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| Foto: OEA

EXPRESIÓN

La OEA pone en aprietos la protección a la libertad de prensa

Los países miembros de la organización aprobaron el miércoles un documento que deja en peligro la Relatoría para la Libertad de Expresión. El futuro del ente se encuentra en manos de la CIDH.

Juan Carlos Iragorri, corresponsal de SEMANA en Washington
25 de enero de 2012

Los países miembros de la Organización de los Estados Americanos (OEA) aprobaron en la tarde del miércoles en Washington un documento que puede perjudicar no solamente a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) sino a la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión, que forma parte de la Comisión.
 
La aprobación se produjo por consenso y levanta una voz de alarma por el peligro que se cierne sobre la Relatoría, un organismo que se ha encargado de proteger la libertad de prensa en el hemisferio. Muchos medios de comunicación de las Américas habían alertado sobre el fenómeno.
 
¿Qué ocurrió exactamente? La historia comenzó a mediados de diciembre, cuando delegados de los 34 países de la OEA acordaron un documento con recomendaciones para reformar la CIDH, una entidad de siete integrantes que ha servido para destapar casos emblemáticos de violaciones a los derechos humanos.

El lío es que ese documento le metió el diente de forma especial a la Relatoría para la Libertad de Expresión, una de las que dependen de la CIDH y que esta dirigida por la exmagistrada de la Corte Constitucional de Colombia, la abogada Catalina Botero.

La hincada de diente, promovida por el gobierno ecuatoriano de Rafael Correa, consistía en tres puntos. El primero, imponer un código de conducta a los integrantes de la Relatoría. El segundo, impedirle que busque fondos para su propia financiación. Y el tercero, que no publique de forma extensa su informe anual, muy temido por los gobiernos autoritarios.

El caso es que hoy los países miembros de la OEA le dieron el visto bueno a ese texto, con el apoyo decidido de gobiernos como los de Ecuador, Nicaragua y Bolivia, en tanto que otros, como los de Costa Rica, Panamá, Uruguay y Canadá se decantaron por hacer una interpretación benévola hacia la Relatoría.

 
“Colombia se mostró partidaria de fortalecer a la CIDH, de pedirle mayor rigor jurídico, y dejó claro que es un país partidario de la libertad de expresión y que cualquier documento o artículo referente al tema debe interpretarse en ese sentido”, le dijo a Semana.com el embajador ante la OEA, Luis Alfonso Hoyos.

¿Qué va a pasar ahora? Que el documento al que se le dio luz verde esta tarde debe llegar al escritorio del secretario general de la OEA, el chileno José Miguel Insulza, quien lo enviara a los miembros de la CIDH para que tome una decisión definitiva.

No hay plazos para esos trámites, pero la Relatoría se encuentra en peligro, y así lo han constatado varias ONG para la libertad de prensa agremiaciones de periodistas. Para ellas, Albert Camus tuvo razón cuando dijo: “Con libertad, la prensa puede ser buena, o ser mala. Sin libertad, no puede ser otra cosa que mala”.