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Esta semana se sumaron a la carrera republicana Ben Carson, Mike Huckabee, Carly Fiorina y Rand Paul. Ninguno parece capaz de revertir la tendencia que favorecería a Hillary Clinton.

ESTADOS UNIDOS

Los demócratas vuelven a generar simpatía en EE. UU.

Una encuesta indica que el Partido Demócrata se sincronizó mejor con los problemas de los norteamericanos y que jóvenes y minorías tienden a apoyarlo.

9 de mayo de 2015

Hace 13 años, el periodista y académico John Judis publicó La emergente mayoría demócrata, un famoso y polémico libro que sostenía que los cambios demográficos en Estados Unidos estaban dando lugar a una nueva base de votantes del Partido Demócrata. El argumento de una nueva era progresista y la idea de la “coalición de los que crecen” fue muy criticada por basarse  en la premisa de que los latinos, los de más rápido crecimiento en el electorado estadounidense, seguirían siendo mayoritariamente demócratas a medida que su población aumentara.

La realidad en los años siguientes fue otra. Apenas dos años después, en 2004, el republicano George W. Bush logró reelegirse a la Presidencia con 31 estados a favor y 286 votos electorales. Muchos aseguraron que el análisis de Judis estaba equivocado por haberse centrado exclusivamente en fragmentos claves de los datos sobre popularidad partidaria, asumiendo que el resto de la información no cambiaría el panorama. Sin embargo, casi diez años después, los números parecen estarle dando la razón después de todo.

Una encuesta publicada esta semana por el PewResearch Center mostró que durante la última década ha habido un cambio pronunciado en el apoyo generacional a los partidos. La encuesta afirma que el 51 por ciento de los millenials (nacidos desde 1980) votarían demócrata. La generación que le sigue, la X (nacidos entre 1965 y 1979), subió de 1994 a 2014 del 42 al 49 por ciento, y los baby boomers (entre 1947 y 1964) pasaron del 44 al 47 por ciento. Entre tanto, en cuanto a los republicanos solo los mayores se mantienen más fieles.

Los resultados de la creciente ola demócrata también se ven en términos raciales y de minorías. Los afronorteamericanos pasaron en diez años de 92 al 95 por ciento de apoyo a los demócratas, y los latinos del 67 al 71 por ciento.  Stephen Ansolabehere, profesor de la escuela de gobierno John F. Kennedy de la Universidad de Harvard, dijo a SEMANA que este giro hacia el centro resulta de la forma como el partido ha sabido adaptarse a los temas que apremian a la sociedad norteamericana. “Los demócratas tienden a clasificar la desigualdad económica, la educación y el medioambiente entre sus prioridades. Los republicanos, en cambio, priorizan la seguridad internacional, la inmigración y el terrorismo. Los partidos difieren profundamente en cuestiones como el aborto y el matrimonio homosexual, la inmigración, y en la equidad económica y la redistribución, algo que resuena muy fuerte en la base joven del país, que ha dado mejores muestras de apoyo a los demócratas”.

Ansolabehere asegura que esta tendencia será fundamental para llegar a la Casa Blanca en 2016. Los temas que cobren relevancia durante las campañas, dependerán en gran medida de quien gane la nominación en cada partido y como logren estos candidatos adaptarse a las necesidades de los jóvenes y las minorías votantes.  Para Hillary Clinton las cuestiones de género serán fundamentales. La demócrata contaría con el apoyo de los más jóvenes, como muestra Pew. Sin embargo, su reto estará en ganar el apoyo de las mujeres mayores que conforman una amplia base para su coalición.

Por otro lado, la creciente polarización política de los norteamericanos hace que sea más difícil atraer votos de la tendencia contraria, lo que pinta para los republicanos un panorama oscuro. Ninguno de los precandidatos parece en capacidad de matizar las tendencias de su partido para cosechar votos potencialmente demócratas.  A la carrera del partido rojo se sumaron esta semana Ben Carson, Carly Fiorina,  Rand Paul y Mike Huckabee, quienes se presentan con posturas severas centradas en la seguridad nacional, el terrorismo y el control de la inmigración.   Y nada indica que estén dispuestos a sacrificar alguna de sus posturas para ganar nuevas audiencias como fórmula para triunfar en 2016.