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LA HORA DEL APRA

Las elecciones generales de abril le sonríen a la izquierda peruana.

4 de febrero de 1985

La mayoría de las encuestas y los analistas independientes coinciden en vaticinar que en las elecciones generales, que se realizarán el 14 de abril próximo, las fuerzas de la izquierda marxista y socialdemócrata del Perú alcanzarán, en su conjunto, más del 70% de los votos. Ambos sectores políticos serán adversarios en dichos comicios, y no parece probable que sus dirigentes puedan superar los factores que los empujarán a una confrontación constante en los próximos cinco años.
Según las encuestas, Alan García Pérez, de 35 años, candidato del socialdemócrata partido aprista, tendrá las mejores opciones de ganar, si las elecciones se reallzaran en este momento. El APRA obtuvo, a nivel nacional, el 32% de los votos emitidos en las elecciones municipales de noviembre de 1983, en tanto que en esa misma ocasión, el frente marxista Izquierda Unida, consiguió el 29%. Se supone que ahora Alan García tiene alrededor del 45% de las preferencias del electorado, y es una incognita cuánta fuerza ganó, o perdió, Izquierda Unida desde noviembre de 1983, cuyo candidato, Alfonso Barrantes Lingan, venció abrumadoramente las elecciones en Lima, en donde se concentra el mayor potencial electoral del país.
El sector conservador no tiene posibilidades porque los dos partidos que conformaban la coalición gobernante hasta mayo pasado: Acción Popular (AP) y el Partido Popular Cristiano (PPC) se dividieron ya que ninguno aceptó ceder la candidatura presidencial. En consecuencia, el candidato de AP es su secretario general, Javier Alva Orlandini, y del PCC, su presidente, Luis Bedoya Reyes, un abogado de empresas que alguna vez se declaró admirador del general chileno, Augusto Pinochet. Las encuestas les dan a estas dos candidaturas menos del 11% a cada una, como consecuencia del acentuado desgaste político originado por la grave crisis económica social que vive el país. La existencia de una guerra de guerrillas en la sierra sur central, acompañada por operativos dinamiteros en Lima y otros lugares del país, asi como el siempre potencial peligro de un golpe militar, han originado una corriente en favor del ex presidente del gobierno militar, general (r) Francisco Morales Bermúdez. Este basa su campaña en prometer una administración enérgica y en sugerir que a su administración "no le harían un golpe".
El mecanismo de doble ronda electoral establecido por la constitución promulgada en 1979, y que por primera vez será aplicado en 1985, fue creado para dificultar un eventual triunfo aprista, pero todo indica que, por el contrario, favorecerá al joven candidato del APRA. Según dicho mecanismo, el ganador de la primera vuelta deberá obtener más del 50% de los votos emitidos para ser elegido Presidente. En caso contrario, participa, junto con su competidor más cercano, en una segunda ronda. Para que el candidato del frente marxista gane las elecciones tendría que obtener más del 50% en la primera ronda, lo que parece improbable, porque es seguro que todos sus adversarios le darán sus votos a su contrincante en la segunda. Por el contrario, Alan García, según admiten en reserva los asesores de su campaña, solo se preocupa por conseguir una mayoria parlamentaria sin necesidad de aliados en las cámaras legislativas, "porque si no gana en la primera ronda, vencerá en la segunda". "Si competimos con Izquierda Unida, la derecha le dará sus votos al APRA, en tanto que si nuestro adversario en la segunda vuelta es un partido conservador, la izquierda tendrá que votar por nosotros", expresó a IPS Hugo Otero, responsable del diseño de la campaña electoral aprista. Sin embargo, la situación económica y social empaña el optimismo electoral aprista. Todo indica que heredará una situación presupuestaria y financiera prácticamente ingobernable.
En primer lugar, el actual gobierno suspendió los pagos de su deuda externa desde marzo del presente año, y ha recibido una advertencia de que, a partir de los primeros días de enero se declarará deudor moroso al Perú y es posible que se entablen algunas acciones judiciales contra las exportaciones de este país. Por consiguiente, el próximo gobierno estará obligado a imponer una dura política de austeridad, lo que debe deteriorar rápidamente su imagen política y abrirá un margen de acción favorable a la oposición marxista, que controla los sectores sindicales. Frente a este previsible desenlace, un sector minoritario del APRA, encabezado por el ex candidato presidencial Armando Villanueva y el diputado Javier Valle Riestra, propone una alianza preelectoral entre su partido e Izquierda Unida. Dicha alianza es rechazada por el sector que encabeza el senador Luis Alberto Sánchez, quien considera que el destino histórico del APRA es seguir siendo "un bastión contra el avance del marxismo".
"Un enfrentamiento entre el APRA y la izquierda será una catástrofe para las mayorías populares... tenemos que hacer todos los esfuerzos para conseguir un mínimo entendimiento", expresó Valle Riestra a este corresponsal, revelando en confianza que ha iniciado algunas conversaciones "a nivel personal, nada más", con líderes del frente marxista Izquierda Unida.