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LA CARA OCULTA DE NIKITA

El hijo de Kruschev revela por qué su padre se dejó tumbar a sombrerazos.

28 de noviembre de 1988

El turno en el Glasnost, la transparencia que impera ahora en los medios de comunicación de la Unión Soviética, corresponde ahora a las memorias del hijo de Nikita Kruschev, que han sido publicadas, en el más típico estilo occidental, en una serie de números de la revista Ogonyok. La publicación, reseñada por el periódico norteamericano The New York Times, descorre un velo sobre un episodio totalmente desconocido para la opinión pública soviétiea, la salida de Krusehev del poder tras una conspiración de sus más cercanos colaboradores.

La publicación de los diarios de Sergei Kruschev representan además un paso en el camino de la total rehabilitación de una figura que había sido barrida por completo de la historia soviética y hasta borrada de las fotografias oficiales. Pero por sobre todo, revela el pensamiento de quien, habiendo sido el combativo heredero de Stalin, escogió para pasar a la historia la manera pacífica y discreta de un fiel funcionario a quien le ha llegado la hora de jubilarse.
"Ciertamente la forma como ocurrió y el silencio que rodeó su retiro le causaron profundo resentimiento.
Ya estaba buscando un hombre que pudiera remplazarlo, pues era consciente de su edad. Y cuando llegó el momento de la verdad, ciertamente debió enfrentar un terrible dilema", dijo Sergei de su padre en una reciente entrevista. "¿ Debería haber comenzado una pelea por el poder? Las reglas de esas disputas establecen que quien pierda debe salir del escenario, así que, en sus propios términos, él no tenía ninguna oportunidad de ganar.
La gente con la que hubiera tenido que pelear era la misma que él hubiera nombrado, pero si los derrotaba, tendrian que salir de la vía", agregó.

Los diarios dejan, por otra parte, suficientemente claro que Nikita Kruschev consideró su propia salida incruenta un monumento a los cambios que él mismo había ayudado a introducir en la vida soviética. Según el texto, Nikita dijo a su cercano amigo Anastas Mikoyan, que había "hecho lo principal; las relaciones entre nosotros y el estilo de liderazgo han cambiado radicalmente. ¿Hubiera podido siquiera soñarse decirle a Stalin que ya no nos servia y sugerirle que se retirara? No hubiera quedado vivo ninguno de nosotros. Pero todo es diferente ahora".

Según los diarios de Sergei, no fue fácil convencer a Kruschev que se estaba tramando un complot para sacarlo del poder. La primera noticia le llegó por una llamada telefónica de uno de los guardaespaldas de Nikolai Ignatev, miembro del Politburó. Según el informante, tanto su jefe como Leonid Brezhnev, Nikolai Podgorny y el jefe de la KGB, Aleksandr Shelepin, planeaban deponer al Secretario General. Pero cuando el hijo quiso poner al tanto a su padre sobre lo que le corría pierna arriba, Nikita descalificó la versión. Los implicados, afirmó, no eran suficientemente aliados entre sí y ninguno, tal vez con la excepción del primero, podía ser capaz de semejante traición. En vez de tomar las medidas que presenció durante el gobierno de su antecesor, que hubieran terminado en un baño de sangre, el viejo Kruschev se encaminó a tomar un descanso en su dacha del Mar Negro.

Pero hasta allá llegó el largo brazo de la conspiración. Fue llamado de urgencia a Moscú para una reunión supuestamente sobre agricultura.
Cuando llegó, el libreto ya estaba escrito. Fue acusado de falta de tacto en sus relaciones gubernamentales negligencia en el ejercicio de sus funciones y hasta de nepotismo. Según los diarios de Sergei, Kruschev tenía ya claro cuál era su destino y en vez de defenderse, habló en términos conciliadores y hasta hizo la pregunta de por qué si sus colaboradores tenían criticas, no las habían hecho antes. Al final de la reunión, la suerte estaba echada. El 14 de octubre de 1964 Kruschev le dijo a su hijo al regresar a casa: "Ya está, todo ha terminado, estoy retirado".

Nikita Kruschev pasó el resto de su vida recluido en su casa de campo, cuidando su jardín y cultivando maiz en su huerta. Muchos años después de su muerte, el gobierno soviético comienza el largo proceso de su rehabilitación, sobre la base de que fue el primer lider de ese país en criticar la memoria de Stalin, hoy considerado un verdadero genocida y sicópota.
Pero para su hijo, el sitio donde reposan sus restos es más adecuado que el interior del Kremlin. Su tumba en el cementerio de Novodevichy, está rodeada por la de héroes de la guerra al lado de quienes combatió. "Allí, está en muy buena compañía", dice. --