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Marina Litvinenko, la viuda de Alexander Litvinenko, lamenta la decisión de Gran Bretaña de no investigar la muerte de su marido. | Foto: AP

RELACIONES INTERNACIONALES

La muerte de un espía que Reino Unido no quiere investigar

Un agente de la KGB, crítico del gobierno ruso, murió en extrañas circunstancias y Gran Bretaña se niega a esclarecerlas.

Jill Lawless
12 de julio de 2013

Las autoridades británicas se negaron a realizar una investigación pública sobre la muerte del espía ruso Alexander Litvinenko, informó este viernes un médico forense. Esto anula lo que él describió como la mejor oportunidad para descubrir qué hubo detrás del envenenamiento.

La viuda de Litvinenko, quien culpa al Kremlin por la muerte de su marido, acusó a Gran Bretaña de anteponer sus relaciones con Rusia sobre la necesidad de descubrir la verdad.
 
“Lo que pasó hoy parece una decisión muy política”, dijo Marina Litvinenko fuera de las Cortes Reales de Justicia en Londres. “Todavía tengo un largo camino para lograr que se haga justicia”, añadió.
 
El médico forense Robert Owen dijo durante una audiencia judicial que el gobierno le informó el viernes que rechazó su solicitud de una investigación, sin darle razones.
 
Owen estaba a cargo de una indagación pública largamente retrasada sobre la muerte de Litvinenko, un agente de la KGB que se volvió crítico del Kremlin y que murió en noviembre del 2006 tras beber té mezclado con el isótopo radiactivo polonio 210 en un hotel en Londres.
 
Gran Bretaña acusa a dos rusos de la muerte, pero Moscú se niega a extraditarlos.
 
Los abogados de la familia de Litvinenko dicen que él estaba trabajando para las agencias de inteligencia de Gran Bretaña cuando murió y sospechan que el Kremlin ordenó su asesinato.
 
Los médicos forenses británicos suelen hacer indagaciones públicas para determinar los hechos detrás de una muerte violenta o inesperada, pero las consideraciones de seguridad nacional que rodearon el asesinato de Litvinenko llevaron al gobierno británico a impedirle a Owen que analice un asunto delicado.
 
Owen ha dicho que las restricciones por información secreta significan que su investigación será incapaz efectivamente de determinar si el Estado ruso estuvo implicado en el asesinato de Litvinenko y si los servicios de inteligencia británicos podrían haber hecho algo más para evitarlo.
 
Marina Litvinenko, el médico forense y un grupo de medios de comunicación británicos han exigido una investigación independiente, con el argumento de que ésta tendría las mayores posibilidades de descubrir la verdad, entre otras razones porque una investigación así podría analizar material clasificado en privado.
 
El abogado de Marina Litvinenko, Ben Emmerson, criticó al gobierno británico por la decisión, acusándolo de mostrar “desprecio” a la familia del espía y a la investigación.
 
“La falta de respeto con la que el gobierno de su majestad ha tratado a este tribunal es, por supuesto, una cuestión de mucha preocupación”, explicó Emmerson.
 
Dijo que la familia Litvinenko fue “tratada de una manera lamentable por este gobierno”. Agregó que la viuda trataría de impugnar la decisión del gobierno en los tribunales.
 
Emmerson le pidió a Owen que contemple hacer lo mismo, añadiendo que Marina Litvinenko no estaba recibiendo asistencia jurídica y que podría caer en bancarrota si pierde una demanda contra el gobierno.
 
Owen no indicó que hará después, pero aseguró que su investigación tantas veces aplazada no comenzará como estaba previsto, el 2 de octubre.
 
“El calendario ya está fuera de mi control”, manifestó el médico forense.