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La obesidad y el sobrepeso, nuevas preocupaciones de la ONU

En un informe sobre la alimentación en el mundo, Naciones Unidas reconoció que tres millones de personas mueren al año por malos hábitos alimentarios. Responsabiliza a la industria y a los gobiernos y exige gravar el consumo de los alimentos poco saludables.

6 de marzo de 2012

Alrededor de 1.300 personas padecen sobrepeso y obesidad en el mundo y más de tres millones mueren cada año. Así lo revela un informe de Naciones Unidas sobre alimentación  en el mundo que se presentará este miércoles en Ginebra.

El llamado de atención va dirigido a las políticas alimentarias y a los hábitos al comer. En ese sentido, deja claro que el sobrepeso y la obesidad dejan tantos problemas como la desnutrición.

"El sistema es una receta para vidas poco sanas", concluye el documento, que responsabiliza de los desórdenes alimenticios a la industria y a los gobiernos.
 
La culpa de la industria se justifica en la elaboración de productos enriquecidos en grasas, sal y azúcar. La ONU considera que la industria ha debilitado la alimentación local, la cual no puede competir con los subsidios de la materias primas menos saludables.
 
Con respecto a los gobiernos, Naciones Unidas rechaza que los Estados no ofrezcan una protección alimentaria.

"Los Estados están desatendiendo la responsabilidad que tienen de garantizar el derecho a una alimentación adecuada en el marco de las leyes internacionales de derechos humanos", argumenta el informe, que se opone a las subvenciones agrícolas sobre determinadas materias primas como el maíz y la soja, usadas para la fabricación de alimentos muy elaborados y poco saludables.

El autor del documento, Olivier de Schutter, relator especial de la ONU para la alimentación, advierte que una de cada siete personas pasa hambre en el mundo y que el 65 por ciento de la población vive hoy en países donde la obesidad "mata a más personas que la falta de peso".
 
En ese sentido, asegura que la alimentación deficiente es un problema en los países ricos y en vías de desarrollo. El documento llama la atención debido a que en los países subdesarrollados ha aumentado el número de calorías a través del consumo de carne, azúcar y aceite, en vez de provenir de la ingesta de legumbres, frutas y verduras. 

El informe sostiene además que el aumento del 10 por ciento en las enfermedades ligadas a las dietas poco saludables detraen en su atención un 0,5 por ciento del producto interior bruto (PIB) mundial.

Schutter sugiere que las legislaciones nacionales deben adoptar las recomendaciones sobre la comercialización de leches que sustituyen a la materna, para así aclarar la ventaja de la lactancia natural.
 
"Así las empresas se abstienen de promocionar esas leches de sustitución", explica.
 
Agrega que debe ponerse límites al mercado publicitario y a la exposición de los niños a la promoción de refrescos y bebidas azucaradas.

En ese sentido, la ONU recomienda gravar el consumo de estos productos y utilizar los recursos obtenidos en incentivar la ingesta de frutas y verduras.

La organización también sugiere que debe apoyarse más a los agricultores a través de incentivos fiscales. "Asegurar una infraestructura adecuada que conecte a los productores locales con los consumidores urbanos".
 
Además recomienda preservar las cadenas alimentarias locales a través de decisiones que debe tomar la industria. En ese sentido, sugiere que las compañías garanticen "que los trabajadores reciban salarios dignos y los productores perciban precios justos por sus productos”.

Las conclusiones de Schutter ya se habían señalado en el Informe Mundial de Hambre y Malnutrición 2011, publicado el 22 de septiembre del 2011, que visibilizó el retroceso del mundo ante la seguridad alimentaria de los países más pobres.
 
El informe aseguró que en el mundo hay 1.500 millones de obesos: "el exceso de nutrición se cobra más vidas -unas 2,4 millones por año- que el hambre".

El secretario general de la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (FICR), Bekele Geleta, precisó en su momento que "hoy en día, la obesidad es epidémica en el mundo rico y se propaga a países de bajos y medianos ingresos, donde cada vez más y más personas comen alimentos procesados, gran parte de ellos importados".