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LOS JAPONESES SI PERDONAN

Pese a escándalos y acusaciones, el Partido Liberal Democrático del Japón tiene otra oportunidad en el poder.

26 de marzo de 1990


Que "los japoneses no esperan" es cierto, también cuando de reencauchar políticos quemados trata. Los escándalos originados por los "dineros políticos" no parecen tener mucha trascendencia entre el electorado japonés. Esta podría ser la primera conclusión de la jornada electoral del pasado domingo 18 de febrero en la que prácticamente todos los líderes implicados en el affaire Recruit resultaron reelegidos gracias al espaldarazo que le brindó el pueblo votante a los dirigentes del Partido Liberal Democrático, en el poder desde hace más de 35 años. A pesar de los escándalos políticofinancieros y sexuales que sacudieron en los últimos meses a la cúpula del PLD, a causa de los cuales se vieron obligados a renunciar dos primeros ministros y a abandonar el partido un ex primer ministro, los liberalconservadores del partido de gobierno consiguieron un fuerte incremento de su votación y contra todos los pronósticos lograrán mantener la mayoría absoluta en la Cámara baja. En unas elecciones en las que los socialisías llevaban la voz altiva y el PLD actuaba un poco de capa caída, luego de la derrota sufrida en la Cámara alta hace siete meses cuando el Partido Socialista Japonés logró conseguir la mayoría absoluta, el pueblo japonés pareció optar por la fórmula de "mejor malo conocido que bueno por conocer". De los 431 escaños que se jugaban en las elecciones de la semana pasada 240 fueron asignados a los liberales y 114 a los socialistas. El resto se repartió entre los budistas de Komeito (31), los comunistas (3), los socialdemócratas (12) y los independientes .

No es la primera vez que los japoneses hacen gala de su capacidad de perdonar. Hace seis años Kakuei Tanaka fue condenado por la justicia japonesa bajo la responsabilidad en los sobornos de la compañía aeronáutica norteamericana Lockheed y a los pocos meses el electorado le brindó su apoyo. Esta vez, el gran perdonado es el ex primer ministro Yasuhiro Nakasone, en cuyo mandato, entre 1982 y 1987, se fraguó el famoso escándalo de compraventa de acciones del caso Recruit y, gracias al favor de sus electores, mantendrá su escaño en su lo calidad natal de Gunna.

El veterano político de 71 años abandonó temporalmente el partido en mayo pasado a raíz del escándalo y se presentó esta vez como independiente. Al conocer los resultados y rodeado de emocionados seguidores manifestó que se sentía "purificado". Y dos días después el victorioso primer ministro japonés, Toshiki Kaifu, hizo extensiva la "purificación" a los demás miembros del partido involucrado en el caso Recruit: Noboru Takeshita, primer ministro en el momento en que estalló la crisis, y Shintaro Abe, antiguo secretario general del PLD.

Pero no sólo se purificaron los directivos del PLD que se vieron involucrados en la millonaria operación de la compañía Recruit --una empresa poderosamente vinculada al mundo de las publicaciones y del renglón inmobiliario que decidió "desviar" varias decenas de millones de yenes hacia las arcas del poderoso Partido Liberal Democrático--, sino que el anterior primer ministro Sosuke Uno quien se vio obligado a renunciar tras el escándalo que provocó la divulgación de sus amores con una geisha, también resultó reelegido, es decir, purificado.

Los análisis que hacían a mediados de la semana pasada algunos de los más influyentes diarios japoneses. Tanto el Japan Times como el Asahi Shimbum acusaron a los partidos de oposición de "mostrar un vacío programático" y de no tener la suficiente madurez política como para haber consolidado un programa alternativo.

Sin embargo, no todo es color de rosa para los purificados. La subida considerable de los socialistas, el deterioro de los pequeños partidos y la relativa imagen de decadencia que ha presentado el PLD, hacen pensar que el país va hacia una polarización, que, en opinión de muchos observadores, condicionará un poco la "arrogancia" con que los liberales han llevado hasta ahora la gestión política en el Japón.

Shin Kanemaru, uno de los principales jefes del partido gobernante, dijo que el triunfo no le hacía cambiar la idea de que los liberales debían intentar acuerdos con las demás fuerzas, incluidos los socialistas de la estrella femenina Takako Doi, "si se desea afrontar el papel que Japón está llamado a desempenar en el nuevo orden internacional", afirmó.

Sin embargo, el PLD tendrá que pactar a corto plazo con la fuerza de los budistas de Komeito, si quiere evitar un Parlamento bicéfalo, ya que si bien logró la mayoría en la Cámara baja, hace unos meses la había perdido en la alta.-