que esta sospecha colgando como una nube sobre su cabeza le impidiera gobernar efectivamente y alcanzar acuerdos políticos.

Sin embargo, Comey, en sus tesis algunas veces retorcidas, no le dijo al Presidente que el FBI y el Departamento de Justicia no querían hacer una declaración en ese sentido, por el peligro de que en el futuro tuvieran que retractarse, en caso de que cambiaran las circunstancias!

Puede leer: Christopher Wray sería el nuevo director del FBI

Cuando, dos semanas después, el Presidente volvió a llamar a Comey para conocer los pasos que había dado para satisfacer su solicitud, este se lavó la manos y le recomendó que la Casa Blanca llamara directamente al fiscal general encargado. A partir de ese momento, la permanencia del director del FBI Comey resultaba poco menos que imposible.

LAS ESCASAS LEALTADES DEL DIRECTOR DEL FBI

Del conjunto de declaraciones del director del FBI en el Senado, resulta claro que la principal lealtad de Comey es frente a sí mismo, y a la protección de su imagen de hombre recto y probo.

Fue desleal con el Presidente. Fue desleal con su jefe directo el Fiscal General, a quien se saltaba permanentemente y no mantenía informado. Traicionó la verdad respecto de “nuevos” correos de Hillary Clinton, que no existían, cuando pensó que podría producirse una filtración que lo haría quedar mal. Con ello contribuyó a la elección de Trump como Presidente, a pesar de que lo despreciaba. En resumen, fue desleal con su país.