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| Foto: A.P.

VENEZUELA

Las hijas de Chávez no se quieren ir del Palacio

Nicolás Maduro y su esposa no han pasado una sola noche en la residencia presidencial.

6 de febrero de 2014

Desde que comenzó a ejercer como primer mandatario, el 14 de abril de 2013, el presidente venezolano, Nicolás Maduro, no se ha podido mudar con su esposa a la residencia presidencial. La ley impedía que las Chávez residieran permanentemente en La Casona desde que comenzaron a tener sus propios recursos. Sin embargo, ni el cambio de mando las llevó a mudarse.

Según la constitución, Maduro debería residir en La Casona desde el 19 de abril pasado, cuando juró como presidente. Sin embargo, la decisión de Rosa Virginia y María Gabriela de no mudarse tras habitarla durante 15 años generó fricciones entre los dos grupos.

Mientras tanto, Maduro y su esposa permanecen en La Viñeta, una residencia destinada al vicepresidente y a los jefes de Estado de visita en el país.

Según medios venezolanos, 'las infantas', como son conocidas en el país, han convertido La Casona en un club social para disfrute compartido con sus amigos. ABC.es reporta que las fiestas organizadas por Rosa y María atruenan la localidad, según los vecinos de la urbanización La Carlota y Santa Cecilia, donde se ubica la residencia presidencial que cuenta con piscina y sala privada de cine.

Además, el diario El Universal reporta que restaurantes de comida rápida y agencias de catering ya no entregan pedidos a La Casona, porque, aseguran, sus inquilinos han dejado de pagarles.

Pero esa no es la primera queja relacionada con la agitada vida social de las hijas de Chávez.

Las empresas de espectáculos han manifestado que deben regalarles unas treinta entradas cada vez que contratan a un artista internacional. Así, 'las infantas' pueden repartir las invitaciones entre sus amigos.

Según el medio venezolano LaPatilla.com, los inquilinos sucesivos de la residencia, inaugurada en 1966 por el expresidente Raúl Leoni, recibían un inventario detallado de todos los bienes.

“Así se hizo hasta que se la entregaron a los Chávez”, asegura a la prensa venezolana Carmen Sofía Leoni, hija del expresidente. “Hoy nadie sabe qué hay en la vivienda o en qué estado se encuentra”.

Las visitas guiadas que organizaba la oficina de la primera dama se suspendieron a principios de la década pasada, indica el medio. “A diario recibo reportes de ruidos muy molestos, festines y francachelas; camiones y camionetas que entran vacíos y salen cargados de La Casona. Me cuentan que se han vendido piezas. Espero que no sea así”, escribe Soledad Morillo, columnista de El Universal.

Rosa Virginia es la hija mayor de Chávez y está casada con el actual vicepresidente, Jorge Arreaza. Aunque el matrimonio estuvo a punto de terminarse y el marido se mudó a Fuerte Tiuna -sede del Ministerio de la Defensa-, finalmente se reconciliaron y Arreaza pudo regresar a La Casona.

La segunda hija, María Gabriela, de quien se dice es la consentida de Chávez, intentó cambiar de residencia. Se mudó a la urbanización caraqueña Alta Florida, a una vivienda que le prestó un viejo aliado de su padre. Allí se dedicó a escribir un libro dedicado a la memoria del fallecido presidente. Sin embargo, regresó a la residencia presidencial a principios de este año, reportó ABC.es.

Construida en 1964 en estilo colonial al este de Caracas, La Casona forma parte del patrimonio histórico y cultural de Venezuela. Cuenta con ocho salones, una sala de cine privada, seis habitaciones principales y varias para huéspedes; una piscina y jardines enmarcados por una hilera de columnas que bordean la mansión.