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LA NUEVA RUTA

Surge un nuevo paraìso para los narcotraficantes.

26 de noviembre de 1990


Los campos de la droga no duermen.
Mientras las autoridades colombianas gastan hasta los últimos restos de sus fuerzas para controlar el narcotráfico y mientras los gobiernos de la Comunidad Europea tratan de cerrarle la entrada a los grandes embarques de cocaína, estos han descubierto que Portugal es un puerto libre para su negocìo.

Ahora, segùn los servicios de inteligencia antidroga norteamericanos, las costas portuguesas son las más vulnerables de todo el continente. La cocaìna entra a Europa principalmente por España y por Portugal, pero mientras en el primero se producen grandes decomisos, en el segundo no.

Sus 1.200 kilòmetros de costa, dotados con una precaria vigilancia, se han convertido en la ruta predilecta de los capos de la cocaína de Colombia, el hachís de Marruecos y la heroìna de Turquía o Pakistán. Los ocho mil efectivos de la Guardia Fiscal encargados de vigilar la zona costera no dan abasto y pertenecen a una de las pocas policìas antidrogas del mundo que no cuentan ni siquiera con una sola lancha rápida apta para la persecuciòn de las "voladoras" utilizadas por los traficantes.

Según informaciones de la Interpol, por el país lusitano ha entrado en los últimos dos años el sesenta por ciento de la droga que se consume en Europa y muy pronto será un refugio para la delincuencia organizada de todo el mundo. "Ante el acoso de varios de los países de la Comunidad Europea, entre ellos de España, los narcotraficantes han ido a buscar zonas menos vigiladas. Y como en Portugal no tienen ni los medios ni la voluntad que requiere una lucha contra las mafias de la droga, es un terreno abonado para sus propósitos", afirma un funcionario de la Interpol.
El propio director de la Policìa Judiciaria portuguesa, José Nunes Gonçalves Carvalho, acepta en parte esta afirmaciòn. Considera que no tienen los medios, y en cuanto a la voluntad, deja ver una curiosa posiciòn derrotista frente al narcotráfico. "Nuestra costa es muy grande y nosotros no podemos hacer una muralla para defendernos de la droga", sostiene con aire de resignaciòn.

Aunque para muchos el problema de la policìa portuguesa tiene más de corrupciòn que de impotencia.

"Nosotros no podemos decir que no haya corrupción en nuestras filas. Tenemos todas las cualidades y todos los defectos de la sociedad portuguesa", afirma, haciendo gala de un inocultable pragmatismo, el portavoz oficial de la Guardia Fiscal Portuguesa, el coronel Joao Manoel Nunes Sena. "Nuestras costas son lo que son, nosotros no las hemos hecho. Es cierto que no controlamos todo pero estamos en el margen mundial de capturar únicarnente un ocho ó diez por ciento de lo que entra.
Esos son números reales, que nadie se equivoque", sostiene categóricamente.

La situaciòn empieza a tomarse tan preocupante que los funcionarios de la DEA en Europa decidieron realizar durante todo el mes de octubre una visita a Ponugal. El viaje se hizo con el fin de rendir un informe detallado al Gobierno norteamericano sobre lo que ocurre en estas costas y sobre el comportamiento de las autoridades antidrogas de ese paìs. "Las sospechas que tenernos indican que allì controlan el negocio los capos colombianos y españoles ya que en Portugal se recibe la droga pero se paga en España", sostiene David Herrera, de la DEA española.

El hecho es que la Guardia Fiscal y la Policìa Judicial lusitanas son, por acción o por omisiòn, los mejores aliados de los capos intemacionales de la droga. Sus concepciones filosòficas en torno al problema incluyen análisis sociològicos que van desde la pobreza de la sociedad portuguesa y la tradicional imagen romántica que se tiene de los contrabandistas, hasta la necesidad de defender los intereses del individuo por encima de los del Estado y la de luchar contra la droga sin afectar el turismo como sector imponante de la economìa del paìs.

En esta materia, los balances que exhiben los portugueses como triunfos en la lucha contra la droga tienen todo el sabor de victorias pìrricas . Hace dos meses aprobaron en el Congreso una ley por la que se prohìbe el tránsito libre de las famosas lanchas planeadoras, pero todavìa no ha entrado en vigor. Según esta ley de la Secretarìa de Estado de Transportes Exteriores, las embarcaciones con más de 350 caballos de potencia y más de nueve metros de longitud, no podrán navegar libremente sin informar, dos horas antes, el rumbo, número de tripulantes y horas de salida y llegada.

Pero a los propios periodistas portugueses les suena un poco ridículo el bombo que se le ha dado a esta reglamentaciòn. Según ellos no hay quién le ponga el cascabel al gato, cuando los capos portugueses transitan libremente por sus pueblos, construyen lujosas mansiones y sus sumarios desaparecen en el caso de que se lleguen a abrir. "El dìa que lleguen a capturar o a impedir que una lancha de un traficante transite tranquilamente, entonces ¿quién va a financiar los partidos?", se pregunta el periodista Celestino Amaral del diario Expresso.