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LA GUERRA DELEGADA DE PARIS Y TRIPOLI

La contienda civil de 17 años se encamina hacia su internacionalización, ante la cual ni USA ni la URSS serían indiferentes

15 de agosto de 1983

A pesar de los múltiples llamamientos formulados por las autoridades del Chad, Francia no participará directamente en la guerra que libran, en ese país, el ejército gubernamental fiel al actual presidente Hissen Habre y las tropas de "Gobierno de Unión Nacional de Transición" (GUNT), dirigidas por Gukuni Ueddei.
La intervención francesa se limitará, según declaró el gobierno de Mitterrand, a los acuerdos suscritos en 1976 que prevén una "cooperación militar", y excluye cualquier participación del ejército galo. Pero en realidad, el gobierno francés parece vacilar sobre la política a adoptar frente a la ofensiva militar del GUNT contra el "gobierno legal " del Chad.
París no desconocía la intención del ex presidente Gukuni de recuperar el poder -perdido por la fuerza de las armas el 7 de junio de 1982- ni sus relaciones estrechas con el coronel Khadafi, como se observó en noviembre pasado, cuando el líder libio trató de imponerlo como representante oficial del Chad ante la Organización para la Unidad Africana
Numerosos informes provenientes de la región mostraban, además, que en menos de un año, Gukuni Ueddei había reorganizado y armado sus tropas gracias a la ayuda "desinteresada" del coronel Khadafi.
Con todo, Francia reaccionó solamente después del 24 de junio cuando las tropas rebeldes se instalaron -tras vivos combates- en la ciudad más importante del norte del Chad: FayaLargeau.
Hablando, sin citarla, en dirección de Trípoli, Francois Mitterrand afirmó que su gobierno cumpliría plenamente sus compromisos y no toleraría ninguna intervención extranjera en Chad. Declaraciones que fueron seguidas del envío de unas 400 toneladas de material militar cuyo costo asciende, según "Le Monde", a unos 25 millones de dólares.
La amplitud de esta "ayuda" no se explica únicamente por los lazos que unen esa metrópoli a su antigua colonia. En Chad, Francia estaría jugando su credibilidad en Africa, en donde posee bases militares en cinco países y ha firmado "acuerdos de defensa" con, por lo menos, siete Estados. Una derrota de Hissen Habre sería interpretada en Africa como una falta de voluntad o una prueba de incapacidad por parte de Francia para cumplir sus compromisos. Los resultados de esa desconfianza serían inmediatos: numerosos gobiernos africanos mirarían inmediatamente hacia los Estados Unidos. . .
El dilema del actual gobierno -apoyado en este caso por la oposición- es, pues, encontrar un nivel de intervención que le permita apoyar de manera eficaz al "gobierno legal" sin proceder para ello -dijo el canciller Claude Chaysson- "como lo están haciendo los Estados Unidos en Honduras y Nicaragua".
La verdad es que, sobre este punto, Francia cuenta en Africa, con un capital de simpatía entre un buen número de gobiernos moderados, decididos a oponerse a las tentativas de desestabilización impulsadas, según ellos, por el coronel Khadafi. Para Egipto, Sudán, Costa de Marfil, Camerún y Gabón, entre otros, el actual conflicto chadiano se inscribe dentro de esa dinámica.
Por su lado, los presidentes de Nigeria, Shehu Shagari, y de Zaire, Mobutu, también han facilitado la tarea de Francia. El primero aceptó el 3 de julio una reconciliación con el presidente Hissen Habre, después de numerosos incidentes fronterizos que habrían podido degenerar en otro frente de guerra para Chad y, el segundo, enviando a Yamena 2.000 soldados, dos aviones de transporte, tres aviones de apoyo táctico y tres "Mirage" cuyo radio de acción les permitiría actuar en las zonas de combate.
El conflicto chadiano podría así conocer una nueva escalada si el coronel Khadafi decide replicar haciendo intervenir su aviación.
Las reacciones de Washington y Moscú hacen pensar, por otra parte, que este conflicto se encamina rápidamente hacia una grave internacionalización. Interrogado por la TV francesa, Caspar Weinberger afirmó que USA estaba estudiando las posibilidades de ayudar al gobierno chadiano. El secretario de Defensa no precisó, sin embargo las modalidades de ese apoyo ni indicó si los Estados Unidos estarían dispuestos a enviar instructores militares, o si se limitarían a aumentar el envío de material militar que ya suministra a través de Egipto, Sudán e Israel.
En Chad, a pesar de la guerra de comunicados entre los dos ejércitos, algunos indicios hacen pensar que las Fuerzas gubernamentales han logrado detener el avance de las tropas de Gukuni Ueddei, cuya acción es plenanente apoyada por la Unión Soviética. Las fuerzas gubernamentales han podido reconquistar la ciudad de Abeché, a 762 kilómetros al este de la capital, como lo afirma la propaganda oficial. Abeché es un punto clave. El ejército que la controle puede establecer un puente aéreo (con Yamena o con Trípoli) que le permite solucionar el problema de transporte de las tropas y el material militar, sobre todo en este momento que ya se ha iniciado la estación de lluvias.
Administrar Abeché significa, igualmente, poder reagrupar las tropas antes de atacar Yamena, en caso de Gukuni Ueddei, o de iniciar la reconquista del norte del país, y poder acceder o no a la vía de comunicación con Sudán. Los actuales combates serán, en este sentido, decisivos. También lo son los discretos contactos diplomáticos que se preparan entre Francia y Libia, que explican la prudencia de las dos capitales y la moderación de los cables de la agencia Libia, Jana, que acusan prioritariamente a USA de querer internacionalizar el conflicto y llevar a Francia a jugar un papel "neoimperialista" en Africa.

COMO SE DESATO ESTA GUERRA CIVIL
Colonia francesa desde fines del siglo XIX, el Chad recobró su independencia en 1960, pero su primer presidente, Francois Tombalbaye no logró unificar el país viéndose obligado a aceptar, hastá 1964, la presencia de las tropas francesas en el norte del país y a pedir, años más tarde, al general de Gaulle el retorno del ejército francés para encarar los ataques del "Frente de Liberación Nacional de Chad" (Frolinat).
En 1971, Tombalbaye recibe a Khadafi, obtiene un importante préstamo y la promesa de cesar su apoyo al Frolinat en donde se encuentra Gukuni Ueddei y uno de sus antiguos colaboradores, Hissen Habre.
Tombalbaye cae, sin embargo víctima de un grupo de militares dirigido por el general Mallum, quien de nuevo pide la retirada de las tropas francesas, tropas que él mismo reclamaba a Francia en 1978 y que le permitirán mantenerse en el poder y obtener la adhesión de Hissen Habre. Este, entretanto, había roto sus relaciones con Gukuni y Khadafi, acusado de querer anexar la región de Auzu.
El gobierno Mallum-Habre desembocará en un conflicto armado que se terminará en 1980, con la formación de otro gobierno dirigido, esta vez, por Gukuni Ueddei. Como de costumbre, Gukuni y Hissen Habre exigen la retirada de las unidades militares francesas y, pocos meses después, Gukuni Ueddei toma solo el poder gracías a la ayuda del coronel Khadafi, quien proclama en enero de 1981, la fusión de los dos países. Hissen Habre por su lado, con apoyo financiero de la CIA, reagrupa las tropas no lejos de la frontera de Sudán y logra la reconquista del poder, en junio de 1982, a pesar de la ayuda militar suministrada por Francia a Gukuni Ueddei y del en vío de soldados de Zaire. Trece meses después, este mismo mano a mano arbitrado por Francia, se repite, pero en sentido contrario