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| Foto: EFE

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Londres prepara medidas contra Rusia si no acatan el ultimátum

Theresa May afirmó que se tomarán medidas contra Rusia si no explica antes de medianoche el intento de asesinato de un exespía ruso y su hija en suelo inglés. Moscú se declaró inocente y exigió el acceso al gas nervioso usado en el atentado.

13 de marzo de 2018

"Rusia es inocente y está dispuesta a cooperar" en la investigación, dijo el ministro de Exteriores ruso Serguéi Lavrov en una conferencia de prensa en Moscú, antes de matizar que Londres debe cumplir "sus obligaciones internacionales".

"Hemos exigido con una nota oficial acceder a esta sustancia y (...) a todos los hechos de la investigación porque una de las víctimas es la ciudadana rusa Yulia Skripal", la hija del exespía, añadió Lavrov.

Además, la cancillería rusa convocó al embajador británico en Moscú.

Fortalecido por el apoyo de Estados Unidos, Francia o la OTAN, el gobierno de Theresa May celebró por la mañana su habitual reunión semanal, dominada por el intento de asesinato del excoronel ruso Serguéi Skripal y su hija Yulia en Salisbury (sudoeste), a la que siguió un encuentro más restringido del gabinete de seguridad Cobra.

"Es importante que la gente entienda la gravedad de lo ocurrido", dijo en una entrevista televisiva el ministro de Relaciones Exteriores británico, Boris Johnson.

Se trata "de la primera vez que se usan gases nerviosos en Europa desde la Segunda Guerra Mundial", añadió Johnson.

Una respuesta rusa insatisfactoria "abriría una panoplia de contramedidas, económicas, financieras, diplomáticas, y luego, obviamente, se habla mucho de las sanciones Magnitsky", dijo a la radio BBC el ministro de Vivienda, Dominic Raab.

Por "sanciones Magnitsky", Raab se refiere a la ley homónima de Estados Unidos, sin equivalente británico, que sanciona a funcionarios extranjeros implicados en abusos a los derechos humanos y que se aprobó para castigar a los responsables de la muerte del contable ruso Serguéi Magnitsky en una cárcel de Moscú, cuando investigaba la corrupción en el Kremlin.

El diario The Times, citando a un funcionario del gobierno sin identificar, habló también de la posibilidad de que Londres lance un ciberataque, por ejemplo diseminando un virus en sistemas informáticos estratégicos rusos. 

Hay llamamientos también a retirar al equipo de Inglaterra del Mundial de Rusia-2018, pero de momento el gobierno sólo ha mencionado la posibilidad de que los dignatarios no acudan a la cita.

Un gas que es "una tortura"

May estimó en el Parlamento que es "muy probable" que Rusia esté tras el atentado, basándose en su historial de liquidación de disidentes y antiguos agentes, y en el gas nervioso usado para perpetrarlo, del tipo Novichok, fabricado en laboratorios militares rusos a partir de los años 1970 y más potente que el sarín o el VX.

"Hay sólo dos explicaciones plausibles sobre lo que ocurrió en Salisbury el 4 de marzo: o fue un acto directo del Estado ruso contra nuestro país, o el gobierno ruso perdió control de este agente nervioso potencial y catastróficamente dañino", dijo May a la Cámara de los Comunes.

El científico que reveló el programa de armas químicas ruso, Vil Mirzayanov, que ahora vive en Estados Unidos, dijo que sufrir un ataque con gases Novichok es similar a ser torturado.

"Es una auténtica tortura, es imposible de imaginar. Aún en pequeñas dosis, el dolor puede durar semanas. El horror es inimaginable", explicó al diario británico Daily Mail sobre este gas que paraliza e impide respirar antes de matar.

"Aunque sobrevivan, no se recuperarán", vaticinó el científico ruso en declaraciones al Daily Telegraph.

Además de Skripal y su hija, que están graves, un policía británico que les atendió está hospitalizado, pero su estado es mejor.

La Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) aseguró este martes que está "muy preocupada" por el caso, dijo Ahmet Üzümcü, su director general.

May, la ministra del caso Litvinenko 

May recibió el apoyo de Estados Unidos y de la OTAN. 

"Estamos de acuerdo en que los responsables —tanto los que cometieron el crimen como quienes lo ordenaron— deben enfrentar consecuencias graves", aseguró el secretario de Estado estadounidense, Rex Tillerson.

Se da la circunstancia de que May era ministra de Interior cuando se produjo el asesinato en Londres de Alexander Litvinenko, en 2006, un crimen con una sustancia radioactiva (polonio-210) cometido con el consentimiento de Putin, según las conclusiones de la investigación oficial.

Entonces la respuesta se limitó a la expulsión de varios diplomáticos, la congelación de unos pocos bienes y la suspensión de la cooperación en inteligencia.

Fue una respuesta tildada de tibia por muchos y citada ahora como uno de los factores que explicarían que Rusia se hubiera animado a intentar de nuevo asesinar a un exagente, en este caso uno condenado por alta traición por vender secretos a Londres y canjeado con Occidente en 2010 a cambio de unos espías rusos detenidos en Estados Unidos.

"No se aprendió la lección", lamentó este domingo en la BBC la viuda de Litvinenko, Marina.